El colombiano que salva vidas en canchas de fútbol y hospitales de Buenos Aires

En 2018 salió en las noticias de Argentina porque milagrosamente salvó a un futbolista infartado en una cancha. La semana anterior fue testigo de un tiroteo en un hospital. La breve historia de un médico de Urabá que ahora combate contra el coronavirus en Buenos Aires.

Lucas Cardona Camargo
05 de mayo de 2020 - 05:41 p. m.
Héctor Figueroa Liñán, médico colombiano que salva vidas en Buenos Aires (Argentina). / Cortesía
Héctor Figueroa Liñán, médico colombiano que salva vidas en Buenos Aires (Argentina). / Cortesía

Hace dos años, el médico colombiano Héctor Figueroa Liñán fue noticia en Argentina. Gracias a su oportuna intervención durante un partido de fútbol del torneo Federal C, logró salvarle la vida a uno de los jugadores que sufrió un infarto en la cancha. La semana anterior, el médico Figueroa volvió a ser noticia porque cuando cumplía su turno en el hospital Isidoro Iriarte de Buenos Aires fue testigo de un enfrentamiento a bala en el propio centro asistencial, que terminó con dos heridos: un policía y un civil.

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Héctor Figueroa nació en el paraíso costero de Arboletes (Antioquia), en la región de Urabá. De sus días de niño recuerda cuando las Farc atacaron al pueblo y destruyeron la estación de Policía y el Banco Agrario. Este suceso y otros reforzaron su convicción: debía acudir donde la vida estuviera en juego. Cuando terminó su bachillerato, primero se graduó como auxiliar de enfermería, y luego como médico en la Universidad del Sinú, en Montería (Córdoba). Ahora debía especializarse.

Inicialmente, regresó a su pueblo y ejerció como médico general durante varios años. Pero su idea era ampliar su saber y el destino lo llevó a Buenos Aires, donde después de tres años de homologar estudios logró adquirir su condición de residente de ortopedia y traumatología. En esas vueltas de la vida, cerca de su especialidad, en la tarea adicional de asistir a partidos de fútbol para atender a eventuales deportistas lesionados y así ganarse unos pesos extras, llegó el 4 de febrero de 2018.

Ese día, en la cancha del equipo Juventud de Bernal, situada en el sector de Berazategui, el local enfrentaba al club Nueva Alianza de La Plata, en partido correspondiente al torneo Federal C. Cuando el cronómetro marcaba el minuto 40 de la primera parte, con pizarra igualada a un gol, súbitamente el anotador del equipo visitante Luciano Ceccatto se desvaneció en la mitad de la cancha. El médico colombiano entró al campo de juego a librar su batalla contra la muerte que acechaba a su paciente.

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Las imágenes que luego fueron difundidas desde celulares por los testigos del suceso, dejaron ver la lucha del médico Figueroa por resucitar al futbolista. Al final, logró estabilizarlo y, cuando llegó la ambulancia, se fue al lado del deportista hasta el hospital El Cruce, donde ratificó su diagnóstico. Luciano Ceccatto había sufrido varios infartos desde su caída en la cancha hasta la entrada al centro asistencial. Ese día, Figueroa volvió a casa con el deber cumplido. Ceccatto quedó hospitalizado varios días.

Hasta el año siguiente Ceccato pudo volver a una cancha, vestido con los colores de su equipo Nueva Alianza. Regresó para despedirse del fútbol profesional. Ese día hizo gol, como lo había logrado el día de los infartos, y uno de los acompañantes a su retiro anticipado, como lo hace a su cumpleaños, fue su amigo, el médico Figueroa. Ese día, Ceccatto volvió a contar que no recuerda nada, pero que tuvo claro desde entonces porque celebra dos cumpleaños: el de su nacimiento el 6 de julio y el de su renacimiento el 4 de febrero.

“Solo cumplí con mi deber y salvé una vida”, fue el escueto comentario del médico Figueroa, mientras Luciano Ceccatto se encargó de explicar que después le contaron de la persistencia del médico Héctor Figueroa por salvarlo, concentrado en la reanimación cardiopulmonar por más de veinte minutos. Cuando llegaron al hospital El Cruce, fue Figueroa en persona quien intercedió ante el personal médico para que lo atendieran de urgencia pues era asunto de vida o muerte.

Algunos medios locales registraron lo sucedido y la noticia se oyó con gratitud. Pero esta semana, el médico Figueroa volvió a estar en el epicentro de la noticia. Caía la tarde en el hospital Isidoro Iriarte de Quilmes el pasado 29 de abril, cuando sucedió un hecho inesperado. A escasa distancia del centro asistencial, dos asaltantes en una moto atacaron a un vecino por robarle su celular. El hombre se resistió y recibió un disparo en el muslo derecho. Como pudo entró al hospital, pero los maleantes también lo hicieron.

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En ese momento, en la guardia del hospital aparecieron dos agentes de la Unidad de Policía de Prevención Local que repelieron a los delincuentes. En el tiroteo en el hospital, además del vecino de 58 años Rodolfo Iglesias, también resultó herido el agente de policía Jonathan Molina. El cuerpo de médicos y enfermeras, entre los que atendía Héctor Figueroa, tuvo que refugiarse. Luego encararon la emergencia. El asunto terminó en una salva de aplausos para el uniformado, declarado héroe de la jornada.

Héctor Figueroa Liñán lo ratificó desde Buenos Aires, y agrega que fue un momento de alta tensión, pero que por fortuna la vida volvió a ganar. Pocos entre sus compañeros saben que es el mismo médico colombiano del que se habló por auxiliar a un futbolista que estuvo en brazos de la muerte. Hoy, como todo médico, tiene una prioridad: luchar contra el coronavirus. Su destino fue hacerlo en el país que lo aceptó para salvar vidas, y ahora comparte con sus colegas argentinos esa batalla contra el enemigo universal.

Por Lucas Cardona Camargo

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