Andrea Pirlo en su debut como director técnico de la Juventus en la Serie A de Italia.
Foto: Agencia AFP
Hay que mirar con detalle los vídeos de un pasado no muy lejano en el que Andrea Pirlo estaba dentro de la cancha. Si se mira con cuidado y detenimiento se podrá observar que nada ha cambiado. Era y sigue siendo un líder que maneja los hilos del juego. Era y sigue siendo un hombre de cabello largo, barba y esmoquin. Quizá su atuendo es lo que más se dificulta observar, pero, con ver sus movimientos y la precisión de sus pases, se observa claramente que el italiano jugaba con una elegancia sin igual.