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Este martes, con un comunicado escueto, Manchester United anunció que José Mourinho ha sido despedido después de dos años y medio en el cargo, y tras un mal comienzo de temporada cuya gota que colmó el vaso fue la derrota contra el Liverpool (3-1) este fin de semana.
"Hasta el final de la temporada se nombrará a un técnico interino, mientras el club lleva a cabo un minucioso proceso de contratación de un nuevo entrenador a tiempo completo", precisó el United en el texto que se dio a conocer en las redes sociales.
La caída contra el líder de la Premier solo fue el detonante a una situación que hace varios meses se complicó, a la mala relación del estratega con algunos resultados y a la baja producción de puntos (es sexto de la tabla a 19 unidades de la punta).
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Este ha sido el peor comienzo del club de Mánchester en la liga desde 1990 e incluso su ambición de situarse entre los cuatro primeros clubes ingleses y de alcanzar un lugar en la Liga de Campeones de la próxima temporada está en peligro.
Mourinho, que llegó a la institución en mayo de 2016, conquistó una Liga Europa y una Copa de la Liga en su primera temporada con los Diablos Rojos, pero en su segunda campaña se quedó en blanco, siendo subcampeón de la Premier League, a 19 puntos del líder.
En Europa, las cosas han salido un poco mejor al clasificarse para los octavos de final de la Liga de Campeones como segundo de grupo por detrás del Juventus de Turín, equipo al que vencieron en Italia.
Sin embargo, la mala imagen dada en Old Trafford ante los italianos, además de los pobres resultados cosechados ante el Young Boys y el Valencia -los otros rivales del grupo-, provocaron que los ingleses pasaran ciertos apuros para continuar en liza.
El cruce de octavos ha comprometido notablemente el futuro del United en la máxima competición continental, puesto que se tendrá que enfrentar al París Saint Germain, uno de los favoritos de la competición.
A todo ello se une la eliminación en la competición menor de la Copa de la Liga, torneo en el que fueron superados por el Derby County, de Segunda división, en los penaltis en Old Trafford.
La unión de Mourinho y el United ha sido tormentosa en los últimos meses y se ha intensificado por la mala relación del portugués con el vestuario y con la directiva.
Las discrepancias entre el luso y el máximo directivo del club, Ed Woodward, se han multiplicado y Mourinho no ha dudado en criticar la política de fichajes, incidiendo en la falta de efectivo para firmar jugadores y en la falta de calidad en las incorporaciones para poder competir con los mejores.
A nivel interno, Mourinho inició una guerra con algunos de los pesos pesados del vestuario, como con el francés Paul Pogba, a quien arrebató hace unas semanas la vicecapitanía del club y al que ha dejado fuera de la alineación en los últimos partidos importantes.
Su imagen en el banco, sin disputar ni un minuto ante el Liverpool, fue representativa de la situación actual.
Por ahora, el equipo seguirá sus trabajos para los encuentro que le restan este año antes de empezar a planear lo que será, con un DT encargado, una nueva temporada.