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Superliga de humo

Andrés Marocco
21 de abril de 2021 - 02:00 a. m.

Resulta que a don Florentino Pérez, el longevo presidente del Real Madrid, se le ocurrió crear un torneo élite en Europa y tuvo durante día y medio al mundo del fútbol revolucionado con esta iniciativa separatista y clasista en plena pandemia. Su idea tenía 11 equipos más apoyándolo. Ayer se le retiraron los seis ingleses por entender que no sería conveniente, por la fuerte presión de los hinchas y por las observaciones de los dueños de la Premier, seguramente.

Los “damnificados”, que me hacen recordar inmediatamente el cuento de La pobre viejecita que no tenía “nadita que comer”, eran el Real Madrid, Milan, Arsenal, Atlético de Madrid, Chelsea, Barcelona, Inter de Milán, Juventus, Liverpool, Manchester City, Manchester United y Tottenham Hotspur. Los que impulsaban la idea al lado de Florentino fueron Andrea Agnelli, de la Juve, y Joel Glazer, del United. Básicamente se quejaban de sus inconvenientes económicos, consecuencia del coronavirus, para crear la dichosa Superliga. Querían invitar a tres equipos grandes más para sembrarlos como fundadores y garantizar su participación eterna y aburridora. Recibirían estos “necesitados” clubes como adelanto por jugar US$4.190 millones y abrirían muy “generosamente” lugar para cinco más del resto del continente por calificación. Formarían entonces dos grupos de diez de los cuales clasificarían los seis mejores y entre cuartos y quintos de cada uno se enfrentarían para los otros dos lugares en los playoffs de ocho instituciones. Encuentros de ida y vuelta hasta la final en sede única. Antes de la reversa de los británicos, el gigante bávaro y actual campeón de la Champions League, Bayern Múnich, le cerró las puertas a la invitación y la dejó mal herida, como era de esperarse de una marca justa y solidaria.

Voces alrededor del planeta muy representativas, como Gary Lineker, anunciaron su repudio y su negativa a trabajar en las transmisiones televisivas correspondientes. Su tocayo Gary Neville, leyenda del United, fue uno de los primeros en destacar la codicia como principal motor de la nueva liga. El chileno Manuel Pellegrini, técnico del Betis, afirmó que con ella se liquidaría el fútbol nacional en todas partes, y el presidente francés Emmanuel Macron la calificó como una amenaza al principio de solidaridad y mérito deportivo.

Concuerdo con cada concepto que invalida tal despropósito. Es una vergüenza que ante las actuales circunstancias se piense en este tipo de soluciones excluyentes. Insisten en un tema que nació antes incluso de que esta emergencia de salud. Excusar todo debido a la nueva normalidad era una mentira conveniente. Querían más plata porque les encanta sentirse y saberse poderosos y millonarios. El principio del fútbol del que se jacta la FIFA, de hacer respetar que se pueda jugar en cualquier país sin distingos de razas y clases sociales, se sacudió con esta propuesta insolidaria y discriminatoria hecha por dirigentes, sin tener en cuenta como siempre ni a los jugadores ni a los seguidores del deporte más bonito de todos.

En nuestras tierras muy cerca de la postura esnob recurrente de alguno que otro loquito, pensar en algo similar sería terrible. Culpar el nivel de nuestro campeonato por la existencia de los chicos es facilista y discriminatorio. Hay que fortalecer y exigir inversiones en estructura en vez de cortar aportes; sumar, incluir, no restar. Siquiera se cayó ese exabrupto de millonarios sin corazón.

Andrés Marocco

Por Andrés Marocco

Periodista javeriano. Radioactiva, 88.9, 40 Principales, Caracol Radio. Dementes Deportivas, Telepolémica, Pelotas. Hoy en ESPN. Bumangués, del leopardo.

 

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