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¡Adiós Neymar!

El brasileño fue sancionado con cuatro fechas por generar la pelea que se dio tras el partido entre Colombia y el seleccionado verdeamarelo.

AFP
20 de junio de 2015 - 12:46 a. m.
Neymar durante el partido entre Brasil y Colombia. Foto: EFE
Neymar durante el partido entre Brasil y Colombia. Foto: EFE

La selección brasileña está en apuros, su cerebro, músculo y corazón está fuera. Neymar fue suspendido por cuatro partidos y se perderá el resto de la Copa América.

El menino de 23 años perdió el control en el último partido que disputó ante Colombia, cuya rivalidad con Brasil se alimenta agresivamente, y después del pitazo final comenzó una trifulca con los rivales.

Otra vez Neymar se va temprano de una competencia, otra vez después de un juego con Colombia. Del Mundial-2014, Neymar salió en camilla con una fractura en una vértebra y en el siguiente partido, Brasil recibió una humillante goleada de Alemania (7-1).

Con la obligación de ganar un título, para reconquistar a su hinchada, la 'amarelinha' se queda nuevamente sin su estrella en una Copa América altamente pareja y difícil.

El humano

Neymar se vuelve a despedir temprano de un torneo oficial. Nadie imaginó que la fractura en una vértebra, por una falta de Juan Camilo Zúñiga, lo salvaría de la más grande humillación sufrida por la selección brasileña: el 7-1 frente a Alemania.

En la Copa América fue diferente, no hubo lesión sino sanción. Neymar llegó al juego contra Colombia con una amonestación del partido anterior. Dunga le advirtió que se cuidara de otra tarjeta amarilla para evitar la suspensión y ese día no sólo se llevó la segunda, sino la roja y provocó su suspensión de cuatro partidos.

Un pelotazo a Pablo Armero y un cabezazo a Jeison Murillo mostraron a Neymar fuera de sí. La frustración de jugar con un equipo que no funciona --viene de ganar con el Barça la triple corona al lado de Lionel Messi y Luis Suárez-- y la querella en la justicia española por su fichaje en el once culé pudieron haber influido en su conducta.

"Todos somos seres humanos y no hay como desvincular ciertas cosas que pasan en nuestras vidas", justificó el entrenador Dunga. Y aunque la sanción puede ser apelada, la seleçao debe dar por sentado que se queda acéfala porque otrora fábrica de 'cracks', Brasil tiene ahora sólo a Neymar.

Que diferente al equipo con el que el hoy seleccionador Dunga ganó el equipo campeón en 1994, con leyendas como Cafú, Romario, Bebeto y Ronaldo. Hábil y veloz, los regates de este menino de 23 años son una especie de baile, que terminan humillando a los defensores.

Su técnica insolente con goles en ráfaga, mezclados con nuevos dotes de liderazgo le valieron el brazalete de capitán desde la llegada de Dunga. En 64 juegos con la selección marcó 44 goles, uno en esta Copa América.

Superstar

El fenómeno Neymar sale definitivamente del campo. Los niños y jóvenes piden "un Neymar" al peluquero y quieren vestirse como su ídolo, mientras las chicas gritan incontrolables y febriles al verlo pasar.

Llamado de "nuevo Pelé", Neymar, además de formarse también en el club Santos, heredó del "rey" esa facilidad ante las cámaras y su gusto por la publicidad. El 'menino' no tiene vergüenza y por una enorme cantidad de dinero puede salir, por ejemplo, modelando semidesnudo para vender calzoncillos.

Es así como la revista estadounidense Sports Pro lo colocó como el segundo mayor deportista con mayor potencial de mercadeo en el mundo --en 2012 y 2013 fue el primero--, por detrás de la tenista canadiense Eugenie Bouchard.

El fenómeno fue descubierto en un torneo escolar y a los 13 años firmó su primer contrato. Salario: 450 reales (unos 140 dólares hoy), de los que sus padres pagaban un décimo a una iglesia evangélica.

Hijo de un futbolista profesional, Neymar pedía siempre un balón de fútbol en su cumpleaños y ya entonces mostraba una técnica alucinante en el fútbol sala.

Este joven desgarbado, de 1,74 metros y 58 kilos, se convirtió en jugador profesional a los 17 años, en 2009, y su juego ha dejado a más de uno boquiabierto, al punto que uno de sus goles consiguió el premio de la FIFA al mejor gol de 2011.

Ahora sale por la puerta de atrás, cabizbajo. Adiós Neymar, le dirán sus compañeros, que aseguran que su reputación se mantendrá intachable.

Por AFP

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