No se le dio el resultado, pero fue el hombre más influyente del Bayern Múnich en la caída 2-1 en casa ante el Real Madrid. Y James asumió el duelo con carácter, ganas y sacrificio. Era un partido especial para él y así lo demostró dentro del terreno de juego.
Jupp Heynckes usó toda la pólvora que tenía: Lewandowski, Robben, Müller, Ribéry y James en el frente de ataque. El colombiano fue el sacrificado y tuvo que acompañar a Javi Martínez en el centro del campo con más funciones defensivas que ofensivas. Un poco lejos del arco rival, fue el pulmón de los bávaros dándoles salida y el mejor futbolista de su equipo.
El cucuteño fue el futbolista que más corrió: 11,4 kilómetros. Hizo 71 pases con un 90,1% de efectividad, realizó ocho centros, cinco balones largos, una intercepción y cuatro entradas. Además fue el asistidor del gol de Kimmich y el dueño de las pelotas paradas. Partido de ocho puntos del goleador del Mundial de Brasil.
"Creo que hice un buen juego, pero quería ganar. Quedé con bronca porque hicimos un buen partido. Ellos no tuvieron chances: nos equivocamos dos veces, nos hicieron dos goles. Así son ellos, tienen mucha jerarquía. Me voy con bronca por las ganas, la intensidad y las opciones que generamos", señaló James Rodríguez al término del encuentro.
La vuelta será el próximo martes en el Santiago Bernabéu, la antigua casa del colombiano. La llave quedó abierta y James espera volver a ser protagonista.