“La ventaja de Colombia es que tiene gol": Jorge Luis Pinto

El técnico santandereano, de 65 años, planea su décimo mundial. No falla a la gran cita del balompié desde Argentina 1978, aunque siente nostalgia por no dirigir en Rusia, como lo hizo en Brasil 2014.

Luis Guillermo Ordóñez Olano - @Memordonez
21 de abril de 2018 - 04:56 a. m.
Jorge Luis Pinto dirigió cinco partidos en Brasil 2014 y no perdió ninguno. / AP
Jorge Luis Pinto dirigió cinco partidos en Brasil 2014 y no perdió ninguno. / AP

Por allá a finales de la década del 60, mientras la mayoría de los alumnos del colegio San José de Guanentá, en San Gil, Santander, se la pasaban estudiando filosofía, física y química, Jorge Luis Pinto Afanador leía todo lo que encontraba sobre fútbol.

Era un futbolista más bien discreto, aunque entendía bien el juego. El talento no le dio para llegar al profesionalismo, pero vivir del balompié era su meta. Estudió Educación Física en la Universidad Pedagógica y se formó como técnico en Colombia, Brasil y Alemania.

Lleva ya 34 años dirigiendo. Ha pasado por 11 clubes de cinco países y tres selecciones nacionales. Ganó desde el banquillo las ligas de Perú, Costa Rica, Colombia y Venezuela, además de tres copas centroamericanas, dos con el combinado tico y una con el de Honduras.

Polémico, frentero y sentimental, Pinto es un hombre obsesionado con el fútbol. Después de convertirse en el técnico colombiano de mejor rendimiento en los mundiales, pues llegó con Costa Rica hasta los cuartos de final de Brasil 2014, luego de dos victorias y tres empates (quedó eliminado ante Holanda en la definición por cobros desde el punto penalti), siente tristeza por no dirigir en Rusia 2018, aunque estará en la tribuna analizando partidos y estudiando el trabajo de sus colegas.

¿Siente nostalgia por no estar dirigiendo en el Mundial?

Sí, indudablemente, pero ese es el fútbol. Pensé que podíamos clasificar con Honduras, por eso me fui para allá, pero me sorprendí con el cambio generacional que hubo que hacer. Se unieron muchas cosas y por eso perdimos la clasificación.

¿Qué tan diferentes son las eliminatorias de la Concacaf de las de Conmebol?

Todas son iguales. Lo que pasa es que acá de pronto hay dos o tres potencias, allá hay una dominante y los demás estamos ahí, casi iguales, con muy pequeñas diferencias.

¿A qué se dedica por estos días, en los que no está dirigiendo?

Al fútbol, de manera indirecta. A leer, a prepararme, a mirar videos, a hacer cosas ligadas al deporte. A charlas, a montar lo de la página web mía (www.jorgeluispinto.com), que quiero alimentar con buen contenido. A muchas cosas relacionadas con el fútbol.

¿Ha recibido ofertas para dirigir tras su salida de Honduras?

He tenido contactos, he estado dialogando. Hubo algo con Flamengo, con Ecuador. Por ahí otro país. Unos equipos de Arabia y Kuwait, el Zamalek de Egipto, como también unos colombianos, pero no quise coger un equipo sobre la competencia, porque así no sirve. Un club colombiano que está en Copa y que responde en el torneo local, no entrena, solo compite, y llegar ahí es complicado. Prefiero esperar un momento más oportuno, que haya tiempo para trabajar, para conocer e implementar una idea.

¿Desde cuándo va ininterrumpidamente a los mundiales?

Desde Argentina 1978 he ido a todos, a estudiar, a analizar, a aprender y por fortuna en el de 2014 a dirigir.

¿Cómo se prepara para Rusia 2018?

Empezando por toda la parte logística, que es complicada. Desde los pasajes, organizar los itinerarios, que es algo muy complejo. La compra de las boletas, porque nunca he recibido entradas de nadie, siempre las he comprado a través de una u otra federación. Los traslados internos, que son fregados, porque Rusia es un país complejo para los latinos, no como Brasil, México o España. En eso estamos.

¿Qué espera futbolísticamente de este Mundial?

No va a haber grandes cambios tácticos, ni trascendentales. Va a haber funcionalidad y variantes. Se va a imponer mucho la presión en campo contrario, la presión adelantada, que es lo que están haciendo la mayoría de los equipos. Va a haber buen ritmo de juego, porque el clima y las canchas lo facilitarán, no vamos a tener el calor de ciertos partidos que tuvimos en Brasil, eso va a facilitar la velocidad de juego, la dinámica.

¿Tiene algún interés especial por algún equipo o jugador?

Quiero ver el esquema y la forma como está compitiendo Brasil. Me gusta porque conjuga todo. Tite le dio una estructura táctica bien determinada y ha encontrado los hombres ideales. Y me gustaría ver qué estructura táctica tiene Bélgica, porque cuenta con muy buenos jugadores. Y por supuesto a Alemania, quiero ver si hace lo que hizo en la Copa Confederaciones o mantiene lo de las Eliminatorias y el Mundial pasado, pues usó esquemas totalmente diferentes. También la expectativa de ver a Argentina con el mejor jugador del mundo hoy, Lionel Messi, para ver cómo lo explota, porque de alguna manera en lo que ha hecho tácticamente Sampaoli no ha logrado compenetrarlo. Messi puede definir cualquier cosa.

¿Puede un entrenador influir tanto en una selección, como lo hizo Tite?

Claro, puede, explotando mejor la ubicación de los jugadores. Ese es el ojo del técnico, interpretar qué músicos tiene y adaptarlos a lo que él quiere. Tite lo ha hecho, con muchos jugadores que no son brillantes, pero sí productivos, como Paulinho, por ejemplo. Ellos son los que determinan el éxito de un esquema, pero encontrarlos no es fácil.

¿Quiénes son los mejores jugadores del mundo hoy?

Indudablemente que Cristiano Ronaldo, por la productividad de goles. Eso si el equipo le ayuda, porque el Real Madrid juega para él. Messi, en donde esté y como esté, ha demostrado que es el mejor. Brasil tiene dos o tres. Si Neymar se recupera, va a ser el llamado a ser figura, pero también están Willian, Coutinho, Marcelo y Paulinho, quienes van a repercutir. Está Harry Kane, de Inglaterra. Bélgica tiene tres o cuatro jugadores muy productivos, Kevin de Bruyne y Eden Hazard, por ejemplo. Alemania, aunque tiene una generación equilibrada, con 11 o 15 jugadores muy parejos, necesita que tres o cuatro levanten su producción. Francia igual, con cuatro o seis que pueden marcar diferencia.

¿Quién de los jugadores que no son mediáticos lo seduce?

Paulinho, quiero ir a verlo. Paul Pogba ha decrecido, pero es un jugador de esos que son muy productivos dentro del equipo, así no luzcan tanto.

Todo técnico tiene su Garré, ¿quién fue el suyo, o en qué posición le gusta que esté su hombre de confianza?

A veces hay dos o tres, depende del plantel. En Santa Fe tuve a Freddy Rincón, que me jugó en nueve posiciones. En Costa Rica tuve a Wílmer López, que era muy funcional, un creativo que jugaba de 8 y hasta de 5 o delantero. En Alianza Lima tuve a Juan Carlos Bazalar y Waldir Sáenz, que me jugaba de todo. Generalmente son los volantes los que más se prestan para eso.

¿Los futbolistas profesionales no deberían saber y poder jugar en todas las posiciones?

Ocurre. Esa fue la gran virtud de Costa Rica en Brasil 2014. Casi todos los jugadores, excepto un central por el perfil, llenaron tres posiciones mínimo, jugaron en varios sitios. Eso hizo la Holanda de 1974, pero evidentemente no es algo normal. Ahí el técnico debe aprovechar la disposición y las características del jugador. Hay que saber a quién y qué se le pide.

¿Cómo ve a Colombia?

Siento que tiene la mejor generación, a pesar de que es un poquito más joven que la de Brasil 2014. Con jugadores con mayor disposición, capacidad y roce. El recambio se le ha dado con futbolistas que aunque son jóvenes, son buenos. Es una camada extraordinaria y tiene una ventaja que es la que determina muchas cosas en el fútbol: tiene gol, creación y gol. Eso es clave.

¿Dos meses antes de un Mundial el técnico ya tiene todo claro, definido?

Sí, lo debe tener claro, porque tiene que empezar a prepararlo. Con el conocimiento del grupo ya sabe qué variantes puede implementar, en cualquier circunstancia, en necesidad ofensiva o defensiva.

Su nombre ha sonado para llegar a Santa Fe. ¿Lo han contactado?

Dirigir en Colombia me encantaría, pero no en los momentos apretados, que yo llamo. Venga y súbase al bus y dirija sin entrenamiento, así no. Hace 15 años lo hubiera hecho, hoy no, porque la gente espera mucho de uno y hay que preparar todo mejor, no engañarme ni engañar. Es mejor esperar el momento y poder preparar un equipo para la competición. Eso hicimos en Cúcuta, tuve tiempo. En la selección de Costa Rica hicimos una gran pretemporada, que fue el punto de partida. No creo en el técnico que llega y habla, habla y habla. La esencia del fútbol, digan lo que quieran decir, es el entrenamiento.

¿Lo seduce más dirigir un club o una selección?

Ambos tienen puntos a favor y en contra. El club me gusta porque puedo entrenar. Yo soy tropero, como diría un militar, me gusta estar con la tropa, entrenar, repetir, corregir. En la selección difícilmente se puede hacer eso y uno no sabe en qué estado llegan los jugadores, ese es el dilema más grande. No sabe uno si están bien, qué ritmo traen, si están trabajando bien o engañando, si su equipo trabaja bien o mal, porque no todo lo que brilla en Europa es oro, allá hay equipos que trabajan muy mal. La selección es una cosa muy fortuita.

¿Es diferente el futbolista en el club y en la selección?

En el club trabaja más. A la selección llegan cansados, el tiempo, los viajes, eso dificulta un poco todo.

¿Le pasó eso cuando dirigió la selección de Colombia?

Con algunos, un poco, pero realmente acá nos tocó un cambio generacional. Aquivaldo Mosquera y Wálter Moreno estaban en el mejor momento de sus carreras y había que ponerlos. A Carlos Sánchez no lo tenía nadie en los planes, pusimos a Macnelly Torres, a Falcao, que apenas empezaba. No es lo mismo ponerlo hoy, después de todo lo que ha hecho. De esa generación quedaron cuatro que son la columna vertebral del equipo ahora.

¿Le gustaría tener la revancha en la selección de Colombia?

No me muero por ella. Si la vida me la da, bien; si no, también. Hay gente muy preparada y comprometida que quiere estar en la selección. Ya sentí esa felicidad. Mis hijos y mi señora me dicen: “Siempre soñó con ir a un Mundial; fue y le fue bien. Soñó con ir a unos Olímpicos; fue y le fue bien. ¿Qué más?”.

Por Luis Guillermo Ordóñez Olano - @Memordonez

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