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Razones sobraban para asistir a la fiesta de Independiente Santa Fe de el domingo en El Campín. Uno de sus últimos ídolos, Adolfo Valencia, se despedía del fútbol, el equipo llegaba a 69 años de fundado, estrenaba camiseta y la lluvia de los últimos días en la capital le daba paso al sol que iluminaba el impecable césped.
Parecía no faltar nada, o bueno, una mejor respuesta de público, al que le pudo más el mal juego de los albirrojos a lo largo del Apertura, que cualquier otra motivación, pero en especial el gran ausente del festejo fue el mismísimo anfitrión.
Sí, Santa Fe no llegó al Nemesio, porque de aquel equipo que durante su historia siempre se distinguió por luchar hasta el último segundo, queda apenas el recuerdo y de eso justamente vive la afición que se precia de ser del primer campeón de Colombia, pero ayer, tras perder 0-2 con Pereira, parece resignarse una vez más a ver que otro dé una vuelta olímpica.
Y es que la ilusión de título empezó a desvanecerse cuando apenas se marca el primer tercio de la primera fase del torneo, porque el liderato quedó a 10 puntos y, más allá de las diferencias numéricas, la respuesta en la cancha es nula y ni hablar de las equivocaciones desde el banco, donde en lugar de cabeza fría parece reinar el descontrol.
Sólo así se explica que cuando el rival manejaba a su antojo la mitad del campo, el técnico Germán González excluyera del campo a Norbey Salazar, el único volante de recuperación. Y si a lo anterior se suma que ni con el calmante más fuerte le pasa el dolor de cabeza al fondo cardenal (los dos goles matecañas se propiciaron en balones aéreos), se incrementan los interrogantes sobre la continuidad de ‘Basílico’, quien en lugar de señalar a los demás, debería acudir a la autocrítica para encontrar alguna explicación.
Este domingo el DT intentó con otro módulo, pero ni el regreso de Luis Manuel Seijas —evidenció la falta de ritmo propia de tanto marginamiento— dio luces del medio hacia arriba, donde todos están apagados, empezando por Carlos Hidalgo, que parece repetir la historia de 2006, cuando se fue sin sacudir valla rival.
Inofensivo e indefenso
El visitante, en cambio, llegó menos pero golpeó más, lo suficiente para llevarse la victoria y tal sería la desidia local, que la única jugada aplaudida de la parcial cardenal fue del paraguayo Germán Centurión, tras corretear a dos rivales, como tratando de contagiar a sus compañeros, así fracasara en el intento.
“La diferencia fue que Santa Fe no pudo hacer goles a pesar de varias opciones claras y Pereira contó con la suerte de concretar dos, de las pocas que tuvo”, fue el balance del asistente técnico capitalino, Heriberto Niño, quien ahora da la cara por el entrenador, porque así lo había hecho después del 2-2 con Cartagena.
¿Resistirá ‘Basílico’ un revés más? Sólo el miércoles se sabrá, al enfrentar a otro urgido como Equidad en Techo, pero Pereira ayer lo dejó al borde del nocáut, confirmándose de paso como un verdugo cardenal, porque lo fue hace cuatro temporadas de Ricardo Gareca, cuando con un 1-4 obligó al argentino a presentar renuncia en el vestuario sur, sin esperar a que se la pidieran.
Al menos el martes ya habrá cabeza visible en el equipo con la llegada de César Pastrana a la presidencia albirroja, quien asume en medio de una situación crítica imprevista, la cual de no menguar de inmediato, lo obligará a tomar decisiones de entrada.
Por eso desde el palco notó que faltó público para despedir al ‘Tren’, pero sobre todo equipo. Las 69 velitas quedaron sin apagarse porque si no hubo ganas en el campo, menos afuera, donde el límite de la paciencia parece haberse sobrepasado y el divorcio entre la hinchada y ‘Basílico’ ya está firmado en la notaría de la 57.
Pena bogotana
A la derrota de Independiente Santa Fe ante Pereira en el estadio El Campín, se suman las caídas de los otros dos equipos bogotanos en la sexta fecha de la Liga.
La Equidad sufrió una penosa goleada 4-1 a manos del Atlético Huila, en el estadio Plazas Alcid de Neiva, mientras que Millonarios cayó 3-1 con el Once Caldas.
El equipo albiazul, sin embargo, comenzó ganando el encuentro en el estadio Palogrande de Manizales con anotación de Mauricio Casierra, de larga distancia, a los 43 minutos del primer tiempo. Y cuando jugaba su mejor fútbol e incluso pudo aumentar la cuenta y asegurar la victoria, recibió el tanto del empate, a los 66 minutos, con gol de Iván Vélez, tras un borbollón en el área.
Con la paridad, al cuadro dirigido por el técnico Luis Augusto García se le cayó la estantería, perdió la brújula, dejó que el local manejara el partido a su antojo y le diera vuelta al marcador gracias a los tantos de Danny Santoya y Dayro Moreno, quienes aprovecharon la lentitud del fondo embajador.
Para rematar la desdicha bogotana, en el torneo de ascenso los equipos de la capital tampoco sumaron, ya que Academia cayó como local frente al Bucaramanga y por el mismo marcador, Bogotá perdió en su visita al Alianza Petrolera.