Venezuela, unida por el fútbol

La histórica clasificación de la selección vinotinto a la final del Mundial Sub-20, entre recuerdos y procesos, logró lo que no han podido los políticos: unir al país para celebrar pensando en el futuro.

Jorge Cardona Alzate.
09 de junio de 2017 - 04:11 a. m.
Los héroes de la selección sub-20 que este jueves pusieron a llorar a Venezuela, pero esta vez de alegría. / AFP
Los héroes de la selección sub-20 que este jueves pusieron a llorar a Venezuela, pero esta vez de alegría. / AFP

El nombre de Venezuela en la prensa internacional está asociado hoy a su crisis política, a las 67 víctimas que han dejado 69 días de protesta en las calles contra el gobierno de Nicolás Maduro o a la convocatoria a elecciones para la asamblea constituyente como acción de respuesta. Pero el jueves 8 de junio, el fútbol logró sobreponerse a los titulares de las últimas semanas gracias a la histórica clasificación de la selección vinotinto a la final del campeonato mundial de la categoría sub-20 que se disputa en Corea del Sur.

“Hay que quitarse el sombrero por ellos”, comentó a los periodistas en Estados Unidos el mediocampista, excapitán y referente de la selección mayor, Juan Arango, sin omitir un par de calificativos a la situación que actualmente vive su país: “lamentable y triste”. En otras palabras, una especie de bálsamo o de convocatoria a la unidad desde el fútbol, que permite que el nombre de Venezuela se asocie hoy, así sea brevemente, al grupo de héroes de la selección sub-20 que encabeza su técnico, el exarquero Rafael Dudamel.

No son campeones porque tendrán que enfrentar en la final a Inglaterra, después de dejar en el camino a Uruguay, pero en el ADN del país ya lo son. Es el anuncio de una nueva generación de futbolistas que, sea cual sea el desenlace del torneo orbital, recibe la posta de un combinado que demuestra significativos avances en los últimos tiempos. Cuartos de final en la Copa América 2007, octavos de final en la Copa Mundial Sub-20 en 2009, cuarto lugar en la Copa América 2011 y sexto en la eliminatoria al Mundial de Brasil 2014.

Un proceso que ahora agrega nuevos nombres al historial de Venezuela. Desde el arquero Wilker Faríñez, uno de los artífices de la hazaña, con apenas un gol en contra, mientras su equipo tiene 13 a favor en el campeonato, hasta el último de los convocados que ya juegan en equipos como Caracas, Carabobo, Táchira o Zamora, los jóvenes, pero ya estelares, Samuel Sosa, Yangel Herrera, Nahuel Ferraresi, Ronaldo Peña, Sergio Córdova y Adalberto Peñaranda, entre otros. Los héroes que le dan a Venezuela una alegría inesperada.

Oasis deportivo en medio de la incertidumbre política, ratificado en comentarios de quienes hoy protagonizan la disputa. “Gracias, muchachos, por esa alegría que une a Venezuela en medio de tanto odio inoculado. ¡Toda la patria unida en torno a ustedes para la final!”, trinó el ministro de Comunicación, Ernesto Villegas. “Histórica victoria de nuestra vinotinto sub-20 en tiempos tan duros. Jóvenes venezolanos muestran al mundo que sí hay futuro. ¡Gracias!”, agregó el diputado y opositor Henry Ramos Allup. Desde orillas contrarias, el fútbol uniendo.

Eso sí, en cada mensaje emitido, el derecho a celebrar con cuenta de cobro. “La sub-20 se ha convertido en el recordatorio de la Venezuela posible”, observó el diputado opositor Freddy Guevara. “Nuestros muchachos de la vinotinto sub-20 son el orgullo de una patria digna, forjadora de grandes victorias”, ripostó el presidente Maduro. El propio Rafael Dudamel expresó: “Hoy la alegría nos la ha dado un chico de 17 años y ayer murió uno de 17 años. Presidente, paremos ya las armas, que esos chicos que salen a la calle lo único que quieren es una Venezuela mejor”.

Es la euforia de unos y otros que se exterioriza cada vez que el deporte demuestra lo que no logran los políticos: unir a la sociedad. Como sucedió en los Olímpicos de Londres 2012, cuando el joven venezolano Rubén Limardo alcanzó la medalla de oro en esgrima y el país celebró que se repitiera la proeza de su compatriota, el boxeador Francisco Morochito Rodríguez en los Olímpicos de México 1968. Este jueves, Limardo fue uno de los que trinó con entusiasmo patriótico: “Qué alegría, muchachos, qué orgullo le generan a todo el país gracias a su trabajo”.

El escenario cruzado del deporte y la política en Venezuela que hizo recordar a los “héroes del 41”, nombre dado a los integrantes de la selección de béisbol que salió campeona en la Serie Mundial Aficionada disputada en La Habana en 1941. En aquellos días gobernaba el exmilitar Isaías Medina Angarita, quien trataba de recobrar las libertades públicas conculcadas desde los tiempos de Cipriano Castro o Juan Vicente Gómez, y aquel 22 de octubre, fecha en la que el equipo del Pollo Malpica se coronó campeón, fue designado como el Día Nacional del Deporte.

Este jueves, sin que cesaran las protestas o los ataques verbales, Venezuela hizo una pausa para recordar y exaltar. Desde su primer medallista olímpico en Helsinki 1952, Asnoldo Devonish, en modalidad de salto triple; pasando por todos sus boxeadores olímpicos o profesionales campeones, o los basquetbolistas que en Portland 1992 fueron segundo lugar en el torneo preolímpico. Los deportistas que escriben la historia y que ahora en Venezuela tienen un orgullo más para sumar a su lista: son finalistas de la Copa Mundial Sub-20 de Fútbol en Corea del Sur.

Por Jorge Cardona Alzate.

Temas recomendados:

 

Sin comentarios aún. Suscribete e inicia la conversación
Este portal es propiedad de Comunican S.A. y utiliza cookies. Si continúas navegando, consideramos que aceptas su uso, de acuerdo con esta política.
Aceptar