Guinness World Records, la organización que convalida los récords en el mundo distinguió al entrenador de la selección uruguaya, Oscar Washington Tabárez, por dos plusmarcas conseguidas al mando de la Celeste.
El organismo le entregó al 'Maestro' Tabárez dos diplomas que avalan al veterano DT uruguayo como el entrenador con más partidos al frente de una selección y que más mundiales disputó con ella. (Lea aquí: Tabárez recuperó la grandeza de la selección de Uruguay)
"No imaginé nunca obtener un título Guinness. Se trata de una continuidad deportiva y me hace pensar en toda la gente que me ha apoyado desde el principio. Es más que una longevidad de trayectoria deportiva, es un orgullo", indicó Tabárez al recibir los diplomas en el Complejo Celeste, en las afueras de Montevideo, según un comunicado de Guinness difundido este miércoles.
Tabárez lleva 185 partidos dirigiendo a Uruguay entre sus dos períodos, entre 1988 y 1990 y el otro que comenzó en 2006 a la fecha. Le siguen los alemanes Sepp Herberger y Joachim Löw actual DT de la selección de Alemania con 167 encuentros cada uno.
En estos 185 partidos al frente de la selección uruguaya consiguió 91 victorias, 47 empates y 47 derrotas. (Lea también: El Maestro Tabárez, el segundo técnico más longevo en la historia de los mundiales)
Además, el 'Maestro' dirigió a la Celeste en cuatro mundiales, Italia 1990, Sudáfrica 2010, Brasil 2014 y Rusia 2018, para un total de veinte partidos en copas del mundo, igualando al alemán Helmut Schön y al inglés Walter Winterbottom, quienes dirigieron a Alemania en cuatro mundiales cada uno.
Pero el 'Maestro' Tabárez, de 71 años, podrá seguir alimentando esos números y su leyenda al frente de Uruguay, dado que ya renovó su contrato para un nuevo período de cuatro años, hasta el Mundial de Catar 2022, y en la próxima fecha FIFA, en octubre, estará al frente del equipo charrúa en los amistosos contra Corea del Sur y Japón. (Le puede interesar: 'El Maestro' Tabárez tendrá una estatua en Montevideo)
Tabárez se moviliza con dificultades debido a una neuropatía crónica, que en algunas ocasiones le exige el uso de bastones y, en otras, incluso de un carrito motorizado en su función de entrenador en los campos de juego.