La selección de Argentina inició contactos para contratar a José Pékerman

Es el elegido para sacar de la crisis a la albiceleste. Y las portadas de este lunes en ese país no son precisamente el título mundial de Francia, el protagonista es el entrenador de la selección colombiana.

Thomas Blanco
16 de julio de 2018 - 03:15 p. m.
AFP
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Pékerman 2.0, José Néstor es el elegido. Y en un momento crucial del fútbol argentino: son tiempos de crisis en los que se necesita de un hombre que imponga respeto y recupere su identidad. El título mundial de Francia en Rusia 2018 no es precisamente la portada de los medios argentinos. El protagonista es el actual seleccionador de Colombia, con quien ya hubo acercamientos para que emprenda su segundo ciclo en la albiceleste luego de que Jorge Sampaoli dejara su cargo el pasado domingo. 

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El timonel argentino tiene contrato con el combinado tricolor hasta el 31 de agosto. Y pese a que la Federación tiene intenciones de que siga en su cargo, aún se desconoce su futuro. Tanto allí como aca, hay intenciones de que Pékerman también se adueñe de las selecciones juveniles. 

"Darle superpoderes a Pékerman. Que él pueda armar un equipo para la mayores, pero también para todas las juveniles. Donde ya hay pichones suyos como Aimar, Placente, Tocalli, quizás Scaloni y hasta el Cuchu Cambiaso, quien trabajó en el Mundial como su ayudante. El objetivo es armar un plantel integral, con José al frente todo. Y si quiere dirigir, lo hará. Y si quiere ser un mánager y poner un DT, también", dice el Diario Olé. Espere en nuestro impreso de este martes novedades de las negociaciones. 

Superó los 2.133 días  -eso sí,en cuatro ciclos distintos- que dirigió Francisco Maturana. Y es que los resultados del argentino hablan por sí solos: clasificó a Colombia a un mundial tras 16 años de ausencia. En Brasil 2014 se registró la mejor participación del país en una Copa del Mundo (quinto puesto) y además contó con el goleador del certamen, James Rodríguez. Y en Rusia 2018 dejó a los suyos en el noveno puesto. 

Se ha sufrido, también: el fracaso de la Copa América de Chile, el camino rocoso en las pasadas eliminatorias, pero el saldo, al final del día, es más alegre que espinoso. 

Pékerman, un todero de la vida

Nacido en Villa Domínguez, en la provincia de Entre Ríos, Pékerman es nieto de abuelos ucranianos, un reflejo de los numerosos inmigrantes que se afincaron allí, en la Mesopotamia argentina, a finales del siglo XIX. Sin embargo, el hijo menor de Óscar —un obrero ferroviario— y Raquel no tiene demasiados recuerdos de aquella infancia. Más allá de su nacimiento, el 3 de septiembre de 1949, el hombre pausado, de gesto adusto, ancló sus primeros recuerdos en Ibicuy, al sur de esa misma provincia, donde vendía helados junto a su hermano Luis.

No obstante, al pequeño José le quedaba un traslado más, esta vez definitivo, pues su familia decidió radicarse en Buenos Aires y allí, además de hacer algunos oficios (mesero en la pizzería de su padre, ayudante de cocina), descubrió el fútbol. Fue en las divisiones menores de Argentinos Juniors, equipo con el que debutaría el 12 de julio de 1970.

El trasegar en el oficio lo llevaría a Colombia, donde jugaría con el Independiente Medellín 101 partidos y convertiría 15 goles. En la capital antioqueña nació su primera hija, Vanessa. Y todo parecía andar bien hasta que una lesión en la rodilla acabó con su carrera deportiva, apenas a los 28 años.

Regresó a Argentina, compró un taxi y recorrió las calles de Buenos Aires para ganarse la vida. Llevando y trayendo pasajeros, amasaba el sueño de dirigir. Se sumaría entonces a Ricardo Trigilli, por entonces en Estudiantes de Caseros, y con él pasaría a Chacarita y luego a Argentinos. Y aunque Trigilli salió, Pékerman se mantuvo y asumió las divisiones menores. Y una gran carrera comenzaba entonces.

Un año más tarde, en Qatar, ganó un Mundial de la categoría juvenil para Argentina, luego de una sequía de 12 años, con una generación notable: Juan Pablo Sorín, Walter Coyette y Ariel Ibagaza. Dos años después, se llevó el Sudamericano y también el torneo orbital con una brillante camada de jugadores: Esteban Cambiasso, Juan Román Riquelme y Lionel Scaloni. Y aunque en 1999, en la cita de Nigeria, no pudo revalidar el título, volvería al trono mundial juvenil en 2001, en Argentina, llevándose la copa con una actuación demoledora y unos nombres que sobresalían: Pablo Aimar, Javier Saviola, por nombrar algunos.

Su próximo gran reto sería la selección mayor, con la que haría una brillante eliminatoria y llegaría a los cuartos de final del Mundial de Alemania. Aunque Grondona intentó persuadirlo para que continuara en el cargo, Pékerman decidió que un ciclo había terminado. Dejó a Messi en el banco ante los germanos, en uno de los peores errores en la historia del fútbol argentino. La eterna imagen de Leo con pies estirados y mirada resignada nunca se borrará de la memoria del país albiceleste. 

Entonces dirigió a Toluca y a Tigres, en México, hasta que decidió tomarse un tiempo de descanso. Y se cansó de rechazar ofertas. Todo cambió el 4 de enero de 2012. Se sentó al banquillo de la selección de Colombia. Y la alegría ha sido de bando a bando. Porque él tampoco había durado tanto en un cargo que no fuera con equipos juveniles. El argentino más colombiano. 

Por Thomas Blanco

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