Daniel Torres, el consejero de los cardenales

El Santa Fe de hoy es producto de segundas oportunidades, no sólo por el caso de Wílder Medina y su exitosa rehabilitación, sino por lo que viven algunos jugadores que están volviendo a ser tenidos en cuenta y lo están agradeciendo con buenas presentaciones. Ese es el caso de Daniel Torres, formado en la cantera cardenal, debutante en el fútbol profesional con la camiseta roja de Bogotá y luego transferido al Atlético Nacional de Medellín, en donde no contó con continuidad y eso le obligó a volver al cuadro que lo vio nacer. “Viví momentos muy duros porque me fui con unas expectativas diferentes, desafortunadamente no pude rendir allá y cuando salí, creía que estaba acabado”, comenta el volante de 23 años, hoy bastión del medio campo del equipo de Wilson Gutiérrez, que es líder del fútbol colombiano.

“Vuelvo a Santa Fe a ver qué podía encontrar o conseguir, no me sentía fuerte en ese momento, así que las expectativas eran bajas. Afortunadamente Dios me da la oportunidad de quedarme en Bogotá y lo que vivo hoy es producto de esa confianza que me dieron”, dice el jugador nacido en Cáqueza, Cundinamarca, quien luego de los momentos gloriosos que vivió, consagrándose campeón de la Liga y de la Superliga, afirma: “Volver a Santa Fe es lo mejor que me ha pasado en la vida”.

El creyente Daniel Torres es hoy en día un apoyo fundamental para la plantilla cardenal. Su espiritualidad lo ha llevado a ser muchas veces consejero de sus compañeros en momentos difíciles y con la confianza que tiene por el excelente momento que atraviesa, no duda en asegurar que es un bendecido de Dios. Hace referencia, por ejemplo, a diálogos con Wílder Medina, quien es el goleador del equipo con ocho tantos y uno de los referentes de esta extraordinaria campaña 2013, en la que se ha logrado ganar la Superliga, ir segundo en Copa Libertadores y primero en Liga local. “Espiritualmente estoy pasando por un buen momento. A cualquiera de mis compañeros que venga a que yo lo ayude, trato de hacerlo y apoyarlo. Con Wílder hemos tenido charlas importantes y enriquecedoras, verlo triunfar me hace feliz”.

Wilson Gutiérrez, técnico de Santa Fe, ha sido importante en la retoma de confianza de Daniel Torres, quien había figurado en aquella campaña de 2010 en la que por poco se avanza a la final, pero un gol de Wílder Medina en el último minuto terminó con todo. “Con Wilson es muy buena la relación, es un gran técnico y persona antes que todo. Siempre me da consejos, muchos los pongo en practica y por eso me encuentro en este nivel”, destaca.

Daniel es consciente de que ahora todo marcha bien, pero en el fútbol llegan momentos duros en los que las cosas no salen y por esa razón afirma que hay que saber manejar el momento con calma. “No nos dejamos llevar por las emociones, sabemos que mucha gente se maneja por situaciones y si vas bien te apoyan, si no, te ‘madrean’”, comenta. Respecto a la hinchada, se siente orgulloso porque ve que ha habido un cambio positivo. “Estamos felices porque han crecido, han sido fieles y han ido entendiendo que hay que estar ahí siempre. Ojalá este buen momento nunca termine”.

El Santa Fe de hoy es producto de segundas oportunidades, no sólo por el caso de Wílder Medina y su exitosa rehabilitación, sino por lo que viven algunos jugadores que están volviendo a ser tenidos en cuenta y lo están agradeciendo con buenas presentaciones. Ese es el caso de Daniel Torres, formado en la cantera cardenal, debutante en el fútbol profesional con la camiseta roja de Bogotá y luego transferido al Atlético Nacional de Medellín, en donde no contó con continuidad y eso le obligó a volver al cuadro que lo vio nacer. “Viví momentos muy duros porque me fui con unas expectativas diferentes, desafortunadamente no pude rendir allá y cuando salí, creía que estaba acabado”, comenta el volante de 23 años, hoy bastión del medio campo del equipo de Wilson Gutiérrez, que es líder del fútbol colombiano.

“Vuelvo a Santa Fe a ver qué podía encontrar o conseguir, no me sentía fuerte en ese momento, así que las expectativas eran bajas. Afortunadamente Dios me da la oportunidad de quedarme en Bogotá y lo que vivo hoy es producto de esa confianza que me dieron”, dice el jugador nacido en Cáqueza, Cundinamarca, quien luego de los momentos gloriosos que vivió, consagrándose campeón de la Liga y de la Superliga, afirma: “Volver a Santa Fe es lo mejor que me ha pasado en la vida”.

El creyente Daniel Torres es hoy en día un apoyo fundamental para la plantilla cardenal. Su espiritualidad lo ha llevado a ser muchas veces consejero de sus compañeros en momentos difíciles y con la confianza que tiene por el excelente momento que atraviesa, no duda en asegurar que es un bendecido de Dios. Hace referencia, por ejemplo, a diálogos con Wílder Medina, quien es el goleador del equipo con ocho tantos y uno de los referentes de esta extraordinaria campaña 2013, en la que se ha logrado ganar la Superliga, ir segundo en Copa Libertadores y primero en Liga local. “Espiritualmente estoy pasando por un buen momento. A cualquiera de mis compañeros que venga a que yo lo ayude, trato de hacerlo y apoyarlo. Con Wílder hemos tenido charlas importantes y enriquecedoras, verlo triunfar me hace feliz”.

Wilson Gutiérrez, técnico de Santa Fe, ha sido importante en la retoma de confianza de Daniel Torres, quien había figurado en aquella campaña de 2010 en la que por poco se avanza a la final, pero un gol de Wílder Medina en el último minuto terminó con todo. “Con Wilson es muy buena la relación, es un gran técnico y persona antes que todo. Siempre me da consejos, muchos los pongo en practica y por eso me encuentro en este nivel”, destaca.

Daniel es consciente de que ahora todo marcha bien, pero en el fútbol llegan momentos duros en los que las cosas no salen y por esa razón afirma que hay que saber manejar el momento con calma. “No nos dejamos llevar por las emociones, sabemos que mucha gente se maneja por situaciones y si vas bien te apoyan, si no, te ‘madrean’”, comenta. Respecto a la hinchada, se siente orgulloso porque ve que ha habido un cambio positivo. “Estamos felices porque han crecido, han sido fieles y han ido entendiendo que hay que estar ahí siempre. Ojalá este buen momento nunca termine”.