River ganó la final más larga de la historia

Un gol del colombiano Juan Fernando Quintero, en el segundo tiempo suplementario, desniveló la serie, que se definió en el estadio Santiago Bernabéu de Madrid.

Luis Guillermo Ordoñez - Madrid
10 de diciembre de 2018 - 03:00 a. m.
River celebró su cuarto título de la Libertadores, tras ganar en 1986, 1996, 2015 y 2018. / AFP
River celebró su cuarto título de la Libertadores, tras ganar en 1986, 1996, 2015 y 2018. / AFP

Nada menos que en el estadio Santiago Bernabéu de Madrid, River Plate ganó ayer la final más larga y extraña en la historia del fútbol. Con el volante colombiano Juan Fernando Quintero como figura, el equipo millonario se impuso 3-1 sobre Boca Juniors y conquistó la cuarta Copa Libertadores de América, tras las que levantó en 1986, 1996 y 2015.

Y lo hizo ante su más tradicional rival, en una serie que duró 39 días y se programó en siete fechas diferentes. La lluvia obligó a aplazar el partido de ida, que terminó 2-2 en La Bombonera. La violencia impidió que se jugara la vuelta en el Monumental y Madrid, paradójicamente, fue elegida como sede del duelo definitivo del torneo en homenaje a los héroes de la independencia de nuestro continente.

Miles de hinchas argentinos se tomaron durante el fin de semana la fría capital de España, cuyos habitantes no parecían cómodos recibiendo a tantos fanáticos bulliciosos y desenfrenados. Curiosamente no fueron los más fervientes seguidores de ambos clubes los que llegaron a Europa. Lo hicieron quienes pudieron pagar los costosos tiquetes y un par de noches de hotel. Los seguidores fieles, esos que van semana a semana a los estadios en Buenos Aires, se quedaron en casa.

Pero el tema River-Boca tenía que terminar, porque ya se había ensuciado mucho. Tanto que durante el último mes de lo que menos se habló fue de fútbol. Por más que el duelo quería alargarse, tras un justo 1-1 en los 90 minutos, con goles de Darío Benedetto y Lucas Pratto, el colombiano Juan Fernando Quintero lo liquidó. Lo hizo con un golazo muy a su estilo, un zurdazo al ángulo que puso por primera vez a River adelante en la serie ante un Boca que, futbolísticamente, era menos.

El tanto del antioqueño, en el segundo tiempo extra, acabó con la ilusión de los xeneizes, que jugaban con un hombre menos por la expulsión de otro colombiano, Wílmar Barrios, por doble amonestación. En tiempo de adición Gonzalo Pity Martínez anotó el 3-1 final, cuando ya hasta el arquero de Boca se había ido desesperado a buscar el empate.

Estalló entonces la tribuna norte, en la que se ubicaron cerca de 10 mil hinchas millonarios en el Bernabéu, al que asistieron muchas personalidades del balompié, entre ellas Lionel Messi, James Rodríguez y Diego Pablo Simeone. Del costado sur, los seguidores boquenses se retiraban con resignación. En las tribunas este y oeste estaban los españoles, la mayoría socios del Real Madrid, quienes, muchos sin favorito, iban a ver con curiosidad la fiesta en las graderías.

River se coronó campeón de América y sus hinchas que anoche celebraron en la Puerta del Sol en Madrid y en el Obelisco en Buenos Aires, ya van camino a Emiratos Árabes, para el Mundial de Clubes, desde esta semana. Boca deberá tratar de recuperarse de la peor derrota de su historia y el fútbol argentino tendrá obligatoriamente que reestructurarse antes de que la violencia lo acabe. La final del mundo, como se le llamó por el significado que tiene la más grande rivalidad entre clubes en el planeta, fue un novelón que se alargó mucho más de lo debido y por fortuna tuvo un final feliz, el de la final más larga de todos los tiempos.

Por Luis Guillermo Ordoñez - Madrid

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