Jackson, goleador en Medellín. Jackson, máximo anotador en México, en Portugal. “Cha Cha Cha”, a la altura de los mejores artilleros de Europa. De ser figurón en Porto pasó al Atlético de Madrid, luego una lesión de tobillo y ahí chao. Todo se fue al piso. La vida se le jodió al delantero chocoano. En China no pudo figurar y ahora en el Portimonense de Portugal sueña con regresar a su nivel, sin embargo, según confiesa en una entrevista con el periódico Record de Portugal, su vida futbolística es puro sufrimiento.
Todo empezó a cambiar desde el encuentro entre Chile y Colombia en Santiago por la tercera fecha de las eliminatorias a Rusia 2018 (noviembre de 2015), en el que salió por una torcedura de tobillo. El dictamen médico: esguince. Desde entonces nunca volvió a ser el mismo. En abril de 2016 recayó en la lesión en un partido del Guangzhou frente al Henan Jianye. Desde entonces se intervino en dos ocasiones y entrenó fuertemente para reaparecer.
Jackson está en su lucha. Aunque ya ha vuelto a los terrenos de juegos, tiene que convivir día a día con molestias y dolor que le quitan el sueño. “¡Es una lucha diaria! Cada entrenamiento, cada instante en que me meto en la cama para dormir... Casi todas las noches, alrededor de las 3 o 4 de la mañana como si fuera un reloj, mi sueño es interrumpido debido a alguna molestia en el pie. Después de unos minutos se pasa y vuelvo a dormir. Para entrenarme tampoco es fácil, no puedo hacerlo dos o tres días seguidos. Quería trabajar normalmente todos los días pero los médicos y el fisioterapeuta me aclararon que eso era imposible. Sigo un programa específico”, afirmó.
El chocoano lleva esta temporada 10 partidos disputados con el Portimonense y ha sumado cuatro goles, siendo últimamente un habitual titular.