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Klopp, Flick, Tuchel: ¿por qué los entrenadores alemanes reinan en la ‘Champions’?

Jürgen Klopp y Hans-Flick últimos ganadores de la Liga de Campeones, Thomas Tuchel finalista y Julian Nagelsmann semifinalista: los entrenadores alemanes reinan en Europa, gracias a una cultura táctica y una obsesión por el detalle al servicio de un fútbol ofensivo y espectacular.

Christophe Beaudufe
20 de octubre de 2020 - 01:17 p. m.
Hans-Dieter Flick, entrenador del Bayern Múnich; y Thomas Tuchel, DT del PSG.
Hans-Dieter Flick, entrenador del Bayern Múnich; y Thomas Tuchel, DT del PSG.
Foto: AFP y AP

Históricamente, los técnicos germanos no siempre han hecho soñar. Durante más de cuatro décadas después de la guerra, el fútbol germánico fue sinónimo de fútbol de combate: ganar los duelos era el alfa y omega de las consignas de los técnicos. La palabra “táctica” era casi desconocida.

La revolución llegó con Jürgen Klinsmann, un exdelantero nombrado seleccionador nacional para preparar el Mundial-2006 en Alemania. Klinsmann y su asistente, Joachim Löw, quien terminó sucediéndolo, encarnaron una nueva generación de entrenadores: relajados, abiertos a escuchar a los jugadores, siempre disponibles para los medios de comunicación.

En unos años, la ‘Mannschaft’ inculcó a la Bundesliga su filosofía y sus métodos. Una explotación sistemática de los datos, para analizar los partidos y cuidar la condición física de los jugadores. Una cultura táctica fuerte, con la asimilación por parte de los jóvenes de varios sistemas, a veces utilizados durante un mismo partido, como hace Tuchel en el París SG.

Y una búsqueda de un juego de fuerte intensidad, mezclando la posesión, el trabajo defensivo de los diez jugadores de campo y el “contra-pressing”, una expresión alemana popularizada en Francia por Tuchel (presionar en el mismo instante en que se pierde el balón, para recuperarlo y jugar muy rápido hacia delante antes de que el rival se pueda reorganizar).

Comparados con Guardiola

Klopp (Liverpool), Flick (Bayern de Múnich), Tuchel (París SG) y Nagelsmann (RB Leipzig) son los herederos de esta época.

El mayor de los cuatro es Flick, de 55 años, que ha llegado tarde a lo más alto, tras haber sido durante mucho tiempo asistente de Löw en la selección. El pequeño es Nagelsmann, de 31 años, que ha batido todos los récords de precocidad: entrenador más joven de un equipo de primera división en un gran campeonato europeo a los 28 años, entrenador más joven en un partido de la ‘Champions’ a los 31 años con el Hoffenheim, semifinalista de la ‘Champions’ más joven a los 33 con el RB Leipzig.

Klopp tiene 53 años y Tuchel 47.

Tanto el entrenador del PSG, como Nagelsmann, han sido a veces comparados con Pep Guardiola, por su minuciosidad táctica.

“A Tuchel le gusta un fútbol organizado por posiciones, es el balón quien se desplaza y el jugador debe estar en sus zonas determinadas para encontrarlo. No tiene nada que ver, por ejemplo, con Marcelo Bielsa, un entrenador que también favorece el juego ofensivo pero que busca un fútbol en continuo movimiento, donde tú debes romper las líneas, ir a buscar el balón por ti mismo”, explicaba hace poco el español Ander Herrera sobre su entrenador en el PSG.

“Saques de banda diferentes”

Klopp y Flick dejan más libertad a sus jugadores, creando un marco riguroso para mantener el equilibro del equipo: “Nuestro juego no había estado tan bien organizado desde Pep Guardiola” (2013-2016), admitió Thomas Müller, que ha visto pasar a nueve entrenadores en su larga carrera en el Bayern.

La obsesión por el detalle es otro punto en común de estos cuatro hombres. Klopp, por ejemplo, no duda en especializar a entrenadores para trabajar los golpes francos o los saques de banda. “Estamos más concentrados en estos aspectos y los resultados son notables”, celebra. “Cuando la gente habla de saques de banda, imaginan un envío largo a la cabeza de alguien. No. Tenemos 18 saques de banda diferentes según las zonas...”.

El otro punto en común entre Klopp, Flick y Tuchel, aunque no es específicamente alemán, es sin embargo una garantía de éxito: los tres son muy cercanos a sus jugadores y se esfuerzan en crear un ambiente tranquilo y positivo, sin poner a sus jugadores públicamente en dificultades. Nagelsmann, más pasional, no ha sido por el momento tan protector con sus futbolistas.

Por Christophe Beaudufe

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