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Pesadilla en Quito: Ecuador humilló a Colombia y le ganó 6-1

El equipo dirigido por Carlos Queiroz sumó su segunda goleada en contra luego de la caída 3-0 con Uruguay en Barranquilla. No recibía tantos goles por eliminatoria desde 1977 cuando perdió con Brasil 6-0 en el Maracaná. Vea aquí todas las anotaciones del partido por el Gol Caracol.

Camilo Amaya - @CamiloGAmaya
17 de noviembre de 2020 - 10:58 p. m.
James Rodríguez (centro), que tuvo uno de sus peores partidos con la selección
James Rodríguez (centro), que tuvo uno de sus peores partidos con la selección
Foto: Agencia AFP

Son instantes en los que se cree que el mundo se va a derrumbar, aunque en realidad no sea así. Y cambian los gestos y la paciencia se agota, y todo es producto de la desconcentración, de no entender lo que se está haciendo, también de lo que hace el rival. Entonces cada dos por tres, como en una especie de déjà vu, llegaron los goles, pero en propia puerta.

El primero en una pelota que no quiso abandonar el área de Colombia y que terminó en Robert Arboleda, un central que hizo las veces de delantero, al que no referenció Johan Mojica, y que definió de manera impecable para el 1-0 de Ecuador.

Pero los problemas más grandes vinieron después, bueno, ahí en seguida, a los 60 segundos, con un mal saque de Camilo Vargas, el cabezazo de Luis Manuel Orejuela para alejar el balón, la habilitación de Xavier Arreaga que la devolvió para el otro lado (de cabeza) y la claridad de Ángel Mena para meterse entre Jeison Murillo y Mojica y definir a la salida de Vargas. Apenas iban 10 minutos de partido.

Ecuador, metedor y bastante criterioso, bajó el ritmo y Colombia, con mucho por hacer y mucho que cambiar, no pudo. Juan Guillermo Cuadrado no entregó bien la pelota, James Rodríguez manoteó mucho y corrió poco y, claro, si el eje no se mueve con la certeza que debería hacerlo, no hay circulación. Y sin poder vencer la resistencia del local, sin ideas para llegar al otro arco, el equipo de Carlos Queiroz dejó muchos huecos atrás.

Y los dirigidos por Gustavo Alfaro, muy perspicaces para identificar la debilidad del otro y con un gran sentido de la oportunidad, aumentaron la cuenta en el 32′ en una clase de triangulación, de ir hasta el fondo, sacar un centro al punto penal dando por sentado que el delantero estará allí. Y Michael Estrada estuvo en medio de Murillo y Mojica y marcó el 3-0.

Y como si la pesadilla no fuera de por sí terrorífica, en el 37′ -otra vez en un santiamén- Mojica olvidó que si bien el defensor tiene que mirar para adelante, también debe referenciar al que tiene atrás. Robert Arboleda le ganó la espalda y con un pase de cabeza habilitó a Xavier Arrega, el otro central, para el 4-0.

Agobiado, y en una muestra de desesperación, Queiroz hizo tres modificaciones de totazo y revolcó todo: sacó a Luis Díaz, que poco generó con sus gambetas y velocidad, y metió a Luis Suárez, le cobró a Mojica sus errores e ingresó a Frank Fabra y para llenar el hueco de la banda derecha bajó a Juan Guillermo Cuadrado, retiró a Matheus Uribe y llamó a Wilmar Barrios para tratar de taponar un poco el mediocampo. Además, puso a Luis Muriel por Luis Manuel Orejuela. Medidas radicales para problemas enormes

Sin embargo, no hubo efecto. Y todo pareció una cuestión de actitud, de entrega. Hubo rodeos, inútiles, bueno, menos uno, el de una acción rápida que dejó a Duván Zapata, al solitario Zapata, de frente al arco y en el piso luego de que un rival lo derribara. Penalti para Colombia y gol de James Rodríguez, que cobró tan justo que el balón tocó el palo antes de entrar al arco defendido por Alexander Domínguez.

En la segunda parte, las maniobras fueron iguales: torpes y efímeras. La selección nacional, golpeada en el honor, no mejoró y fue una presa fácil para una Ecuador veloz y fuerte. El pánico de perder de esa forma fue tan evidente que se transformó en nerviosismo, en falta de ideas, en Cuadrado pegando, en James Rodríguez extraviado y en la defensa sufriendo con cada ataque rival.

A punta de pelotas cruzadas los ecuatorianos enloquecieron a la zaga colombiana, la confundieron y la hicieron ver vulnerable y endeble. Edwin Cardona reemplazó a Lerma, pero nada mejoró y lo que sucedió en el estadio Casa Blanca fue más inverosímil con el tanto de Gonzalo Plata, el taco previo de Ángel Mena (el socio de todos) y el zapatazo del jugador de Sporting de Lisboa imposible para Vargas.

En el tiempo de reposición vino otro gol, de Pervis Estupiñán, de tiro libre para completar los tantos de todas las facturas.

No hubo temple, ni reacciones individuales, mucho menos colectivas. Y Colombia volvió a recibir seis goles en una eliminatoria, algo que no pasaba desde el 9 de marzo de 1977 cuando, en el camino a Argentina 1978, Brasil se impuso 6-0 en el Maracaná.

Al final, el terror estuvo en las manos/en el ojo desorbitado/en el compromiso que nadie acepta/y en el trazo negro del momento. Una pesadilla entera, diría el portugués José Saramago.

Por: Camilo Amaya

Estos fueron los goles del partido:

Por Camilo Amaya - @CamiloGAmaya

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Belcebú(10227)18 de noviembre de 2020 - 12:17 a. m.
Qué ineptitud. Mayor que la del alto gobierno. Una verdadera vergüenza. Les va tocar motilarse de manera diferente. Solo tendrán como consuelo la frase de siempre: perder es ganar. El subdesarrollo tampoco quiere abandonar el fútbol chibchombiano.
  • Hector(23336)18 de noviembre de 2020 - 03:09 a. m.
    Esto es un reflejo de nuestro mal entendido patriotismo. Ojala que, así como nos desgarramos las vestiduras por la selección de futbol, lo hicieramos por todos los sucesos que nos enlutan y que verdaderamente merecen nuestra atención.
Caruso(80674)17 de noviembre de 2020 - 11:52 p. m.
Sigan bailando.
  • Hector(23336)18 de noviembre de 2020 - 03:10 a. m.
    Pan y circo para todos
Aldemar(14308)17 de noviembre de 2020 - 11:22 p. m.
Ese Queiroz es un verdadero "paquete chileno"! Chao Catar!
Sebastian(53135)17 de noviembre de 2020 - 11:11 p. m.
El partido se perdió por la alineación que hizo el técnico, pues puso como marcador de punta a Cuadrado y como centro medio a James y no encontró a nadie para marcar la punta. Pero lo mas evidente es que a todos les faltó orden y entusiasmo y eso es culpa de Queiroz, que nunca supo motivar a sus jugadores y lleno de pesimismo hizo cambio ilógicos. Menos mal que hay tiempo para que llegue Comesaña
Cesar(05125)18 de noviembre de 2020 - 01:42 p. m.
El huracán Alfaro no dejó actuar la divina providencia.
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