Abdelhak Nouri, una esperanza en tiempos de crisis

El ex mediocampista del Ajax de Ámsterdam, de los Países Bajos, despertó de un coma causado por un paro cardíaco que le causó daños cerebrales luego de 33 meses.

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Felipe Raymond Fajardo
27 de marzo de 2020 - 05:28 p. m.
Abbie (centro) junto a dos de sus ídolos: Luis Suárez (izquierda) y Klaas-Jan Huntelaar. / @LuisSuarez9
Abbie (centro) junto a dos de sus ídolos: Luis Suárez (izquierda) y Klaas-Jan Huntelaar. / @LuisSuarez9
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Firme a su tradición, el Ajax de Ámsterdam siempre se ha caracterizado por ser una de las fábricas de jugadores más importantes del mundo del fútbol desde la década de los 60’s con aquella camada liderada por Johan Cruyff. En 2008, un niño de 11 años nacido en los barrios inmigrantes de la capital neerlandesa y con ascendencia marroquí entró a las fuerzas básicas del equipo y, luego de hacer todo el proceso hasta el plantel profesional, se convirtió en una de las promesas más grandes del fútbol mundial.

Abdelhak Nouri debutó en 2015 como profesional en el Jong Ajax, equipo de reservas y que disputa la segunda división. Gran velocidad, buen control de balón y una inteligencia de juego envidiable fueron las características que lo dieron a conocer al mundo del fútbol y que lo llevaron a estar entre las futuras promesas de ese deporte según el diario británico The Guardian en 2014.

Para la temporada 2016-2017, Nouri recibió el premio a mejor jugador de la segunda división en los Países Bajos con tan solo 20 años. Para ese entonces ya había disputado algunos partidos con el primer equipo del Ajax, pero fue luego de esa temporada que consiguió su cupo en el plantel profesional.

En un encuentro frente al Werder Bremen, el 8 de julio, cuando corría el minuto 71 de partido, Appie -como llamaban al jugador- se acomodó en el suelo por sus propios medios y luego se desplomó. Los médicos entraron a la cancha y el partido fue suspendido. En un helicóptero trasladaron al mediocampista a un hospital en Austria esperando lo peor.

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Un paro cardíaco causado por una arritmia le ocasionó daños cerebrales permanentes y su carrera como futbolista terminó abruptamente. Los médicos dijeron que no iba a poder volver a caminar, comer, hablar, incluso reconocer a su propia familia. Nouri entró en coma del que pocos tenían esperanzas que se recuperara.

Personas y familias de todas partes de la capital de los Países Bajos se reunieron frente a la casa de la familia de Abbie para mostrar su solidaridad y apoyo por estos difíciles momentos. Incluso, los prejuicios y las diferencias que existían entre las razas y los barrios quedaron atrás para apoyar a quien lo necesitaba.

Algunos de sus compañeros y jugadores, que lo acompañaron en su camino hasta el primer equipo, lo recuerdan con mucho cariño y aprecio. Donny van de Beek, uno de los pilares del Ajax que alcanzó la semifinal de la Champions League 2018-2019 dijo en una entrevista que Nouri tenía muy buena técnica y siempre estaba un paso adelante que los demás. “A veces me reía con él en el campo. Te divertías jugando a su lado”, aseguró el mediocampista neerlandés.

Otro de los jugadores claves de esa campaña, y ahora jugador de Barcelona, Frenkie de Jong, dijo que antes de decidirse por el cuadro blaugrana fue a visitar a su amigo al hospital. “Cuando estaba con él, su madre le preguntó ‘hijo, ¿ adónde tiene que ir Frenkie?’, cuando le mencionó el Barcelona levantó las cejas. Fue Hermoso.”

Otros futbolistas que compartieron con Abbie, tales como Justin Kluivert, Amin Younes, Kevin Diks o Phillipe Sandler, decidieron portar el número 34 (dorsal que utilizaba Nouri en el Ajax) en honor a su excompañero.

En el título de liga que consiguió el equipo de Ámsterdam en la campaña 2018-2019, el plantel se lo dedicó a él. De hecho, el padre de Abbie estuvo presente con los jugadores en la celebración.

El 26 de marzo de 2020, en medio de la peor crisis sanitaria que ha vivido la humanidad debido a la pandemia del coronavirus, Abdelhak Nouri despertó de su coma luego de 33 meses. Su hermano Abderrahim dijo en un programa de televisión que "está despierto. Come, estornuda... En un día bueno puede comunicarse mediante movimientos de ceja, sonrisas. Sigue dependiendo del todo de nosotros. No se levanta de la cama, pero puede sentarse en una silla de ruedas y es una alegría volver a tenerlo entre nosotros".

El mundo del fútbol y la sociedad en general ve en él una esperanza en estos tiempos oscuros y espera que Abbie pueda recuperarse para poder ver nuevamente al equipo que confió en él y el cual lo recuerdan con cariño.

Por Felipe Raymond Fajardo

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