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Pese a los títulos, los récords, las victorias o la multitud de goles conseguidos a lo largo de su historia, al Barcelona seguramente le falta una gran remontada europea para aumentar su leyenda. El barcelonismo se agarra a esta posibilidad en el partido de este miércoles (2:45 p.m., ESPN) contra el París Saint-Germain, en el que el conjunto catalán lo tiene todo en contra tras la debacle en el Parque de los Príncipes.
Nunca antes en la historia de las competiciones europeas el Barça ha remontado un 4-0 y, de hecho, en toda la historia del fútbol continental, sólo en tres ocasiones se ha dado la vuelta a este resultado. En el caso de los azulgranas, sus mejores remontadas se han producido tras darle la vuelta, en el Camp Nou, a un 3-0 encajado en el partido de ida. Eso ha ocurrido en tres ocasiones, pero de la última han pasado treinta años.
Ahora el reto es aún mayor. Después de caer en París, el equipo de Luis Enrique ha ido recuperando sensaciones hasta encontrarse en la mejor situación del año. El anuncio de la marcha de Luis Enrique tras el 6-1 sobre el Sporting de Gijón ha liberado tensiones en el equipo y también en el entrenador.
En la historia de las competiciones continentales sólo en tres ocasiones se ha remontado un resultado con una diferencia de cuatro goles. La primera la protagonizó, en la temporada 1961-62, el Leixões portugués, que perdió en la ida de los dieciseisavos de final de la Recopa ante el La Chaux-de-Fonds suizo por 6-2. En la vuelta, los lusos le dieron la vuelta a la eliminatoria (4-0).
En la campaña 1978-79, el Queens Park Rangers goleaba en casa (6-2) al Partizan, en la ida de los dieciseisavos de final de la Copa UEFA, pero éste remontaría en Belgrado (4-0).
El Real Madrid fue el tercer y último equipo que ha sido capaz de remontar una eliminatoria con cuatro goles en contra. Lo hizo en los octavos de final de la Copa de la UEFA de la temporada 1985-86. Los blancos cayeron por 5-1 en Alemania, contra el Borussia Monchëngladbach, pero en el Bernabéu golearon a los germanos por 4-0.
Si bien el Barcelona nunca ha superado un 4-0 a doble partido, sí ha remontado un 3-0 en competición europea en tres ocasiones. En los tres casos, el equipo azulgrana devolvía idéntico resultado a su adversario en el Camp Nou y pasaba a la eliminatoria en la tanda de penaltis. La remontada más reciente hay que buscarla en los octavos de final de la 2012-13, con el fallecido director técnico Tito Vilanova en el banquillo. El Barça cayó en Milán (2-0), pero superó la eliminatoria con una convincente goleada como local (4-0).
Pero, más allá de la remontada que le espera al Barcelona si quiere seguir en carrera en la Champions, está el reto de Luis Enrique, uno de sus últimos antes de dejar el banco culé. “Estamos sólo a mitad de eliminatoria y si un rival puede marcarnos cuatro goles, nosotros le podemos meter seis, pero eso no significa que vayamos a volvernos locos”.
Luis Enrique, quien se declaró aliviado por haber anunciado su partida al término de la temporada, añadió que “tengo una fe inquebrantable en que vamos a poder hacer un gran partido y que vamos a entrar en la eliminatoria. Vamos a arriesgar y a crear un ambiente para que el público nos anime más de lo habitual”.
El técnico español, nacido en Gijón hace 46 años, dice que se va del equipo culé porque quiere descansar. Pero, claro, lo hará más plácido si se va por la puerta grande. “El motivo de mi decisión es por la manera que tengo de vivir esta profesión, intensamente y constantemente buscando soluciones. Eso significa pocas horas de descanso”. Y su relax, sin duda, comenzará este miércoles, justo a las 2:45 de la tarde, en el estadio Camp Nou que tantas veces lo ha visto triunfar.
