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Franco Armani es el futbolista que más vueltas olímpicas ha dado con la camiseta de Atlético Nacional. Es uno de los máximos ídolos en la historia del club verdolaga, cuya afición le tiene un gran cariño. El argentino, según sus propias palabras, le había prometido a la barra Los del Sur que se “iba a quedar a vivir” en el equipo. Así no será.
El arquero comenzó el año publicando una carta en la que expresa su deseo de irse a jugar a un conjunto de su país. Está cerca de ser contratado por River Plate, uno de los elencos más importantes de Argentina. Afirmó que no tiene “palabras de agradecimiento para la oportunidad que me han brindado confiándome el arco de tan respetable institución y con tantos próceres del fútbol que me precedieron en ese puesto”.
“Es un anhelo como cualquier jugador tendría poder hacerlo y se me presenta en un momento en el que familiarmente también hago falta cerca de los míos. Sin descartar que el hacerlo me podría dar una chance de estar más cerca de los ojos del cuerpo técnico de la selección de mi país a tan poco del Mundial Rusia 2018”, expresa Armani, quien rompió el silencio después de que el presidente de Nacional, Andrés Botero, confirmara el deseo del portero.
El arco de la selección de Argentina por ahora es propiedad de Sergio Romero, pero Franco Armani quiere demostrarle al técnico Jorge Sampaoli, con sus atajadas, que debe ser uno de los 23 hombres que vayan a la máxima cita del fútbol. ¿Lo convencerá? Lo cierto es que se va de Atlético Nacional como una leyenda de su portería, a la cual espera regresar porque esto no es un “adiós para siempre”.