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Tiempos de Duván

Andrés Marocco
01 de octubre de 2020 - 03:00 a. m.

Después de esperar más de la cuenta y quedar injustamente por fuera de la lista del Mundial de Rusia, Duván Zapata espera con ansias que inicie la eliminatoria a Catar para ser el centro delantero titular de la selección de Colombia.

Ya no es una promesa como en 2011, ni apenas un buen delantero como pudo considerarse en 2014. Es el décimo goleador histórico del Atalanta y contando. Además con cifras altas en las últimas dos temporadas que lo pusieron incluso a disputar ser el Capo Cannoniere. Sus inferiores las hizo en el América y de allí pasó a Estudiantes de La Plata, saltando a la Serie A desde 2013, militando en Nápoli, Udinese, Sampdoria y hoy en la Diosa de Lombardía.

A José Pékerman no nos cansaremos de agradecerle todo lo que hizo por la querida tricolor, sin duda al lado de Francisco Maturana han sido los más determinantes entrenadores de nuestra historia. Nos regresó a los mundiales y potenció el fútbol que nos representa. Supo utilizar en su mayoría una generación que enfrentó cuando dirigía las selecciones juveniles argentinas. Pero como todos los seres humanos también se equivocó, y uno de sus más grandes errores fue no haber valorado al hijo de Padilla (Cauca). Lo ignoró lo más que pudo, a pesar de estar jugando en Italia.

De pronto para Brasil-14, diría que estaba recién llegado y que era suplente (del mejor Higuaín). Para Rusia-18 se demoró en convocarlo hasta el extremo y a pesar de que fue fundamental contra Perú en el último partido, lo dejó por fuera argumentando una lesión que ya había superado. A los dos mundiales curiosamente llevó solo cuatro delanteros, aun siendo su prioridad de siempre atacar.

Cualquiera diría que antes el Toro no había encontrado su real dimensión, que no hacía tantos goles. Los invito a revisar, ¿cuántos goleadores hemos tenido en Europa con frecuencias altas de anotación salvo Falcao? Y ahora, cuando todo nos lleva hacia Duván como nuestra punta de lanza, ya tiene 29 años. Decíamos en incontables ocasiones, “Pékerman, ¡Duván es colombiano!”, así no hiciera tantos goles, sino la forma en que los hacía, cómo jugaba, de qué forma se posicionaba y corría; necesitaba de la selección para consolidarse. Era otro estilo de 9, ese que no teníamos en su equipo y que le iba a brindar otras alternativas de ataque. Muchos se preguntan: ¿por qué sigue en el Atalanta y no se lo lleva un equipo más grande? No hay una sola respuesta válida. Pero mucho tiene que ver para mí la edad en la que llegó a explotar plenamente sus condiciones goleadoras. No es solamente culpa de don José, ni más faltaba, la falta de visión de los scouts, de su mánager, este rarísimo 2020, tantas cosas. Pero si hubiese continuado su proceso después del Mundial juvenil con la de mayores desde que llegó el entrenador gaucho, era muy posible que ese gallo cantaba más temprano.

Carlos Quieroz tiene entre otras responsabilidades saber aprovechar el gran momento de Zapata. Juega con un solo 9, eso sí, de pronto contra Venezuela inicie con el Tigre, que viene marcando, pero tarde o temprano debe poner al protagonista de esta columna. Se acomoda más a su estilo. Lástima que se perdió la universidad y solo lo empezamos a usar en el posgrado.

Andrés Marocco

Por Andrés Marocco

Periodista javeriano. Radioactiva, 88.9, 40 Principales, Caracol Radio. Dementes Deportivas, Telepolémica, Pelotas. Hoy en ESPN. Bumangués, del leopardo.

 

Carlos(92784)01 de octubre de 2020 - 12:11 p. m.
Total acuerdo, es mas, como se dice en el argot futbolistico Carlos Vaca fue "gratis" al mundial de Rusia
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