"La Canarinha", una selección forjada por la resistencia materna

Varios de los jugadores de la Selección de Brasil crecieron sin figura paterna debido a abandonos, fallecimientos e irresponsabilidades. Pese a que salieron adelante gracias a los esfuerzos de sus madres y otros familiares, esto evidencia una realidad en Brasil: el 40 % de los hogares del país surgen gracias a madres solteras.

Redacción Deportes.
02 de julio de 2018 - 08:43 p. m.
Thiago Silva y Miranda, centrales del “Scratch”, por diferentes motivos crecieron sin sus padres. Como ellos, varios de los integrantes del plantel de Brasil en Rusia 2018 han salido adelante gracias a los esfuerzos de su madres. / AFP.
Thiago Silva y Miranda, centrales del “Scratch”, por diferentes motivos crecieron sin sus padres. Como ellos, varios de los integrantes del plantel de Brasil en Rusia 2018 han salido adelante gracias a los esfuerzos de su madres. / AFP.

La Selección de Brasil tiene puesto el rótulo de favorita para quedarse con la anhelada Copa del Mundo desde antes del inicio del certamen.

Pese a su floja actuación en el Mundial de hace cuatro años, cuando siendo local cayó en las semifinales de manera estrepitosa ante Alemania, y los bajos desempeños en la Copa América de Chile 2015, en la que cayó en cuartos de final por penaltis ante Paraguay, y en la Copa América de EE. UU. 2016, en la que ni siquiera pasó la fase de grupos,“La Canarinha” se sobrepuso y hoy es seria candidata a alzar su sexta copa dorada.

Más allá del talento que hay en las extremidades de futbolistas como Neymar, Gabriel Jesús, Willian, Coutinho, Marcelo, Paulinho o Casemiro, parte del éxito del grupo dirigido por Tite está justamente en la capacidad de reaccionar ante la adversidad, algo que gran parte de la plantilla brasileña conoce desde su infancia.

Al menos a seis futbolistas de la Selección de Brasil los une algo más que el idioma o el escudo: se criaron sin padre, por lo que dicha figura tuvieron que buscarla en sus madres, abuelos o padrastros.

Esta particularidad al interior del “Scratch” se hizo evidente con las curiosas celebraciones del delantero Gabriel Jesús, conocido también por la emotiva historia de pasar en solo cuatro años de pintar las calles en su natal São Paulo a ser el centrodelantero titular de la selección de su país.

Luego de cada uno de los 52 goles que Gabriel Jesús anotó desde el Mundial en su país, los celebró llevándose los dedos pulgar y meñique a su cara, como si se tratara de un teléfono. ¿La razón? Cada gol se lo dedica a Vera Lúcia, su madre, con quien conversa antes y después de cada partido. Vera Lúcia fue abandonada por el padre de Gabriel Jesús antes de que este naciera, y totalmente sola lo sacó adelante no solo a él sino a sus otros tres hijos.

La historia se parece mucho a la de Thiago Silva, defensor de “La Canarinha” y el PSG. El hoy central, a sus escasos cinco años, fue testigo de cómo sus padres se separaban. Luego de esto, su padre nunca más volvió a aparecer. Incluso, cuando Ángela estaba esperando a Thiago Silva contempló la posibilidad de interrumpir su embarazo debido a las dificultades económicas, pero su familia la convenció de seguir adelante con la gestación.

Tras la separación, Ángela se casó de nuevo con Valdomiro, quien hasta el día de su muerte crió y cuidó a Thiago Silva como a su hijo. “Si he llegado hasta donde he llegado en mi carrera, ha sido gracias a ti. El hombre que fue mi padre, amigo, compañero y mi superhéroe. Todas las veces que lo necesitaba, siempre estabas ahí para salvarme”, manifestó el central en octubre de 2014 al lamentar el fallecimiento de su padrastro. El otro defensor central de Brasil, Miranda, tampoco supo lo que era crecer con un padre pues falleció cuando tenía solo 11 años. María, madre del central del Inter de Milán, tuvo que mantenerlo sola a él y a sus otros 10 hijos.

Otro futbolista que logró superar la adversidad de su infancia fue Casemiro, quien tuvo que afrontar con solo tres años el abandono de su padre. El mediocentro del Real Madrid creció en una casa extremadamente humilde de São José dos Campos, en São Paulo, junto a sus dos hermanos y Magda, su madre. Magda superó la separación y en adelante se encargó de formar a sus tres hijos. Casemiro es el mayor, y cada día debía llegar del colegio a calentar la comida que dejaba hecha Magda para sus tres hijos.

No es menos admirable la historia de Marcelo, compañero de Casemiro en el actual campeón de la Champions. El lateral del Real Madrid se tuvo que ir a vivir con sus abuelos cuando apenas tenía cuatro años, debido a la separación de sus padres. Así fue que Pedro, su abuelo, asumió el papel de padre y se encargó de acolitarle su amor por el fútbol. Pedro, además de garantizar que no le faltara la ropa y la comida al pequeño Marcelo, también era quien lo llevaba a los entrenamientos del Fluminense y estaba en primera fila en todos sus partidos. “Mi abuelo fue padre y madre por todo lo que hizo por mí”, dijo Marcelo tras la muerte de su abuelo, mientras se disputaba el Mundial de Brasil 2014.

A Paulinho, el mediocentro del Barcelona, tampoco lo acompañó otra figura paterna diferente a la de su madre, Erica Lima. Al nacer Paulinho, José Paulo Bezerra decidió separarse de la madre de su hijo recién nacido y abandonar el hogar. Desde ese momento, han sido contadas las ocasiones en las que el volante ha visto a su progenitor. Tan es así que la última vez que lo vio aún jugaba en Brasil, en el Corinthians, en un partido disputado en 2012. Pese a la historia, Paulinho nunca le guardó rencor e incluso esa última vez que lo vio le regaló la camiseta al finalizar el encuentro.

Una de las historias más tristes es la del tercer portero del “Scratch”, Cássio, quien no conoció nunca a su padre. Al parecer, él desapareció apenas se enteró del embarazo de Maria de Lourdes. Luego de que despegó la carrera del portero del Corinthians, varios programas de televisión de Brasil lo buscaron prometiéndole propiciar el reencuentro con su padre. Cássio nunca aceptó la propuesta, pues aseguró que cuando más necesitó a su padre nunca estuvo presente.

Las admirables historias de superación de los jugadores de Brasil tienen un relativo final feliz en la medida que todos fueron sacados adelante por sus madres u otros familiares, y luego encontraron en el fútbol la forma de sostenerse económicamente. No obstante, estos casos son solo una pequeña muestra de lo que viven millones de hogares que logran surgir gracias a la fuerza de la madre. Estudios en Brasil calculan que las mujeres sacan adelante el 40 % de los hogares del país, y hay cerca de 12 millones de madres solteras que crían y sacan a sus hijos adelante.

Por Redacción Deportes.

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