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Equidad y América se convirtieron, el sábado, en los primeros semifinalistas del torneo colombiano en duelos en los que la tecnología dejó varias dudas. Superaron en sus llaves de cuartos de final a Deportivo Cali y Atlético Nacional, respectivamente. Y aunque merecieron la victoria, los duelos no estuvieron exentos de polémicas debido a la intervención del VAR (Árbitro Asistente de Video).
El uso inadecuado de esa tecnología, implementada por la FIFA desde 2017 y en Colombia en la temporada 2020, ha generado muchas criticas porque los partidos, que duraban en promedio 95 minutos, ahora pasan de cien, pero el tiempo real de juego ha disminuido debido a las constantes y excesivamente prolongadas intervenciones de los árbitros que, desde una cabina y con el apoyo de imágenes desde varios ángulos, aconsejan al juez central sobre jugadas determinantes como goles en fuera de lugar, faltas para expulsión, acciones de penalti o confusión de identidad de los jugadores.
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Tal vez el problema radica en la falta de capacitación de los operarios del VAR, a quienes, al parecer, no les han enseñado a medir todas las situaciones con el mismo rasero ni, sobre todo, a utilizar el sentido común.
Solo así se explica que dos faltas similares tengan diferentes consecuencias o que se decreten faltas que ni siquiera los afectados pidieron.
Por ejemplo, en Palmaseca, Deportivo Cali y Equidad definían el primer clasificado a semifinales, tras el 1-1 del juego de ida, en Bogotá. A los nueve minutos de juego Kevin Velasco vio la tarjeta roja, por una dura entrada sobre Walmer Pacheco en una acción que confirmó el VAR. Minutos después, David Agrón cometió una falta similar sobre Ángelo Rodríguez y la jugada ni siquiera fue revisada.
Con un hombre menos durante buena parte del juego, el cuadro azucarero no pudo batir el arco de Diego Novoa, la figura del encuentro, y cayó 1-0 con un gol de Matías Mier, cuyo remate se desvió un poco en el defensa Eduard Caicedo.
A los 76 minutos, también con apoyo del VAR, el árbitro Carlos Mario Herrera expulsó a Juan Alejandro Mahecha de Equidad, al que en principio solo había amonestado. Y en tiempo de adición Amaury Torralvo, de los aseguradores, también vio la roja.
Equidad, bien parado atrás y contundente cuando atacó, fue justo clasificado porque supo sufrir las arremetidas del Cali, nada certero en la definición.
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El cuadro verdolaga llegaba al duelo Nacional-América con la ventaja de la victoria 2-1 en Cali, pero tuvo nueve bajas en su plantel debido a un brote de coronavirus; de hecho, utilizó a varios jugadores juveniles y apenas tres suplentes.
Los diablos rojos se pusieron en ventaja muy pronto, con anotaciones de Duván Vergara y Adrián Ramos; incluso desperdiciaron un penalti bien señalado por el árbitro Alexánder Ospina.
Con muchas limitaciones en la nómina y jugando de manera discreta, Nacional salió con la intención de darle la vuelta en la etapa complementaria, pero la estocada final se la dio el VAR, que le recomendó al juez expulsar a Ewil Murillo en una acción fortuita en ataque, después de un remate a portería, tras el que chocó con Felipe Jaramillo.
Luego América sacó la casta de sus jugadores y en un claro penalti del joven arquero Sebastián Guerra sobre Adrián Ramos, el artillero decretó el 3-0 final.
El VAR no incidió directamente en los resultados y tampoco les resta méritos a los jugadores aseguradores y escarlatas, que en la cancha y con goles lograron su clasificación, pero sigue generando mucha polémica y, si quienes lo implementan no mejoran, podría terminar con un gran escándalo, uno más para el desorganizado y desprestigiado torneo colombiano.