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Las convicciones futbolísticas de Hárold Rivera

El entrenador del equipo bogotano expresó que “jugar lindo va de la mano con jugar bien”, destacó que en el presente campeonato cuenta con futbolistas que se adaptan más a su idea y reflexionó sobre las enseñanzas que le da a sus dirigidos. A pesar de tener un calendario apretado por la participación en Copa Libertadores, confía en volver a pelear el título de la Liga. Entrevista.

Sebastián Arenas
25 de abril de 2021 - 02:00 a. m.
“Muchas veces queremos hablar de fútbol y no lo vemos, o queremos enseñarlo y no lo entendemos”, manifestó el DT de Santa Fe, que el jueves empató 1-1 contra Júnior por Copa Libertadores.
“Muchas veces queremos hablar de fútbol y no lo vemos, o queremos enseñarlo y no lo entendemos”, manifestó el DT de Santa Fe, que el jueves empató 1-1 contra Júnior por Copa Libertadores.
Foto: Getty Images - Vizzor Image

Gracias a su padre, un exjugador aficionado, Hárold Rivera Roa aprendió a patear de media distancia con su pierna izquierda en su natal Ibagué. Gracias a él tuvo pelotas para entrenar y adquirió el aún presente amor por el más popular de los deportes. Y gracias a su fortaleza en marca y sus buenos cambios de frente, debutó en el balompié profesional en 1990 con Deportes Tolima. Era un lateral zurdo rendidor, quien a través de su pegada anotó más de 30 goles en su trasegar, que también incluyó a Atlético Huila, Unión Magdalena, Júnior, Atlético Bucaramanga, Millonarios y Cortuluá.

(Francisco Maturana: “A la selección Colombia procuro no verla”)

Rivera Roa comenzó como estratega siendo asistente de Ricardo Rozo en la selección femenina de Colombia. También dirigió los combinados masculinos sub-15 y sub-17. Luego trabajó con Julio Comesaña en Patriotas, donde posteriormente asumió como cabeza de la dirección técnica. Pasó por los banquillos del Bucaramanga y Unión Magdalena, antes de arribar a Santa Fe en 2019. Al cuadro cardenal lo sacó de una crisis que hizo merodear la palabra “descenso”, lo encaminó a buenas campañas y el año pasado fue subcampeón. “Nací en el 70, cuando se jugó uno de los mejores mundiales”, dijo el apasionado hombre que no deja de estudiar lo que sucede en torno a la pelota, que para despejar la mente monta bicicleta y que dialogó con El Espectador sobre los conceptos que maneja y que inculca en el club albirrojo, que este domingo (3:30 p. m., Win +) disputa su partido de ida de los cuartos de final de la Liga.

¿Jugar lindo es sinónimo de jugar bien?

Sí, van de la mano. Procuramos jugar bien para también brindar espectáculo. Eso va dentro de la idea que uno tiene como entrenador: que el equipo juegue bien, que sea prolijo, suelto y con buenas ventajas respecto al rival. Aunque, muchas veces, se pueda decir que el equipo jugó bien porque se defendió bien. También es un arte. Entonces, siempre queremos jugar bonito, bien y ganar. No siempre se da, pero van de la mano.

En ese arte de defender, ¿cuáles son los conceptos defensivos más importantes?

Replegarse bien, tener un buen orden, presión alta y hay que ganar los duelos individuales. Cuando el rival ataque, tener una respuesta adecuada a la pérdida de la pelota: hablamos de la presión tras pérdida, otro de los momentos que hay en el fútbol. Uno tiene que estar preparado para ambas partes: para tener la pelota, pero aún más en el aspecto de recuperación cuando no la tiene.

¿Tiene algún esquema táctico favorito?

No, soy de variar. Quizá he jugado mucho el 1-4-2-3-1, pero también me gusta el 1-4-3-3. Son esquemas tácticos que nos dan posibilidades, no tengo solamente uno. Todo depende de las características de los jugadores y del partido que uno pueda ver que se dé.

¿Qué posibilidades?

Defensivamente, el 1-4-2-3-1 se convierte en 1-4-4-1-1 o 1-4-4-2, dependiendo de lo que se quiera hacer. Y el 1-4-3-3 se convierte en 1-4-5-1. Ya hay es que mirar las características de los jugadores, porque no hay sistema tácticos defensivos u ofensivos. Eso es como uno lo quiera plasmar. Yo puedo jugar con tres centrales, dos extremos o dos marcadores, y, si yo quiero que mi equipo sea defensivo, la orden es que jueguen atrás, en campo propio. Pero si quiero atacar, los pongo en alturas superiores con respecto a los centrales. Y asimismo con los centrales, los mediocampistas centrales, los volantes interiores y el punta. Entonces, uno es el que hace los esquemas defensivos u ofensivos.

¿Cree que hay alguna posición de juego más importante que las demás?

No, todas son importantes. El arquero es importante, porque es el último defensor, el que posee la oportunidad final de evitar los goles, pero también es el primero en iniciar el juego, dependiendo de la idea del entrenador. También necesitamos los delanteros para finalizar, los laterales para marcar y salir a apoyar. Entonces, para mí, todas las posiciones tienen la misma importancia.

¿Los futbolistas se deben adaptar a la manera de jugar del entrenador o la manera de jugar se debe establecer de acuerdo con las características del los futbolistas?

Hay que analizar. Si usted arma el equipo y tiene la posibilidad de adaptarlo según lo que incorporó, ya debe tener una idea y ellos se deberían poder adaptar. Y muchas veces uno tiene que adaptarse a un equipo. En nuestro caso, comenzamos a adaptarnos a ellos, a hacer un diagnóstico, a mirar qué podíamos mejorar, qué podíamos hacer que fuera beneficioso para el equipo. Y ya cuando lo hicimos, comenzamos a inculcar nuestra idea y los jugadores se fueron adaptando. Entonces, sí es importante conocer a los futbolistas y analizar la situación, pero creo que el jugador se debe adaptar a lo que el entrenador quiere.

¿Cómo describiría un equipo que juegue de la manera que más le gusta a Hárold Rivera?

Un equipo que tenga una salida limpia, uno en el que los jugadores sepan cuándo progresamos juntos y cuándo adquirimos ventaja posicional en el campo rival. Y que tengamos buenos finalizadores, además de una buena dinámica para recuperar la pelota y disciplina táctica. Uno siempre busca eso. Muchas veces se encuentra un equilibro y, otras, quizá no. Y esa es la tarea diaria de nosotros: mirar, corregir y potenciar lo mejor de cada jugador. Para que el equipo juegue como uno quiere, uno tiene que irlo moldeando en sus entrenamientos y partidos, y determinar qué futbolistas pueden desarrollar mejor que otros determinadas labores. A mí me gustan los jugadores rápidos y con buena técnica. De esa misma manera trabajo: intentando que el fútbol sea veloz y tenga intensidad.

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¿Cómo logró cambiarle el chip a Santa Fe con su llegada y hacer que el equipo juegue con esos conceptos que describe?

Gracias a los jugadores, que nos han ayudado. Por ejemplo, este año hemos podido traer jugadores que se adaptan más a la idea nuestra y ha sido importante el desarrollo de ellos como futbolistas y lo que le han dado al equipo. Hablo de Johan Caballero, Sherman Cárdenas, Jhon Arias y el mismo Leonardo Pico, que se acomodan a lo que queremos y a lo que ya teníamos formado.

¿Qué ejercicios realiza para mejorar el funcionamiento del equipo en las diferentes etapas del juego?

Nosotros realizamos juegos con base en ejercicios coadyuvantes. De introducción, situacionales y evaluación. En un entrenamiento puedo realizar los tres o quizás dos, pero buscando siempre que esos trabajos desarrollen nuestra idea de juego. Los tres juegos van a la par. En el juego de evaluación se debe ver que conseguimos los objetivos, porque hemos hecho bien los dos previos. De ahí también depende la variabilidad que tenga con respecto en cómo se hace: se puede hacer un cinco vs. cinco comenzado semana y, en el final de la misma, ya un once vs. once. Buscamos maneras de iniciar y finalizar mejor nuestros ataques. Y algo muy importante es cómo sostener el balón en campo contrario: creo que es algo que todos los equipos trabajan, por lo que ese aspecto se nos vuelve muy difícil a todos.

¿Qué revolución futbolística pueden realizar los entrenadores?

Lo que nosotros tenemos que hacer es enseñarle al jugador sobre el juego, a tomar mejores decisiones, a que se encuentren siempre en ventaja, a que sepan cómo controlar el balón para progresar, a dar un pase con ventaja para sacarle diferencia al rival. Todos los días hay que estudiar, analizar y ver fútbol, porque muchas veces queremos hablar de fútbol y no lo vemos, o queremos enseñarlo y no lo entendemos. Este es un deporte muy bonito, que apasiona y tenemos que invertirle tiempo.

Por su forma de jugar, ¿cuáles son los equipos del mundo que más le gustan?

Ahorita uno ve mucho a Real Madrid, Barcelona, Liverpool, Manchester City y ya uno identifica cómo juegan. Pero también hay la posibilidad de ver muchos otros equipos. No hay que mirar solo a Europa: en Suramérica se puede destacar a River Plate e Independiente del Valle. Hay que intentar ver lo que más se pueda. A veces uno dice: “Me gustaría jugar como tal equipo”, pero hay que tener las piezas para poder hacerlo.

¿Y en el fútbol colombiano se juega bien?

Intentamos jugar bien. Cada entrenador desarrolla su idea con los jugadores que tiene. Yo tengo una idea y trabajo sobre ella, y así lo harán los demás. Es muy difícil enfrentar a cualquier equipo aquí en Colombia.

¿Quiénes son las personas de las que más ha aprendido del juego?

He mirado mucho fútbol. Afortunadamente también lo jugué y de cada entrenador que tuve aprendí algo, pero siempre modificándolo y no quedándome en lo común. Ha sido importante hablar con muchas personas, capacitarme en el exterior y aquí mismo en el país, donde hay gente muy capaz. Uno habla con el profe Juan Carlos Osorio, le comenta las cosas que hace y se da cuenta de que el camino es el correcto y no estamos equivocados. Así pasa con varios: Reinaldo Rueda, un técnico muy capacitado en quien confiamos que pueda clasificar a Colombia al Mundial y que nos está abriendo de nuevo la puerta a los técnicos colombianos para dirigir la selección. También el profe Bolillo Gómez, con quien tuve la oportunidad de hablar cuando lo enfrentamos. Nos dan palabras de aliento para seguir mejorando, porque esto es de día a día, de buscar resultados con buen juego y haciendo mejores a nuestros jugadores.

“Bolillo” ha hablado en varias oportunidades de la marcación en zona: ¿usted qué tipo de marcación prefiere?

Nosotros quizá realizamos otras labores. Queremos presionar alto, para lo que ubicamos jugadores en el espacio donde está la pelota, creando superioridad numérica. Igualamos la salida. Y la marcación en determinada zona la organizamos de acuerdo con la pelota. Es una mixtura de cosas que uno hace durante el partido. Por ejemplo, Santa Fe no pierde la pelota y va siempre hacia atrás. La perdemos e intentamos recuperar en campo rival, entonces eso es distinto a la marcación zonal, que es más de repliegue. Nosotros generamos otras situaciones.

(“Zubeldía nos enseñó la marcación hombre a hombre”: Pedro Sarmiento)

Hablando de Santa Fe, sus hinchas ya piden el título como la consagración de un proceso que ha tenido buenas campañas...

A Santa Fe lo veo bien, creciendo. Es un equipo fuerte. Hemos sabido gestionar a estos jugadores y la idea nuestra es seguir mejorando y conseguir el título. Estamos trabajando. Veo un equipo serio. No hay rival fácil. Uno siempre queda con algo de dolor por lo que sucedió, estuvimos cerca el año pasado y esperemos que este año pueda ser.

¿Qué se les debe inculcar a los niños que se están enamorando del fútbol en una escuela de formación deportiva?

Se les debe enseñar del juego, pero dejar que se desarrollen, que tengan la creatividad y la picardía positiva. Hay que dejarlos que expresen su fútbol. Luego habrá determinadas edades para corregirles ciertas decisiones.

¿En qué momento le dieron ganas de ser entrenador?

Cuando comencé a jugar fútbol, empecé a mirar entrenadores. Tuve uno que era muy táctico, el uruguayo Baudilio Jáuregui en el Tolima. Así con varios. Me hablaban de fútbol y táctica, y en ese transcurrir de mi carrera deportiva me di cuenta de que me gustaba. Jáuregui fue defensor, entonces le gustaba trabajar mucho la basculación, hacer zona... Después vi otras maneras de jugar y me incliné por ser entrenador.

¿Cuál libro le ha dejado huella?

Hace poco leí uno de fútbol y coaching: La primera vez que la pegué con la izquierda, de Imanol Ibarrondo.

Si tuviera la posibilidad de tomarse un café y conversar con cualquier persona de la historia del fútbol, ¿con quién lo haría?

Johan Cruyff.

@SebasArenas10

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