Santa Fe, sorprendido en El Campín: perdió 1-0 frente al Huila

El fútbol es sorpresa, encanto, embrujo. Por lo menos así lo ven los niños, cuando lo practican por el simple placer de jugarlo. Cuando corren detrás de un balón en un potrero sin límites y dejan que la imaginación vuele con el esférico en los pies. En el profesionalismo las ideas cambian. La táctica y la presión se imponen. Son pocos los que se salen del libreto. Si no aparece alguien con visión e inteligencia todo queda en ganas, corazón. Mientras que la elaboración y creación de juego quedan en un segundo plano. La intención termina estrellándose en un muro defensivo que con el pasar del tiempo parece impenetrable.

Le pasó a Santa Fe en la derrota 1-0 en tarde de este sábado. Un equipo que tuvo la posesión del balón, que mostró intensidad, ganas. Pero que nunca encontró la fórmula para quebrar la muralla que levantó el Atlético Huila. Lo intentó con centros, en velocidad, con balón detenido. Tal vez le falto la media distancia. Sin embargo, solo generaron una opción clara de gol sobre la portería del arquero Geovanni Banguera, quien cuando tuvo la oportunidad hizo su show en el área y quemó tiempo a placer. Por sus simulaciones se echó al público rojo encima y se ganó una tarjeta amarilla.

Al minuto 88 fue esa oportunidad. Tiro de esquina cobrado por zona derecha por parte de John Pajoy. Mal salto de Banguera y cabezazo de Wilson Morelo, que se fue por arriba del travesaño. Los cardenales en el primer tiempo también tuvieron una aproximación que terminó siendo invalidada. Pase de Pajoy a Morelo tras un contragolpe, el delantero quedó solo frente al guardameta y el balón terminó en el fondo de la red. La jugada fue parada previamente por un cerrado fuera de lugar, según dictaminó el asistente. De resto, los esfuerzos del equipo bogotano se vieron frenados por la doble línea (una de cuatro y otra de cinco) que montó el cuadro opita.

Esa barrera fue impenetrable. Ahí quedaron todos los intentos de Santa Fe, equipo al que le faltó generación de juego, ideas. Sobre todo, en la segunda etapa cuando el Huila le dio toda la posibilidad para que lo atacara. Una decisión que complicó a los cardenales, que adelantaron líneas, se fueron de frente contra la muralla, terminaron estrellados y no lograron hacerle ni siquiera una grieta. Los locales se volvieron predecibles con centros a Morelo y a Tesillo. Fue ahí cuando Banguera tomó protagonismo.

Los visitantes anotaron cuando menos proponían, cuando le habían dejado a Santa Fe el mensaje de ataquen y ellos lo hacían sin cesar. Habían pasado 25 minutos de la segunda mitad y el juego se centraba en la zona defensiva del equipo de Neiva. Ahí todo se gestaba y terminaba. Corría el minuto 71 cuando un centro cayó en el área del cuadro bogotano, solo apareció Edwar López, quien le ganó la posición a Juan Daniel Roa, y con un cabezazo picado superó la portería defendida por Leandro Castellanos. Un gol que silenció el estadio El Campín y sorprendió a propios y extraños.

Ese tanto del Atlético Huila fue una jugada copiada a una de las tres opciones que tuvieron los visitantes en el primer tiempo. Centro de costado, cabezazo picado de López, pero en esa ocasión el balón se fue desviado. En ese momento el reloj marcaba el minuto 28 y era la primera clara por parte de los de Neiva, que también se arrimaron por intermedio de López, el más insistente, y Michael Ordóñez. Esos remates también salieron desviados.

El partido finalizó entre la confusión, la desazón y la frustración de los locales. Tesillo fue expulsado y los jugadores terminaron peleando más que jugando. El Huila se quedó con una victoria que vale oro para la pelea por el descenso. Fue su primer triunfo en Bogotá desde el 10 de noviembre de 2013, cuando venció al cuadro cardenal 4-3. Estos tres puntos le sirven además para ubicarse parcialmente en la quinta posición de la clasificación, mientras que Santa Fe, con más dudas que certezas, es 11 con nueve unidades.

El fútbol es sorpresa, encanto, embrujo. Por lo menos así lo ven los niños, cuando lo practican por el simple placer de jugarlo. Cuando corren detrás de un balón en un potrero sin límites y dejan que la imaginación vuele con el esférico en los pies. En el profesionalismo las ideas cambian. La táctica y la presión se imponen. Son pocos los que se salen del libreto. Si no aparece alguien con visión e inteligencia todo queda en ganas, corazón. Mientras que la elaboración y creación de juego quedan en un segundo plano. La intención termina estrellándose en un muro defensivo que con el pasar del tiempo parece impenetrable.

Le pasó a Santa Fe en la derrota 1-0 en tarde de este sábado. Un equipo que tuvo la posesión del balón, que mostró intensidad, ganas. Pero que nunca encontró la fórmula para quebrar la muralla que levantó el Atlético Huila. Lo intentó con centros, en velocidad, con balón detenido. Tal vez le falto la media distancia. Sin embargo, solo generaron una opción clara de gol sobre la portería del arquero Geovanni Banguera, quien cuando tuvo la oportunidad hizo su show en el área y quemó tiempo a placer. Por sus simulaciones se echó al público rojo encima y se ganó una tarjeta amarilla.

Al minuto 88 fue esa oportunidad. Tiro de esquina cobrado por zona derecha por parte de John Pajoy. Mal salto de Banguera y cabezazo de Wilson Morelo, que se fue por arriba del travesaño. Los cardenales en el primer tiempo también tuvieron una aproximación que terminó siendo invalidada. Pase de Pajoy a Morelo tras un contragolpe, el delantero quedó solo frente al guardameta y el balón terminó en el fondo de la red. La jugada fue parada previamente por un cerrado fuera de lugar, según dictaminó el asistente. De resto, los esfuerzos del equipo bogotano se vieron frenados por la doble línea (una de cuatro y otra de cinco) que montó el cuadro opita.

Esa barrera fue impenetrable. Ahí quedaron todos los intentos de Santa Fe, equipo al que le faltó generación de juego, ideas. Sobre todo, en la segunda etapa cuando el Huila le dio toda la posibilidad para que lo atacara. Una decisión que complicó a los cardenales, que adelantaron líneas, se fueron de frente contra la muralla, terminaron estrellados y no lograron hacerle ni siquiera una grieta. Los locales se volvieron predecibles con centros a Morelo y a Tesillo. Fue ahí cuando Banguera tomó protagonismo.

Los visitantes anotaron cuando menos proponían, cuando le habían dejado a Santa Fe el mensaje de ataquen y ellos lo hacían sin cesar. Habían pasado 25 minutos de la segunda mitad y el juego se centraba en la zona defensiva del equipo de Neiva. Ahí todo se gestaba y terminaba. Corría el minuto 71 cuando un centro cayó en el área del cuadro bogotano, solo apareció Edwar López, quien le ganó la posición a Juan Daniel Roa, y con un cabezazo picado superó la portería defendida por Leandro Castellanos. Un gol que silenció el estadio El Campín y sorprendió a propios y extraños.

Ese tanto del Atlético Huila fue una jugada copiada a una de las tres opciones que tuvieron los visitantes en el primer tiempo. Centro de costado, cabezazo picado de López, pero en esa ocasión el balón se fue desviado. En ese momento el reloj marcaba el minuto 28 y era la primera clara por parte de los de Neiva, que también se arrimaron por intermedio de López, el más insistente, y Michael Ordóñez. Esos remates también salieron desviados.

El partido finalizó entre la confusión, la desazón y la frustración de los locales. Tesillo fue expulsado y los jugadores terminaron peleando más que jugando. El Huila se quedó con una victoria que vale oro para la pelea por el descenso. Fue su primer triunfo en Bogotá desde el 10 de noviembre de 2013, cuando venció al cuadro cardenal 4-3. Estos tres puntos le sirven además para ubicarse parcialmente en la quinta posición de la clasificación, mientras que Santa Fe, con más dudas que certezas, es 11 con nueve unidades.