Yerry Mina se vino a enterar lo que era lesionarse en su ciclo final del Palmeiras, cuando se fracturó en agosto de 2017 el quinto metatarsiano de su pie izquierdo. Lo operaron, estuvo tres meses de baja. Ahí empezó un suplicio que no termina.
Desde ese momento, tres años después, ya registra ocho lesiones de consideración más en su historial. El caucano se perdió la reanudación del fútbol inglés por problemas físicos, recién volvía tan solo una semana después de recuperarse, pero este domingo salió lesionado en la derrota 3-0 del Everton sobre los Wolves.
“Tiene problemas musculares, no se recuperó bien”, las palabras de su DT Carlo Ancelotti.
Solo en 2019, uno de los años más difíciles de su carrera, sufrió cinco lesiones que le hicieron perder más de cuatro meses de la temporada. En 2020, en pocos partidos, ya lleva dos.
Sus lesiones han sido en los pies, una de sus rodillas, el muslo y el tendón de la corva, además de otros problemas musculares. Este lunes se hará una resonancia para determinar el alcance de su lesión, otra más para un Yerry Mina que por los problemas físicos no ha podido consolidarse en el fútbol europeo.