Diego Simeone y la tarea de eliminar al Liverpool de Klopp

El argentino atraviesa su peor momento desde que llegó al Atlético de Madrid. Aún así, tiene la ventaja para dejar fuera al actual campeón del torneo más importante de Europa.

Redacción deportes
11 de marzo de 2020 - 12:13 p. m.
Simeone renovó con el cuadro colchonero hasta 2022. / AFP
Simeone renovó con el cuadro colchonero hasta 2022. / AFP

En entrevista con el diario La Nación de Argentina, Diego Simeone cuenta que cuando niño prefería presentar los exámenes para los que no había estudiado solo por experimentar una sensación de adrenalina. Durante su carrera como futbolista, también como entrenador, El Cholo ha procurado mantener ese vigor porque, de una u otra forma, es lo que lo hace sentir vivo. Y estar vivo es equivocarse, no solo en el fútbol; es prepararse, no para dejar de equivocarse sino para hacerlo la menor cantidad de veces posible, porque es un paso del aprendizaje. Simeone podría ser uno de los estrategas más inconformes que hay, pero también de los que tiene más fuerza, sobre todo orgullo. Ese querer más ha hecho que los clubes que ha dirigido también interioricen su búsqueda, que se asemejen a su forma de ser.

Durante su carrera como futbolista, también como entrenador, El Cholo ha procurado mantener ese vigor porque, de una u otra forma, es lo que lo hace sentir vivo. Y estar vivo es equivocarse, no solo en el fútbol; es prepararse, no para dejar de equivocarse sino para hacerlo la menor cantidad de veces posible, porque es un paso del aprendizaje. Simeone podría ser uno de los estrategas más inconformes que hay, pero también de los que tiene más fuerza, sobre todo orgullo. Ese querer más ha hecho que los clubes que ha dirigido también interioricen su búsqueda, que se asemejen a su forma de ser.

En Atlético de Madrid, Simeone es intocable, o eso parece. Lo ha dicho Enrique Cerezo, presidente de la institución, varias veces, con el pudor de los secretos que hay entre ambos, con el mutuo acuerdo de entender que mientras los grandes del mundo se refuerzan con los mejores, ellos, más limitados económicamente, dejan ir a los mejores.

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“Desde 2011 le dijo a la gente la verdad: no podemos hacer lo que Real Madrid, Barcelona o Bayern Múnich hacen. Nosotros vamos a nuestro ritmo y tenemos que aceptar que cada temporada hay que pensar en armar de nuevo un equipo competitivo”, dijo Simeone a la Cadena Ser. Lo anterior deja claro que en nueve años el argentino se la ha pasado construyendo y manejando, y eso se ha arraigado tanto a su filosofía que ya sabe que cuando uno de sus futbolistas brilla, debe estar pensando en quién viene atrás para reemplazarlo.

Por eso no se afanó cuando Antoine Griezmann se fue para Barcelona (también se marcharon Diego Godín, Juanfrán, Filipe Luis, Lucas Hernández y Rodri), pues ya sabía de la existencia de un portugués, rapidito y ágil, formado en Benfica y que tenía ganas de llegar a España, al Atlético, porque sabía de Simeone y su manera de trabajar: Joao Felix. En Madrid se habla de la peor campaña del argentino desde que llegó al cuadro colchonero, de que el club está, por ahora, fuera de los puestos que entregan cupo a la Champions League (es quinto en LaLiga con 45 puntos), la principal fuente de ingresos para una institución que por temporada tiene como tope salarial 348,5 millones de euros, muy lejos de los 656 de Barcelona y los 641 del Madrid.

Numéricamente es cierto, pues haciendo un recuento se ve que en la campaña 2012-2013 terminó tercero y ganó la Copa del Rey; al siguiente año fue campeón del torneo local; en el torneo 2014-2015 finalizó tercero, como las dos temporadas siguientes, y en las últimas solo fue superado por Barcelona. Según la UEFA, Atlético recibió 341 millones de euros en sus últimas participaciones en la Champions, por lo que no tener un cupo asegurado escandaliza a la hinchada y los directivos. “Es una cuestión de piel, no de presupuestos. Y la clave está en prepararse para ganar porque, definitivamente, no se puede enseñar a ganar”.

Si bien Atlético no es el conjunto sofocante, incómodo y práctico de años anteriores, El Cholo conserva su capacidad de estratega, su lectura inteligente del rival y la forma de bloquearlo hasta anularlo. Incluso, no sería arriesgado decir que después del 1-0 sobre Liverpool, en la ida de los octavos de final (18 de febrero), el argentino le mostró al resto cómo había que desarticular a Jordan Henderson, no dejar libre a Alexander Arnold y asfixiar, con y sin la pelota, a Mohamed Salah.

A pesar de que no gana hace dos partidos (empató con Sevilla y con Espanyol en el torneo local), el encuentro de Anfield, que podría jugarse a puerta cerrada por el coronavirus, será diferente para Simeone, un entrenador que tiene como capricho la Champions, torneo que estuvo cerca de ganar en dos ocasiones (2014 y 2016), que importa mucho para un hombre que sabe derrumbar, como en otras veces, a los mejores del mundo.

Por Redacción deportes

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