Franco Armani: “Todavía no me lo creo”

El futbolista con más títulos en la historia de Atlético Nacional fue convocado por el técnico de Argentina, Jorge Sampaoli, para el Mundial de Rusia 2018. En entrevista exclusiva con El Espectador reconoció que nunca hubo posibilidades reales de jugar por Colombia.

Daniel Avellaneda Buenos Aires
22 de mayo de 2018 - 02:00 a. m.
 Armani llegó a River Plate en enero de este año. / AFP
Armani llegó a River Plate en enero de este año. / AFP
Foto: AFP - JUAN MABROMATA

Las últimas imágenes de Franco Armani están lejos de ese arco que parece pequeño ante la inmensidad de sus tapadas. El número uno de River Plate, uno de los colosos de la Argentina, está rodeado de niños que sucumben por un autorretrato o un autógrafo del jugador del momento. Sucede en Casilda, una ciudad de 40 mil habitantes erguida a 335 kilómetros de Buenos Aires. Ese es el lugar en el mundo del portero estrella del fútbol argentino. Aquel que ganó todo con Atlético Nacional, al punto de convertirse en ídolo, pero que pegó el salto a la selección de Argentina con un buzo celeste, el color que más vistió este semestre, y otro verde como el que alguna vez se puso el enorme Ubaldo Matildo Fillol, representando a los millonarios de la banda roja.

Entonces, los chicos de la escuela Manuel Dorrego enloquecen. Allí estudió Franco desde que era un pibe que se calzaba guantes y rodilleras y le atajaba penaltis a su hermano en el portón de su casa de barrio Centro. “Volvé con la Copa y con Messi”, reza un cartel escrito a mano con una indisimulable caligrafía infantil. Y después de coquetear con la posibilidad de atajar para la selección de Colombia, por fin cumplirá con el sueño que tenía de pequeño: tapar para Argentina. Jorge Sampaoli, su coterráneo, lo oficializó ayer entre los 23 mundialistas que representarán a la albiceleste en Rusia. Y tiene chances de pelearle la titularidad a Sergio Romero, un histórico del arco, y Wilfredo Caballero, ambos participantes de la Premier League, en Manchester United y Chelsea, respectivamente.

Jugó 20 partidos en River y en 12 no recibió gol. Tapó 49 de los 59 remates que patearon al arco. Estuvo 619 minutos sin que le marcaran. Números extraordinarios de este arquero que se sacrificó para llegar lejos, que la peleó en el Ascenso con la camiseta de Deportivo Merlo, llegó a Atlético Nacional como quinta opción y terminó siendo titular indiscutible y referente. El que se rompió los ligamentos cruzados en 2012 y salió adelante apoyado en la religión. Fe le sobra, entonces, para ganarse un puesto en la Copa del Mundo.

“Soñaba con estar en la lista de 35 y muy ilusionado con ser parte de los 23 mundialistas. La verdad, todavía no me lo creo. Uno aterriza cuando suceden las cosas. Trato de disfrutar el momento, el día a día. Llegó una bendición a mi vida y tengo que aprovecharla”, cuenta con felicidad.

¿Por qué cree que la oportunidad llegó ahora que juega en Argentina y no cuando demostraba un gran nivel en Colombia?

Tengo claro la magnitud que significa jugar en River. Uno venía de Colombia en un buen nivel, haciendo las cosas bien, ganando cosas allá, pero no esperaba que esta posibilidad llegara tan rápido. Tomé la decisión de jugar en un equipo grande, algo que nunca había podido hacer, porque era un desafío para mi carrera deportiva. Gracias a Dios, se pudo dar.

¿Esperaba el llamado de Sampaoli?

Como cualquier futbolista que tiene aspiraciones importantes, en mi mente siempre estuvo la idea de ser llamado. Es un sueño que tuve desde chico. Y era consciente de que, si cumplía con las expectativas, iba a tener más chances.

¿Con el técnico de Argentina ya había hablado antes de la convocatoria?

A Sampaoli lo conocía de Casilda. A veces cuando me lo cruzaba. Tenemos una buena relación. Pero lo volví a ver hace poco cuando tuve la reunión en la AFA. Estoy muy contento de poder estar en el Mundial y que él sea mi técnico.

¿Nunca pensó que podía llegar a jugar para Colombia?

En un momento se me pasó por la cabeza, pero no hubo posibilidades en el momento en que estaba atajando allá. Sabía que jugando acá, en la Argentina, en un equipo grande como River, era posible aspirar a la selección. Siempre seguí trabajando y mejorando día a día para estar en la órbita del entrenador.

En muy poco tiempo se metió a la afición de River en el bolsillo. ¿Le está yendo mejor de lo que esperaba?

Vine a la Argentina a cumplir un sueño, a poder jugar en River, el equipo que tenía mi admiración y que de chico sólo veía por televisión; a lograr cosas importantes y conseguir títulos como lo hice en Atlético Nacional. Gracias a Dios se me está dando todo y estoy pasando por un momento muy bueno, como en Colombia, pero me toca acá, con esta camiseta y en esta liga, y estoy muy contento.

¿Va a volver a jugar en Colombia, el país que lo catapultó en su carrera?

Ahora estoy pensando en vestir esta camiseta, hacerlo lo mejor posible y ganar la mayor cantidad de cosas que pueda. Los títulos son importantes en mi carrera. Después, yo dije que iba a volver a retirarme en Nacional. Di mi palabra. Pero quiero concentrarme en River y en la selección.

Por Daniel Avellaneda Buenos Aires

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