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El 'trencito' tiene el destino encarrilado

El hijo mayor del ‘Tren’ cumple con la norma Sub 18 y ahora su padre lo entrena.

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Fabián M. Rozo Castiblanco
07 de marzo de 2009 - 10:00 p. m.
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Abril 10 de 1988. Un año después de haber salido por primera vez de su natal Buenaventura y dos de haberse convertido en mayor de edad, Adolfo José Valencia Mosquera debuta con el plantel profesional de Independiente Santa Fe en El Campín, en el tradicional clásico capitalino frente a Millonarios, por el torneo regular.

Marzo 12 de 2008. A escasos meses de graduarse como bachiller, José Adolfo Valencia Arrechea, a sus 16 años, también se estrena en la máxima división con el equipo albirrojo de la capital en el Nemesio y, además, incluye gol en su primera presentación, marcado a Equidad y correspondiente a la Copa Colombia.

Dos situaciones parecidas, en épocas y contextos diferentes, con un lugar, unos colores y un hecho en común, pero sobre todo, un mismo nombre y apellido como protagonista. Sí, el pasado en presente se vive en el Santa Fe modelo 2009, porque el hijo del legendario ‘Tren’ empieza a encarrilarse hacia la gloria y su padre está cerca para lograrlo entre los dos.

Ahora que a Adolfo se le asignó la tarea de fundamentar a los delanteros en definición, comparte más tiempo con el primogénito, que hoy más que nunca “recuerdo cuando me llevaba al estadio y me sacaba alzado para los himnos y la foto del equipo formado”.

Al progenitor le falla la memoria para establecer cuántas veces lo hizo, pero lo que nunca olvida es que “desde chiquito prefirió los balones por los carros y antes que decir pa o ma, gritó gol”.

El destino de José Adolfo, además de marcado, le dio una responsabilidad adicional que él no desconoce en absoluto: “Llamarme como mi papá tiene sus ventajas y desventajas; es bueno porque siempre tienes las puertas abiertas, pero si estás en un mal momento, vienen las comparaciones y dirán que no tengo nada de él”.

El padre sabe que le heredó, y mucho, de sus genes, pero también acepta que “el hijo de cualquier jugador que haya sido bueno, tendrá siempre una carga extra, porque los hinchas querrán que sea como el papá o incluso más”.

Con sicóloga personal

Está dispuesto a afrontarla y lo hace con mucha personalidad, la cual tiene sello propio: María Nelsy Arrechea, quien lo dio a luz el 18 de diciembre de 1991 en Bogotá.

“Mi mamá, como es sicóloga, me habla mucho para recalcarme que no he ganado nada y que mientras siga así, con bajo perfil, puedo llegar lejos”. Formación que Adolfo también le agradece a su ex esposa, a quien conoció cuando “era atleta y por eso siempre le inculcó al muchacho la práctica del deporte”.

También le mantuvo el estudio a la raya y hace un año se graduó del Gimnasio William Mackinley, por lo que espera “dentro de poco empezar la universidad, porque quiero ser profesional en educación física”.

El ‘Tren’ lo apoya en su iniciativa, que termina por comprobarle que “somos muy diferentes porque a su edad sólo pensaba en el fútbol y ya tenía un poco más de roce; él hasta ahora empieza, está en una etapa de aprendizaje y debe dejarse guiar”.

A su vez le nota “la misma velocidad y potencia que yo tuve”, aunque “debe mejorar un poquito en la pausa y esa sólo la dan los años”. Adolfo ya detuvo su carrera, pero ahora con José cree continuar activo y por eso está seguro de que los goles que empiece a celebrar, aparte de gritarlos como propios, tendrán el mismo eco de los que a él le convirtieron en ídolo.

Por Fabián M. Rozo Castiblanco

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