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Entró por la ventana a la selección, más allá de su pasado celeste y blanco. Lo llamó Alejandro Sabella cuando ni siquiera el propio Martín Demichelis creía que volvería a jugar una Copa del Mundo. Y con pocos días en la selección, le ganó la pulseada a Nicolás Otamendi, quien quedó afuera de la lista de 23. Fue suplente en la primera fase y en los octavos de final. Hasta que Pachorra decidió incluir como titular al zaguero del Manchester City. Entonces Argentina mejoró atrás. Y mañana, a los 33 años, tendrá su gran oportunidad en la final contra Alemania.
Le costó recuperar su lugar a Micho. El destino le jugó una mala pasada en noviembre de 2011, ante Bolivia en el Monumental. De un error suyo llegó el gol del seleccionado del altiplano. Y todo el estadio lo insultó. “Fue la anécdota más desagradable que me tocó vivir dentro del campo de juego. Tengo una operación de tobillo, cinco placas en la cara por jugar para la selección, pero no considero que hayan sido peores momentos que aquel. Y ahora no digo que me hayan perdonado, pero creo que pude revertir la situación con dos años muy buenos en el Málaga y otro en Manchester, sobresaliente. Revertí la imagen”, le cuenta a El Espectador, algo más relajado.
¿Se imaginaba alcanzar esta final?
Sin dudas. Alcanzamos el sueño que queríamos, que era llegar a esta final soñada. Lo hicimos de manera inteligente, ante un gran rival, y creo que no sufrimos, más allá de que se haya llegado a la instancia agónica de los penales.
Usted señaló que había entrado a último momento para hacer algo grande. ¿Ya llegó a la meta?
La verdad, se dio todo de la mejor manera. Y espero ser partícipe de la final y que termine como todos soñamos. Quiero ayudar a este equipo, a que Argentina gane el título, que sería lo máximo en la carrera profesional.
¿Tenía confianza en el momento de la definición por penales?
Sí, le teníamos mucha confianza a Chiquito Romero y también teníamos claro que, si nos tocaba perder en la definición, nos íbamos a ir con la cabeza muy alta. Arengando, dándole seguridad a los que iban a patear, porque fuimos nosotros mismos los que elegimos, por supuesto con el aval del entrenador. Les dimos el apoyo porque creíamos que eran los mejores rematadores. Y Chiquito demostró una vez más por qué está acá y por qué se merecer ser titular.
Usted conoce muy bien a los alemanes porque jugó en Bayern Múnich. ¿Cómo se encara este partido? ¿Cómo se gana?
Sí, lo dije en un principio, ojalá lo encuentren en los archivos. Yo siempre dije que Alemania era el favorito. Conozco muy bien a sus jugadores, sé lo que pueden lograr como equipo, lo demostraron a lo largo del Mundial, pasaron por encima al anfitrión en las semifinales. Vamos a tener que mostrar muchos recaudos. Ellos tienen un día más de recuperación, treinta minutos menos, pero vamos a tratar de sacar las fuerzas de donde nos las tenemos para ganar el partido.
¿Hay que tenerle miedo a Alemania por los siete goles que le hizo a Brasil?
Obviamente no fue un partido para tomar medida. Porque no van a estar siete goles arriba de todos los equipos. Lo que sí puedo decir es que se ganaron el respeto y lo tienen más que merecido.
¿Creen que podrán conseguir la revancha de Italia-90?
Ojalá. Algunos de los que estuvimos en el Mundial pasado tenemos la espina clavada porque nos sacaron de Sudáfrica con un 4-0. Pero son situaciones y equipos diferentes. Lo importante es poder ganar el Mundial.