Alejandro Rodríguez, el primer arquero colombiano en River Plate
Cuando compartió por primera vez con Franco Armani quedó hipnotizado. El vallecaucano, de 18 años, llegó procedente del Deportivo Cali.
Thomas Blanco - @thomblalin
“El primer día que compartí con Franco Armani quedé hipnotizado, no dimensionaba a la persona que tenía al frente”, dice Alejandro Rodríguez Baena, el nuevo portero de River Plate. El vallecaucano, de 18 años, llegó procedente de la cantera del Deportivo Cali. “Como sabe que soy colombiano me brinda su apoyo y me dice que cualquier cosa está ahí para mí”, agrega.
Llegó cedido por 18 meses, con una opción de compra que ronda los US$400 mil. Estuvo en noviembre pasado haciendo pruebas por dos semanas, y hoy recoge los resultados.
Su objetivo es escalar hasta el primer equipo haciendo un buen trabajo en las reservas. Rafael Santos Borré lo ha apoyado en su adaptación desde el primer día. “Le pregunté de todo, lo dejé seco. Rafa me dio muchos consejos y me dijo que llegaba a un fútbol más rápido, pero que lo más importante era tener una buena fortaleza mental para estar preparado tanto para lo bueno como para lo malo. Son cosas que un futbolista de élite debe tener”.
Incluso Andrés Roa, jugador de Huracán y gran amigo de Borré, también lo ha acompañado en su acondicionamiento en Buenos Aires. “Son dos grandes de nuestro fútbol, me hicieron sentir como si estuviera en Colombia”.
Porque dejar a su familia tan joven ha sido un sacrificio. Vive en la pensión del equipo de la banda cruzada. “Es complicado abandonar a tus seres queridos. Pero tengo un lema: entre más sea el esfuerzo, mayor será la recompensa. La carrera de futbolista es muy corta, luego habrá tiempo de recuperar el tiempo perdido”.
Alejandro se graduó el año pasado del colegio Berchmans, en donde sobresalía en todos los deportes. “Es de esos tipos dotados para todo: para el fútbol, voleibol, baloncesto, en fin. Se ponía la 10 para sacar el equipo adelante. Aparte, fue muy juicioso, si salía unas horas antes de clase para entrenar con el Cali, siempre preguntaba en qué tenía que adelantarse”, dice Sebastián Lizarazo, su mejor amigo. “No fue complicado para él escoger si se dedicaba al fútbol o no. Desde pequeño se le veía en los ojos las ganas de triunfar, es lo que lo hace feliz, siempre lo tuvo claro”, añade.
¿Cómo fue el salto de Alejandro al equipo campeón de América? “El fútbol es de oportunidades y llegan en el momento menos esperado”, reconoce. Cuando estaba jugando el Torneo Internacional de las Américas, con el equipo Sub 17 del Deportivo Cali, llamó la atención de un cazatalentos de River. “Me vieron en un campeonato de apenas 10 días. No sabía nada. Una semana después me buscaron y me dijeron que querían hacerme pruebas en Buenos Aires”.
Los ejemplos del juvenil de 18 años son André Ter Stegen, Manuel Neuer y Jordan Pickford, arqueros completos con buen manejo de pies. “Me gustan los porteros diferentes, que dejan su marca”.
Aunque no siempre estuvo debajo de los tres palos. “En el colegio me recuerdan por muchos goles que hice, mi papá quería que fuera delantero, pero mi posición es algo que sin darme cuenta escogí”, asegura.
Y aunque no alcanzó a debutar en el primer equipo del Deportivo Cali, reconoce que es su casa y que los tres años que estuvo ahí fueron claves para su desarrollo profesional.
“Ellos son la cuna de arqueros, él fue diferente a los que hay en Argentina. El mono tiene una presencia diferente, como de guardameta europeo”, apunta Jorge Rayo, formador de la cantera del cuadro azucarero.
Dentro de un par de años espera ser el portero titular de la selección colombiana Sub 20. Ese es su sueño más cercano, mientras se va abriendo camino en River Plate.
Por ahora no olvida lo que más le gusta hacer en sus tiempos libres: jugar FIFA y Fortnite en el Play Station. El futuro es suyo.
Thomas Blanco- @thomblalin
tblanco@elespectador.com
“El primer día que compartí con Franco Armani quedé hipnotizado, no dimensionaba a la persona que tenía al frente”, dice Alejandro Rodríguez Baena, el nuevo portero de River Plate. El vallecaucano, de 18 años, llegó procedente de la cantera del Deportivo Cali. “Como sabe que soy colombiano me brinda su apoyo y me dice que cualquier cosa está ahí para mí”, agrega.
Llegó cedido por 18 meses, con una opción de compra que ronda los US$400 mil. Estuvo en noviembre pasado haciendo pruebas por dos semanas, y hoy recoge los resultados.
Su objetivo es escalar hasta el primer equipo haciendo un buen trabajo en las reservas. Rafael Santos Borré lo ha apoyado en su adaptación desde el primer día. “Le pregunté de todo, lo dejé seco. Rafa me dio muchos consejos y me dijo que llegaba a un fútbol más rápido, pero que lo más importante era tener una buena fortaleza mental para estar preparado tanto para lo bueno como para lo malo. Son cosas que un futbolista de élite debe tener”.
Incluso Andrés Roa, jugador de Huracán y gran amigo de Borré, también lo ha acompañado en su acondicionamiento en Buenos Aires. “Son dos grandes de nuestro fútbol, me hicieron sentir como si estuviera en Colombia”.
Porque dejar a su familia tan joven ha sido un sacrificio. Vive en la pensión del equipo de la banda cruzada. “Es complicado abandonar a tus seres queridos. Pero tengo un lema: entre más sea el esfuerzo, mayor será la recompensa. La carrera de futbolista es muy corta, luego habrá tiempo de recuperar el tiempo perdido”.
Alejandro se graduó el año pasado del colegio Berchmans, en donde sobresalía en todos los deportes. “Es de esos tipos dotados para todo: para el fútbol, voleibol, baloncesto, en fin. Se ponía la 10 para sacar el equipo adelante. Aparte, fue muy juicioso, si salía unas horas antes de clase para entrenar con el Cali, siempre preguntaba en qué tenía que adelantarse”, dice Sebastián Lizarazo, su mejor amigo. “No fue complicado para él escoger si se dedicaba al fútbol o no. Desde pequeño se le veía en los ojos las ganas de triunfar, es lo que lo hace feliz, siempre lo tuvo claro”, añade.
¿Cómo fue el salto de Alejandro al equipo campeón de América? “El fútbol es de oportunidades y llegan en el momento menos esperado”, reconoce. Cuando estaba jugando el Torneo Internacional de las Américas, con el equipo Sub 17 del Deportivo Cali, llamó la atención de un cazatalentos de River. “Me vieron en un campeonato de apenas 10 días. No sabía nada. Una semana después me buscaron y me dijeron que querían hacerme pruebas en Buenos Aires”.
Los ejemplos del juvenil de 18 años son André Ter Stegen, Manuel Neuer y Jordan Pickford, arqueros completos con buen manejo de pies. “Me gustan los porteros diferentes, que dejan su marca”.
Aunque no siempre estuvo debajo de los tres palos. “En el colegio me recuerdan por muchos goles que hice, mi papá quería que fuera delantero, pero mi posición es algo que sin darme cuenta escogí”, asegura.
Y aunque no alcanzó a debutar en el primer equipo del Deportivo Cali, reconoce que es su casa y que los tres años que estuvo ahí fueron claves para su desarrollo profesional.
“Ellos son la cuna de arqueros, él fue diferente a los que hay en Argentina. El mono tiene una presencia diferente, como de guardameta europeo”, apunta Jorge Rayo, formador de la cantera del cuadro azucarero.
Dentro de un par de años espera ser el portero titular de la selección colombiana Sub 20. Ese es su sueño más cercano, mientras se va abriendo camino en River Plate.
Por ahora no olvida lo que más le gusta hacer en sus tiempos libres: jugar FIFA y Fortnite en el Play Station. El futuro es suyo.
Thomas Blanco- @thomblalin
tblanco@elespectador.com