Yerry Mina según sus entrenadores

Flavio Torres, Wilson Gutiérrez y “Cuca”, técnicos de Mina en Pasto, Santa Fe y Palmeiras, respectivamente, hablan del defensor colombiano, que este sábado fue presentado con el Barcelona de España.

Luis Guillermo Montenegro - lmontenegro@elespectador.com - @luisguimonte
13 de enero de 2018 - 02:00 a. m.
Yerry Mina en la ciudad deportiva del Barcelona. / EFE
Yerry Mina en la ciudad deportiva del Barcelona. / EFE
Foto: EFE - Andreu Dalmau

Cuando Jair Mina llevó a su sobrino a pruebas al Deportivo Cali y a Millonarios no se fijaron en él. Pusieron sus ojos en otros futbolistas y dejaron pasar la oportunidad. Pero Yerry fue persistente y confió en que sólo necesitaba una oportunidad más, creyó en su talento y por eso desde que llegó a pruebas al Deportivo Pasto, en 2012, tuvo la convicción de que allí podría comenzar su sueño de ser jugador profesional. Era volante de marca y lo que llamaba la atención era su zancada larga, su estatura y su técnica. En 2013 pasó al primer equipo, en el que el técnico Flavio Torres fue su guía y quien le dio la oportunidad de debutar como profesional.

Se consolidó como defensor central en la Copa Colombia, jugó casi todo ese torneo como titular y poco a poco fue teniendo minutos en la Liga. “En la mitad de la cancha prefería a un jugador más dinámico, además Yerry tenía buena visión de juego y desde atrás podía aportar mucho más”, recuerda Torres, quien destaca el profesionalismo y la buena actitud que siempre tuvo Yerry.

“Es un muchacho tranquilo y tímido. Pero a medida que va cogiendo confianza se va soltando. Lleva el ritmo de los caucanos en la sangre. La salsa y la alegría de sus bailes. Recuerdo el primer gol que le hizo a Huila cuando de la nada salió a bailar detrás del arco. Contagió a todos los compañeros. Eso aporta mucho en un camerino. También recalco su sencillez y humildad. Destaco su personalidad para jugar. Ante los momentos de presión siempre ha sabido responder y estoy convencido de que el reto de llegar al Barcelona no le quedará grande. Aprenderá de los mejores futbolistas y crecerá mucho”, le dijo a El Espectador el actual técnico del Pasto.

Luego de jugar en el equipo de Nariño, Mina pudo ir al Once Caldas, sin embargo, Santa Fe se adelantó en las negociaciones y así fue como a finales de diciembre de 2013 firmó con el equipo cardenal. El técnico que lo recibió fue Wilson Gutiérrez, quien destaca que “apenas llegó ya hacía méritos para ser titular, empezó a jugar algunos partidos de Liga y Copa Libertadores. Se adaptó muy bien y algo para destacar es que él contó con jugadores de experiencia al lado como Ómar Pérez, Gerardo Bedoya y Daniel Torres. El entorno le ayudó a fortalecerse y a ganar experiencia. Se ganó la titular muy rápido porque su fútbol fue importante”.

Gutiérrez dejó la dirección técnica a mediados de 2014, no obstante, con Gustavo Costas y Gerardo Pelusso el caucano no tuvo inconvenientes en seguir siendo titular. Hizo dupla con Francisco Meza y luego con William Tesillo. Ganó una Liga, una Superliga y la Copa Sudamericana, torneo internacional que le abrió las puertas del Palmeiras de Brasil.

En el equipo de São Paulo uno de sus entrenadores fue Alexi Stival, más conocido como Cuca, quien le contó a El Espectador desde Curitiba, Brasil, que “Mina llegó con mucha humildad, pero siempre demostró que quería jugar y tener oportunidades. Sus cualidades futbolísticas hicieron que no tuviera problemas para consolidarse. Además es una gran persona, muy humilde, trabajadora y enfocada en su carrera. Desde que lo vi sabía que le iba a ir bien”, recuerda este brasileño que actualmente no dirige ningún equipo.

“Mina es un defensa muy completo. Tiene fuerza, va al ataque, es inteligente y se adapta fácilmente a los planteles, así que en el Barcelona no va a tener problemas. Va a jugar bien. Aún debe corregir detalles pequeños en su juego para consolidarse en la élite del fútbol mundial, pero no dudo que tendrá éxito”, destaca Cuca, quien asegura que lo que más recuerda de Yerry es “su alegría. Siempre está feliz. No hay día en que no demuestre una sonrisa. Siempre con satisfacción y ganas de trabajar. Pone salsa, baila y eso hace que los compañeros salgan de la presión. Es un líder a su manera”.

 

Por Luis Guillermo Montenegro - lmontenegro@elespectador.com - @luisguimonte

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