Apenas algunos destellos le valieron al Brasil de Neymar para vencer este viernes a Arabia Saudita en el amistoso celebrado en Riad por 2-0, encuentro del que sale lleno de dudas rumbo al superclásico del martes ante Argentina, su primera prueba seria de este nuevo ciclo.
Muy lejos de la buena imagen que dejó en los amistosos de septiembre, el conjunto brasileño se mostró espeso y sin ideas en la noche saudí y solo consiguió adelantarse en el minuto 43 gracias al tanto de Gabriel Jesús, que rompió así con su preocupante sequía goleadora.
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Ya en el tiempo añadido (90+6), Alex Sandro puso el 2-0 de cabeza, tras un saque de esquina. Y aunque todavía tardará en olvidar aquella noche de julio en la que Bélgica lo sacó en cuartos de un Mundial que pensó sería el de su redención, la renovada Brasil de Tite se quitó años y remordimientos con sus cómodos triunfos ante Estados Unidos (2-0) y El Salvador (5-0). Y siguió experimentando el técnico, que viajó a Arabia Saudita con diez jugadores que no estuvieron en la Copa.
Brasil, lejos de ser Brasil, fue un peligro latente, que asomaba con algún destello de Neymar y los intentos de un necesitado Gabriel Jesús, pero que se enredaba en unas transiciones eternas. Sin embargo, el peso de grandes jugadores ayudó a solucionar lo que ya parecía un problema y los pentacampeones del mundo ganaron, con problemas, con más dudas que certezas, con un onceno que todavía no se encuentra y que tampoco encuentra la manera de jugar en conjunto.
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En plena renovación rumbo al gran reto de la próxima Copa América de 2019 en casa, Brasil se verá el martes contra su archirrival sudamericano -que llega sin Lionel Messi pero tras golear a Irak (4-0)-, en su primer examen exigente tras la decepción del Mundial de Rusia 2018.