La historia de Jeison Murillo antes de llegar al Barcelona

A sus 26 años, el colombiano llega a uno de los mejores clubes del mundo. Esta es su historia contada por Prudencio Viveros, uno de sus formadores.

Luís Guillermo Montenegro
21 de diciembre de 2018 - 02:00 a. m.
Jesion Murillo, defensor del Barcelona de España.  / Barcelona FC
Jesion Murillo, defensor del Barcelona de España. / Barcelona FC

“Oiga, dígale a su papá que le eche un ojo a Jeison”, fue la súplica de Jamer Murillo a Juan Carlos Viveros, hijo de Prudencio Viveros, coordinador de las categorías menores del Deportivo Cali. Jeison jugaba en una escuelita del barrio Compartir y un fin de semana, para un partido amistoso, Prudencio aceptó el pedido de su hijo y fue hasta un parque de la ciudad a ver a Murillo. Su personalidad en la cancha fue lo que más le llamó la atención, era un líder innato, de esos que con solo gestos motivaba a sus compañeros. Con el balón en sus pies era preciso y en el juego aéreo era superior a sus compañeros. “Ese pela’o me interesa”, fue la conclusión de Viveros.

Gracias a sus contactos en las escuelas deportivas del Valle del Cauca, lo que pudo hacer Prudencio para ayudar a Jeison fue llevarlo al equipo Andrés Sanín, adonde no llegó solo sino acompañado de sus hermanos John y Júnior. El nuevo lugar de entrenamiento era lejos de la casa de la familia Murillo, así que la solución fue darles una bicicleta a los tres para que se desplazaran hasta la cancha en la que jugaban. Eran más o menos veinte minutos de recorrido, en un terreno plano pero en una vía con el pavimento defectuoso.

John, el mayor, era el que manejaba y pedaleaba; Jeison se sentaba en la barra, mientras que Júnior iba parado en los tornillos de la llanta de atrás. Una maniobra peligrosa, pero necesaria. En ese momento todo era sufrido para los hijos de Jamer y Liliana, quienes por sus trabajos no podían estar tan pendientes del día a día de sus hijos, pero siempre apoyaron el sueño de vivir del fútbol de los tres.

Jeison tenía siete años cuando comenzó a entrenar de manera regular. Era un niño flaco pero alto y muy rápido, lo que le daba la ventaja de jugar en cualquiera de las posiciones de defensa. En los partidos en los que los delanteros tenían buena talla, Jeison era ubicado de central, pero cuando el rival exigía jugadores fuertes por los costados, su posición pasaba a ser la de lateral izquierdo. Su camino por los equipos infantiles fue muy rápido. De la escuela Andrés Sanín pasó al Deportivo Cali en la sede Álamos y ahí, cuando comenzó a ser una de las joyas en defensa de la cantera azucarera, pasó a entrenar en la sede de Pance.

Allí no solo creció como futbolista sino como persona, porque uno de los principios del Cali es formar buenos jugadores y seres humanos. Una exigencia para sumar minutos en cancha era tener buenas calificaciones en el colegio y eso siempre lo cumplió. “Jeison era un muchacho muy responsable. Jamer y Liliana, sus padres, siempre estuvieron encima de él con consejos correctos y pendientes de que todo estuviera en orden. Creo que nunca tuvo cómo desviarse en el camino”, asegura Prudencio, quien todavía tiene contacto con el nuevo defensor central del Barcelona.

“Papá Pru” le dice Jeison a su formador. Es consciente de que si ha llegado hasta la élite del fútbol mundial es gracias al trabajo que hicieron sus entrenadores de infancia, quienes le dieron las herramientas para algún día soñar con llegar a los mejores equipos del planeta. “A mí no me gusta pedirles nada a los jugadores que he formado, pero siempre me dan. Hace un tiempo Jeison vino a mi casa y me regaló $6 millones. Yo no quería, pero él insistió. Los usé para arreglar el tejado”, confesó “Papá Pru”, hoy orgulloso de lo que ha logrado uno de sus pupilos.

Antes de debutar en primera división con el Cali, desde Italia lo vinieron a buscar a los 17 años y se lo llevaron al Udinese, el cual lo prestó al Granada de España. Posteriormente estuvo en el Cádiz y en el UD Las Palmas. Con Granada jugó en la primera división y ahí se dio a conocer para el fútbol mundial. Tal vez desde esos días deslumbró con su talento y por eso los veedores de los grandes se fijaron en él. Tanto que en España decían que iba a ser convocado por el entonces seleccionador Vicente del Bosque, pero justo por esos días José Pékerman se adelantó y lo llamó al equipo mayor de Colombia.

Su misión inicial fue relevar al retirado Mario Alberto Yepes. En un principio cumplió y en la Copa América de Chile 2015 fue uno de los jugadores más destacados del cuadro tricolor. De hecho, marcó un histórico gol en el triunfo 1-0 sobre Brasil, en uno de los pocos episodios en los que Colombia le ha ganado a los pentacampeones del mundo. Esa buena actuación lo llevó al Inter de Milán, su primer contacto con un club de la élite. Brilló, pasó al Valencia y ahora llega a préstamo por seis meses al Barcelona, uno de los mejores equipos del mundo. “Hace un par de años pasé por aquí a entrenar. Estaba en Las Palmas y le dije a una persona que algún día vendría aquí con la camiseta del Barcelona como local y hoy se me cumple el sueño. Vengo con la intención de ayudar al equipo en lo que pueda, estar a disposición del cuerpo técnico y disfrutar de este gran club, que es el mejor del mundo; así que contentísimo y espero que todo salga bien”, comentó el caleño de 26 años.

Por Luís Guillermo Montenegro

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