Merecía otro final: Buffon y una triste despedida de la Azzurra

Sin esperarlo, de imprevisto, el mundo fue testigo del último partido del portero italiano en la selección de su país.

Redacción deportes
14 de noviembre de 2017 - 06:17 p. m.
Buffon disputó cinco mundiales y cuatro Euros. Fue campeón del mundo en Alemania 2006. / AFP/ EFE
Buffon disputó cinco mundiales y cuatro Euros. Fue campeón del mundo en Alemania 2006. / AFP/ EFE

Y sin siquiera imaginarlo, el mundo atestiguó, casi sin percatarse hasta que llegó el pitazo final que certificó la eliminación de Italia de Rusia 2018, el último partido de Gianluigi Buffon en la selección de su país. Un correazo del fútbol, que no siempre acaba con final feliz. Y esa incertidumbre, con sus espinas, hace del deporte un caldo a veces hermoso, a veces triste.

“Lo siento, lo siento. No lo siento por mí sino por todo lo que mueve el fútbol. Hemos fallado en algo que incluso pudo ser muy importante a nivel social. Es una decepción muy grande: porque el tiempo es tirano y pasa. Bueno, así debe ser. Es una pena que mi último partido con la selección coincida con una eliminación al Mundial”, dijo roto en llanto el portero de la Juventus al finalizar el encuentro.

Su llantó y gritos de impotencia desataron un nudo en el estómago en todos los aficionados del fútbol. Hasta de Iker Casillas, quien junto al italiano, entran en la selecta lista de los mejores arqueros de la historia. “¡No me gusta nada verte así! Quiero verte como hasta ahora, como lo que sigues siendo para muchos: una LEYENDA. Orgulloso de conocerte y orgulloso de haberme enfrentado a ti muchas veces. Aún nos tienes que deleitar en el fútbol amigo!”, señaló el exjugador del Real Madrid en sus redes sociales.

Se cerró el longevo telón de Buffon en la Azzurra: 20 años, 175 partidos, 58 arcos en cero y cinco mundiales y cuatro Eurocopas disputadas. El guardameta de 39 años traza el fin de una época dorada, era el último jugador activo de la Italia que fue campeona en Alemania 2006.

No era un hombre que publicaba su almuerzo en las redes sociales, tampoco era el que más gritaba dentro de la cancha. Trataba de ser bajo perfil, pero su constante deseo de superación, siendo un ejemplo vívido de que la calidad no tiene fecha de caducidad, hacía que Buffon hiciera bulla en medio del silencio. Un ejemplo de un deportista de carrera intachable: parco y respetuoso. Su serenidad, sin querer queriendo, lo transformó en un líder natural del vestuario de la Azzurra.

Premisas que demostró hasta en su último partido vistiendo la camiseta de su país. En los actos protocolarios del encuentro de vuelta frente a Suecia, mientras sonaba el himno de los escandinavos, el público italiano inundó el estadio de silbidos y chiflidos. Buffon, avergonzado por la actitud de su gente, agachó la cabeza y con mirada al suelo aplaudió con fuerza el cántico de sus rivales. Un caballero dentro y fuera del terreno de juego.

Por Redacción deportes

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