Fútbol en el Tabora, como en los viejos tiempos

Una plantilla conformada por Luis Fernando Sánchez y Armando Navarrete como arqueros; Iván López, Óscar Cortés, Eduardo Orozco, Luis Alfonso Cheo Romero, Osman López y Gustavo Quijano en la defensa; Raúl Ramírez Gacha, Bónner Mosquera, Mauricio Matallana y Roberto Vidales en la mitad de la cancha, y Lucas Jaramillo, Ricardo Gato Pérez, Freddy León, Arturo Arizala, Wilmides Cotes y Álex Daza en la delantera, sería más que suficiente para afrontar decorosamente el torneo del fútbol profesional colombiano.

Claro, habría que convencerlos para que volvieran a entrenar a diario y se pusieran en mejor forma física, pues la mayoría decidieron ya “colgar los guayos”, al menos a nivel competitivo.

Pero como llevan el fútbol en la sangre, no han dejado de jugar y, con algunos kilos de más, se divierten y entretienen a los aficionados que asisten por estos días al tradicional Octogonal del barrio Tabora, ubicado en el occidente de Bogotá.

Algo similar ocurre en diferentes campeonatos a lo largo y ancho del país, como el de la Cancha Marte en Bucaramanga y Medellín, la Copa Ciudad de Pereira o el torneo Navideño en Santander de Quilichao, Cauca, en donde suelen actuar varios jugadores de América, Cali, Cortuluá y Deportes Quindío.

“Participar en estos torneos es una manera de mantenerse bien físicamente, de exigirse, porque hay un prestigio que cuidar, y de volver a reencontrarse con la afición y la gente del fútbol”, explica Óscar Cortés, ex defensa central de Millonarios y de la selección de Colombia, líder de la defensa de Kimo Sport, el máximo favorito al título en el Tabora.

“Es bonito que la gente te recuerde y te aplauda, aunque no faltan quienes también insultan y critican”, señala por su parte Osman López, a quien una lesión en la rodilla, mientras jugaba un partido de eliminatoria con la selección nacional, le cortó su exitosa carrera pues, a pesar de que se recuperó físicamente, los clubes profesionales se abstuvieron de contratarlo por temor a que recayera. Él, sin embargo, es ahora impasable en la defensa de Suramericana de Transportes, en donde también está su compadre Bónner Mosquera, quien se retiró el año pasado luego de convertirse en el futbolista que más partidos jugó con Millonarios.

“Aquí se ve mejor fútbol que en El Campín”, dice Severo Peña, un vecino del barrio Tabora, quien ha sido testigo de las 38 ediciones del torneo. “Acá ponen la pelota al piso, se atreven a hacer cosas que como profesionales no pueden. El resultado importa, pero no tanto, entonces juegan sin presión. Vea por ejemplo a Roberto Vidales (ex volante creativo de Santa Fe y Once Caldas). El tipo no corre, pero tiene la clase intacta. O al Fosforito, quien le habla muy bien a los pelados, sin groserías ni madrazos, el hombre es un verdadero líder”.

Pero para quienes prefieren ver caras nuevas también hay programa en Bogotá, pues en el Hexagonal del Olaya participan buena parte de los jugadores juveniles y de la Primera C de Equidad Seguros, Santa Fe y Millonarios.

Incluso, en Maracaneiros está Carlos Adonaí Acevedo, quien, a pesar de su juventud (pues tiene 22 años), ya jugó profesionalmente con el conjunto embajador, Nacional, Medellín  y Deportivo Pasto. Él quiere volver a la A: “Es un torneo perfecto para mantenerse en forma, pues aquí hay que prepararse para correr mucho, incluso más que en un partido de primera división. Igualmente pueden surgir nuevas ofertas para la temporada porque viene gente del fútbol a buscar jugadores”.