Se ve más magro, mucho más desde la última vez que estuvo en la selección de Colombia, en la Copa América de Brasil el año pasado. Edwin Cardona ha cambiado, y más allá de lo físico, la variación está arriba, en la cabeza. Al menos así lo ha hecho ver el hombre de Boca Juniors que atendió a los medios antes del partido con Uruguay este viernes por las eliminatorias suramericanas.
El antioqueño de 27 años se refirió a las mejoras que ha tenido, a la importancia de haber vuelto al fútbol argentino y a lo que significa para él estar de nuevo en el equipo de mayores y bajo la dirección de Carlos Queiroz.
Estas fueron sus respuestas más destacadas:
Su regreso viene supeditado a la vuelta a Boca Juniors
Claro que influye. Sabía que si volvía a Boca era para mejorar mi nivel, quizá retomar el que tenía antes, y poder representar a mi país. Sabía que tenía que mostrar buenas actuaciones para estar de nuevo en el radar y lo logré. Es una nueva ilusión. Ahora me siento un jugador más maduro, algo que dan los años y que tiene cómo estar a la altura que exige la selección.
¿Cómo ha cambiado en su forma de jugar?
Ahora tengo más intensidad. En este fútbol moderno se ha perdido un poco de la figura del 10 y por eso hay que estar en movimiento constante para ayudar a los compañeros. Ya no solo se trata de habilitar a los demás y marcar goles, hay que defender, marcar.
Diferencias en la parte mental
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Ya lo del Mundial pasado quedó atrás. Y sí, claro que te da duro ver que compañeros del mismo equipo se van para la selección y tú no tienes la oportunidad de hacerlo. Eso te pone triste, pero ahora es diferente porque me siento más fuerte. De hecho, esta convocatoria la festejamos con mi esposa y mis hijos como si fuera la primera. A veces necesitas gente que te diga las cosas en la cara para entenderlas. Y esas son las personas que realmente te quieren. He mejorado muchas cosas en mi vida
¿Qué otras funciones puede hacer en la cancha?
Entiendo ahora que el talento no basta para ser buen jugador. Hay calidad en Colombia, pero te das cuenta que en el exterior te piden más, te exigen más. Uno ve futbolistas en nuestro país mucho mejores de algunos sobrevalorados en Europa y si solo tuvieran intensidad estarían brillando en otros países. No tengo la velocidad de Mbappé o Neymar, pero si la inyección de energía para correr lo que tenga que correr.