Son tiempos en los que una victoria puede significar enderezar un camino torcido o en los que una derrota puede ser el detonante de una crisis y una salida de un entrenador. Bajo esa delgada línea se paró Independiente Santa Fe este martes en la victoria 1-0 frente a Independiente Medellín en El Campín. El cuadro cardenal respiró y tomó aire para afrontar lo que viene.
La caída del pasado fin de semana ante Boyacá Chicó, el peor equipo del torneo, hacía que este partido fuera trascendental para la continuidad de Gregorio Pérez. Los jugadores respondieron en la cancha frente a un conjunto antioqueño muy poco propositivo y que no concretó las opciones de peligro que tuvo.
El autor del único gol del compromiso fue Anderson Plata (48'), quien solo tuvo que empujarla luego de una gran jugada sobre la banda izquierda de Jhon Pajoy. Santa Fe lo buscó durante todo el partido, pero la falta de definición volvió a ser protagonista. Hubo 15 tiros, de los cuales apenas dos fueron al arco, uno de ellos el tanto del guajiro.
No obstante, el equipo capitalino volvió a dejar al desnudo la cruz que carga en este 2018: los errores defensivos. Algo atípico en los conjuntos comandados por Gregorio Pérez. Ya se convirtió en una tendencia que el entrenador no ha podido corregir. En una semana estará en Buenos Aires jugándose la vida frente a River Plate en la Copa Libertadores.
Una victoria que llegó en el momento justo y que se deberá ratificar el próximo sábado en Palmaseca ante Deportivo Cali. Santa Fe ya coquetea con entrar a los ocho, quedó a seis puntos del líder, Atlético Nacional. Independiente Medellín sigue en la parte alta con 19 unidades.