David Montoya, ídolo de Independiente Medellín, enfrentando a Boca Juniors por la Copa Libertadores en 2003.
Foto: Getty Images
Así van los recuerdos, entre la dicha y la nostalgia. Paradójicamente aquello que guardamos en la memoria como un momento alegre termina acarreando un aire de tristeza que no es otra cosa que una especie de anhelo por el pasado, por volver a vivir aquello que exaltó nuestras pasiones y que tal vez en ese instante no lo supimos entender como tal. Y pasa que muchas veces captamos la relevancia de esos instantes mucho tiempo después.
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