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“Es un gran partido. Jugar contra el equipo anfitrión es un gran honor y un gran desafío. Hubiera sido todavía más bonito enfrentarnos en la final. El ambiente es muy bueno y estamos muy concentrados para el partido. Evidentemente queremos ganar, pero hará falta la mayor concentración posible”, señaló el volante Bastian Schweinsteiger ayer, en la rueda de prensa previa al compromiso.
La única baja confirmada hasta ahora para los europeos es la del defensor Shkodran Mustafi, de la Sampdoria italiana, quien sufrió un desgarro en el partido de octavos ante Argelia que lo apartó del Mundial. Aparte de su ausencia, los 22 jugadores restantes se entrenan a tope de cara al plan que el estratega Joachim Löw empleará.
El plantel logró superar el contagio de gripe que afectó a siete jugadores de cara al encuentro de octavos en el que vencieron a Francia. Según el asistente técnico Hansi Flick, la recuperación física y atlética ha sido satisfactoria.
En lo que tiene que ver con variantes tácticas, la única duda se presenta en el mediocampo, pues aún no se confirma si Löw situará nuevamente a Schweinsteiger y a Sami Khedira junto a Toni Kroos, tal como en el partido ante los galos, o si volverá a situar a Philipp Lahm, el capitán, como volante de recuperación (en cuartos actuó como lateral derecho).
Otra posibilidad podría darse en la zona ofensiva, al situar nuevamente a Miroslav Klose como delantero centro. El atacante del Lazio italiano contaría así con una oportunidad inigualable de anotar un gol para convertirse en el máximo goleador de los mundiales, una distinción que comparte hoy con el brasileño Ronaldo, ambos con 15 anotaciones.
Otro factor que podría jugar a favor de Alemania es el clima. Acostumbrados a jugar buena parte del torneo bajo temperaturas por encima de los 30 grados, los europeos demostraron una plena fortaleza física y el dominio en todos los sectores del campo. En adelante jugarán a las 3:00 p.m. (hora colombiana), en ciudades con una temperatura menor, lo que podría incidir aún más en su despliegue durante el partido.
Y por si fuera poco, asumirán el partido ante Brasil con la ausencia de Neymar y Thiago Silva, dos jugadores claves en el esquema del anfitrión. Aun así, Alemania no se confía. “La lesión de Neymar podría unir aún más al equipo. No jugaremos contra 11 personas, sino contra 200 millones, lo que les daría nuevas fuerzas a los brasileños. Tenemos que estar preparados”, señaló Flick a la prensa.