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Agridulce

Hernán Peláez Restrepo
12 de octubre de 2020 - 01:07 a. m.

No hay felicidad completa, dice el dicho. Más allá de la alegría que produjo ver el triunfo de Colombia sobre Venezuela, contundente por lo demás (3-0), quedaron las imágenes duras y sensibles del accidente de Santiago Arias, quien en el intento de sacar el balón, cuyo control era del delantero venezolano, sufrió una seria lesión, cuando tenía el proyecto de continuar su carrera en Alemania. Por eso digo agridulce. O alguien bien podría calificar como alto el precio pagado por el triunfo.

Siempre se habló de las pequeñas sociedades que en los equipos prosperan. Más que sociedades, el grupo del Atalanta y sus tres representantes condujo al equipo al triunfo. Porque tanto Duván Zapata como Luis F. Muriel anotan goles, trenzan entre ellos las jugadas y se las rebuscan de manera individual. El segundo gol de Muriel, ante un pasegol del arquero Camilo Vargas, exhibió la facilidad para aplicar velocidad y sobre la marcha amague y remate. A los dos delanteros ya consagrados y reconocidos en Italia se sumó Johan Mojica, quien con sus arranques propició opciones para sus compañeros, como en el primer gol de Muriel.

Los primeros 45 minutos resultaron lo mejor del seleccionado. Básicamente porque allí debían asegurarse con goles los tres puntos. En cambio, el segundo tiempo admite varias reflexiones. No fue por cansancio ni fatiga que el equipo se relajó. Muchos pensarán en dosificar fuerzas y en esas disculpas. Los jugadores están preparados para jugar noventa minutos. La mayoría de los que juegan en Europa entienden que si hacen tres goles es preciso buscar más, para que no nos vayan a faltar, como ocurrió en el pasado, cuando Argentina y Uruguay nos hicieron la patuleca con el famoso gol diferencia.

Claro que la inoperancia ofensiva de Venezuela fue bien aprovechada por los nuestros. Camilo Vargas resolvió bien las pocas aproximaciones rivales, mientras Lerma, Barrios y Cuadrado tuvieron rendimiento parejo en la zona media. Y mucho ejemplo el que dieron James y Falcao. Salió el generador de juego, aunque lo veo más efectivo en producción estando en zona derecha, e ingresó Falcao con entusiasmo, ganas y mostrando calidad para admitir que en este momento por delante de él está Duván.

Mañana en Santiago veremos a la selección motivada por el triunfo, aceitada en el funcionamiento y a sabiendas de la urgencia de Chile por hacer valer la localía. Si se logran puntos habremos empezado a cimentar la ilusión de llegar al próximo Mundial. Tenemos jugadores, plan y el deseo ferviente de la recuperación de Santiago Arias.

 

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