Karius, el arquero del Liverpool que tuvo una noche para el olvido

El portero alemán fue responsable en dos de los tres tantos en la derrota de su equipo 3-1 con el Real Madrid en la final de la Champions League

Redacción deportes
26 de mayo de 2018 - 09:25 p. m.
Loris Karius llegó al club inglés en 2016 proveniente del Mainz 05. / AFP
Loris Karius llegó al club inglés en 2016 proveniente del Mainz 05. / AFP

Atajó bien todo el campeonato, incluso salvando al Liverpool en momentos críticos. Demostró que era el arquero que necesitaba el conjunto inglés, un hombre seguro, fuerte en el juego aéreo e inteligente en la cancha. Sin embargo, este sábado, en la final de la Champions League, Loris Karius, falló cuando no podía fallar. Y no fue una vez, fueron dos, dos ocasiones que, en parte, determinaron el resultado final, el 3-1 a favor del Real Madrid y el desazón del club de Anfield Road.

En la primera jugada, en una acción que no traía mayor peligro, el alemán no se dio cuenta de la cercanía de Karim Benzema y cuando fue a sacar con la mano, el francés estiró su pie y mandó el balón al fondo de la red. Jugada lícita, desconcentración imperdonable. Después vino el gol de Sadio Mané para el 1-1 y la tranquilidad del portero, al mirada al cielo y la exhalación profunda.

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Ya en el segundo tanto, en la chilena de Gareth Bale, Karius no fue responsable, ningún arquero lo sería con una anotación sacada del Play Station. Pero en el tercero, como si oliera el miedo y la inseguridad, el galés sacó un remate, que parecía fácil de controlar y Loris no pudo juntar sus manos, ponerlas firmes y la pelota se metió en su arco. No fue un mal cálculo, tampoco una curva en el aire, solo la incertidumbre del jugador de 24 años que terminó de sentenciar lo que fue una mala noche.

Terminando el encuentro vino la presión y el sentimiento de culpa, y la caminata hacia la tribuna donde estaba la hinchada de Liverpool y el pedido del perdón, y las lágrimas y la intranquilidad y el abrazo de los compañeros. Eso sí, como siempre se ha caracterizado la afición inglesa, hubo una lluvia de aplausos para dejarle claro a su juvenil que por más equivocaciones que cometa la tradición es no dejarlo caminar solo.

Por Redacción deportes

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