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A pesar de la penosa eliminación de Colombia, el portero Luis Alberto García tiene sed de debutar en el Sudamericano Sub-20 de Ecuador, con la selección. Aunque no fue tenido en cuenta por el "Piscis" en ninguno de los anteriores encuentros, este sábado será titular ante Brasil. El barranquillero asegura que en los partidos ha tratado de brindarle seguridad a sus compañeros y motivarlos para que den lo mejor de sí en cada partido, y no se desanimen por los regulares resultados que han obtenido.
“Llegamos a Ecuador muy ilusionados, porque fue mucho el tiempo que trabajamos para tener una buena presentación. Siento que estamos preparados para hacer grandes cosas, a pesar de que los resultados no han demostrado el buen trabajo que hicimos”, aseguró el arquero de 19 años a El Espectador.
Los dirigidos por Carlos ‘Piscis’ Restrepo llegaron con la presión encima, ya que las tres selecciones anteriores clasificaron al Mundial y tuvieron una excelente participación en el Sudamericano. En el 2013 quedaron campeones, mientras que en el 2015 ocuparon el segundo lugar. Sin embargo, García cree que deben tomar esto como motivación. “Para nosotros es alentador saber los resultados de los compañeros anteriores, llegamos a Ecuador con el objetivo de seguir ese legado”, reveló el actual jugador de Rayo Vallecano de España.
A pesar de que llegaron con el objetivo claro de conseguir uno de los cuatro cupos que otorga el Sudamericano para el Mundial de Corea del Sur, García cree que deben enfocarse en terminar de la mejor manera posible el torneo que están disputando. Según él, no deben apresurarse a los momentos y deben disfrutar lo que están viviendo. “Para muchos de los que estamos aquí es una bendición que nos tengan en cuenta para conformar la Selección y poder estar jugando en Ecuador. Debemos seguir dando lo mejor de nosotros aquí y poder representar a nuestro país y a nuestras familias de la mejor manera”, recalcó el barranquillero.
No es la primera vez que a García le toca conformarse con la banca. Cuando pasó por el Real Madrid le tocó ‘sudársela’ para poder ser tenido en cuenta por el técnico del momento. Llegó a España cuando tenía dos años porque sus papás, provenientes de la Costa Caribe de Colombia, buscaban una mejor calidad de vida. Comenzó como jugador de fútbol en el equipo de Móstoles, que era el de su barrio, allí jugó por cinco años y consiguió perfilarse en la posición que lo desvelaba: debajo de los tres palos.
En 2012 consiguió lo que la mayoría de futbolistas anhelaban, llegar a un equipo de talla grande. El Real Madrid se fijó en el colombiano y adquirió sus derechos para conformar las divisiones menores. Sin embargo, el sueño rosa de García se estaba destiñendo. Allí no tenía la continuidad que deseaba y mucho menos la titularidad por la que luchó. El arquero dueño de los tres palos del equipo merengue era Luca Zidane, el hijo del actual técnico Zinedine Zidane, además era conocido en España por ser el futuro Iker Casillas.
La posibilidad del barranquillero de consagrarse en la posición de arquero en el equipo blanco se estaba reduciendo. Pero con la idea intacta de dedicar el resto de su vida a este deporte, García decidió irse a Rayo Vallecano. “Ha sido una de las mejores decisiones de mi vida. En el Rayo me brindaron lo que en el Madrid no, estabilidad, continuidad y ser una pieza clave en el equipo”, afirmó García.
Tras su paso por el Madrid, el arquero barranquillero valora el hecho de haber podido trabajar junto a uno de los hijos de Zidane y de tener de cerca los consejos de Casillas, uno de los mejores arqueros que ha tenido el equipo merengue. “Fue valiosa esa oportunidad para mí, pero en ese momento, yo necesitaba trabajar, aprender en la cancha y sumar minutos debajo de los tres palos”, concluyó el colombiano.
Su futuro es diferente, se siente feliz en el Rayo Vallecano y asegura que en el equipo están muy contentos con el trabajo y la evolución que ha tenido, algo que para él es muy valioso. A la par que logra que su talento se da a conocer por el mundo, se deleita con las atajadas de Peter Chech, ya que admira su estilo y considera que quiere que el suyo se parezca al de él.
Mientras espera su anhelado debut con la Selección Colombia en el Sudamericano Sub-20, disfruta de las grandes alegrías que le ha dado el fútbol, que son conocer personas, lugares y ser tenido en cuenta dentro de los 23 jugadores que fueron a Ecuador. No ha sido fácil conseguir un lugar en la posición en la que juega, pero, según él, nada es imposible y sí sigue perseverando lo va a conseguir.