Gustavo Alfaro: “No he dirigido selecciones, pero sé cómo trabajan”

El técnico argentino, muy ligado a Colombia, es uno de los candidatos para reemplazar a José Pékerman al frente de la selección nacional.

Daniel Avellaneda Buenos Aires
12 de septiembre de 2018 - 10:00 p. m.
 Gustavo Alfaro, de 56 años, es el técnico de Huracán y dirige desde 1992. / Cortesía Diario Clarín
Gustavo Alfaro, de 56 años, es el técnico de Huracán y dirige desde 1992. / Cortesía Diario Clarín
Foto: Fotoreporter

Su nombre empezó a hacer ruido apenas la Federación Colombiana de Fútbol oficializó la salida de José Néstor Pékerman. Y como la experiencia del técnico argentino a lo largo de estos seis años al frente de la selección fue muy positiva, los dirigentes nuevamente enfocaron su mirada a este rincón del Cono Sur. Gustavo Alfaro es uno de los candidatos a dirigir la tricolor. Referente para el medio y comentarista de Caracol Televisión, es el entrenador de Huracán. A los 56 años, el rafaelino tiene una vasta trayectoria, siempre en equipos del fútbol local, incluyendo el San Lorenzo.

El atardecer en la Quemita, el complejo deportivo de Huracán, es el escenario de la entrevista exclusiva con El Espectador. Alfaro es amable, pero mira el reloj a cada rato. Tiene por delante una clase de inglés. “Sentía que me faltaba una base más fuerte cada vez que viajaba al exterior. Así que estoy aprendiendo”, cuenta. Y se mete de lleno en la charla. Queda claro que el estratega conoce en detalle el fútbol colombiano.

¿Qué siente al saber que es uno de los opcionados para dirigir a Colombia?

Cuando sos joven y empezás a hacer tus primeras experiencias, siempre estás esperando el gran equipo. Ahora, cuando te volvés más grande, los tiempos se dan de manera misteriosa y las cosas, cuando se tienen que dar. Que estos rumores se pongan de manifiesto, a mí no me mueve absolutamente. Hoy mi prioridad es Huracán. Eso así, estar en una lista, ser considerado para dirigir una selección tan importante es una cuestión de orgullo. Sobre todo, porque nunca trabajé en Colombia. Esto no hace otra cosa que reafirmar que el camino que estoy tomando es correcto.

¿Hasta cuándo tiene contrato con Huracán?

Hasta junio del año que viene. Y no evalúo otra posibilidad.

¿Y no le gustaría manejar una selección?

No me lo planteé, realmente. Estoy con la cabeza diagramada para dirigir clubes. Más allá de que de 2006 para acá estar en mundiales, Copas América, hablar con otros técnicos, observar entrenamientos y planificaciones me sirvió por el simple hecho de prepararme si una chance como esta se me presentaba. No estoy con la cabeza puesta en hacerme cargo de una selección, pero si se da, hace 12 años que sé cómo es la metodología. No me va a tomar por sorpresa.

¿Por qué cree que Chile y Paraguay, por citar dos casos, apuestan por técnicos colombianos de renombre, como son los casos de Reinaldo Rueda y Juan Carlos Osorio, y en cambio Colfútbol busca en el extranjero?

Cualquiera de los dos tenía los méritos y pergaminos suficientes para quedarse con la dirección técnica. No sé por qué ambos decidieron no esperar a Colombia. La verdad, tanto Rueda en Ecuador y Atlético Nacional como Osorio, que tuvo una dura y exigente preparación en México, mostraron estar a la altura. Pueden dirigir en cualquier parte del mundo. Como el Flaco Gareca en Perú, te posicionás en otro lugar.

¿Y por qué considera que a Jorge Almirón, campeón en Argentina, no le fue bien en Atlético Nacional?

Nacional es un equipo que si tiene que invertir, lo hace. De hecho, invirtió mucho dinero en contrataciones. Le faltó ganar esos partidos clave. Ganó la final de la Liga de visitante y no pudo hacerlo de local. Son esos partidos distintos que no se dan, como le pasó contra Atlético Tucumán. Es muy difícil el proceso de recambio. Llegó a esas instancias decisivas y no las pudo cerrar, lamentablemente.

¿Qué le dejó la selección de Colombia en el Mundial de Rusia?

Primero, terminó cerrando un proceso muy bueno de Pékerman que, a lo largo de seis años, le permitió participar de dos mundiales, más allá de que le tocó quedar eliminado en Brasil en cuartos de final y había una expectativa muy grande. Después de haber pasado momentos difíciles, propios de la renovación generacional, la idea era llegar a la misma posición del otro Mundial. El debut fue accidentado, después hubo una recuperación muy buena. Me parecía que tenía un cuadro favorable para seguir creciendo y le tocó quedarse con un sabor agridulce en los penales. Es una selección que podía haber dado un poco más, pero no es un dato menor la lesión de James. Fue una baja sustancial, le quitó posibilidades.

A Pékerman se le criticó mucho por la manera en la que encaró el partido contra Inglaterra. ¿Cree que se le podía jugar de igual a igual?

Colombia salió a controlar el partido y cuando salís a impedir, a tratar de neutralizar al rival más que a imponer lo propio, es una tendencia. Con tres volantes de contención, si bien cortó la generación del rival, en el medio le costó mucho llegar en ofensiva. No tuvo hombres que pudieran generar el desequilibrio para ganarle a una defensa muy fuerte, que tenía problemas de solidez cuando la atacaban. Después, cuando salió a buscar por la necesidad del empate, terminó desnudando las falencias de Inglaterra del medio hacia atrás. Por cómo se jugó, dio la sensación de que Colombia estaba para ganarlo. Quedó sabor a poco.

¿Quién fue el jugador que más lo sorprendió?

Más que nada Juan Fernando Quintero. En su momento tuvo que hacerse cargo de la lesión de James, no había llegado bien en la previa y condujo al equipo con mucho criterio. Cuando Colombia se quedó con diez ante Japón, tuvo aire, piernas, se mostró lúcido, fue el jugador más talentoso y desequilibrante. Y después, Yerry Mina, que no arrancó el primer partido, pero a fuerza de su juego aéreo terminó imponiéndose. Y lo había manifestado en eliminatorias y es un valor agregado.

¿La salida de Pékerman es un paso atrás?

La verdad, estaba haciendo un proceso muy bueno y tenía todo el derecho de poder continuar. Además, te das cuenta en momentos críticos cuál es la relación que el plantel tenía con su líder. Cuando Colombia perdió con Japón, se jugaba mucho contra Polonia. Y el equipo hizo un partidazo. Tuvo actitud y predisposición. Y en los festejos se vio un apoyo implícito, una muy buena sociedad entre técnico y jugadores. Son relaciones que hay que cuidar.

¿Cuál es el mayor legado que dejó?

Seriedad, responsabilidad y si bien en algún punto afectó al mundo periodístico de Colombia, le dio un orden y una relación hacia adentro muy importante. La selección se fortaleció, encontró un gran sentido de pertenencia. Fue lo que llevó al equipo, más allá de las cuestiones estratégicas, a salir adelante en los momentos más adversos. ¿Cuántos entrenadores se fueron y esperaban el apoyo que nunca llegó? José tuvo en Colombia el respaldo que no se vio para los técnicos que dejaron de dirigir a la selección de Argentina.

Por Daniel Avellaneda Buenos Aires

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