Antonio Rattín, el ídolo de Boca que ama a un histórico de River
Cumple 85 años el hombre que en el Mundial de Inglaterra 66 estrujó una bandera británica y se sentó en la alfombra roja de la reina Isabel II.
Este lunes, Antonio Ubaldo Rattín celebra sus 85 años de vida con un anillo que brilla en su dedo anular izquierdo y en el que se encuentra estampado el “5″. Con ese número se convirtió en un legendario mediocampista central de Boca Juniors, club en el que hizo toda su carrera como futbolista, entre 1956 y 1970.
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Este lunes, Antonio Ubaldo Rattín celebra sus 85 años de vida con un anillo que brilla en su dedo anular izquierdo y en el que se encuentra estampado el “5″. Con ese número se convirtió en un legendario mediocampista central de Boca Juniors, club en el que hizo toda su carrera como futbolista, entre 1956 y 1970.
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Llegó a las divisiones menores del club xeneize después de haber estado en las del Club Atlético Tigre, institución de la zona donde nació y creció. “Mi infancia, mi casa, todos mis recuerdos están en el Tigre. A los 4 años fui a vivir a las islas. No teníamos ni luz ni gas. Teníamos cocina a leña, lámpara a kerosene y plancha a carbón. Mi vieja lavaba para la gente y yo repartía con el bote y sumábamos unos pesos. Cuando nos mudamos a Tigre tampoco teníamos baño. Había un excusado al fondo, de madera, sin inodoro. Para bañarnos nos llevábamos dos baldes de agua fría, nos tirábamos uno al principio y otro después de enjabonarse. Recién tuvimos inodoro en casa al año de debutar en la primera de Boca”.
Creció con el río en la cercanía de su ser y amando Néstor Raúl Pipo Rossi, histórico jugador de River Plate. Justamente Rattín debutó en primera división el 9 de septiembre de 1956, en un superclásico contra los de la banda cruzada. “Cuando entré a la cancha, lo primero que hice fue pedirle a un fotógrafo de El Gráfico que me sacara una foto con Pipo Rossi. En una de esas era debut y despedida en primera, pero ya tenía la foto con mi ídolo para colgarla al lado de la cama”, recordó el ídolo boquense, quien ese día tuvo un par de cruces fuertes con Rossi, que le replicó: “¿Qué haces, flaco? Mirá que le digo al fotógrafo que rompa el negativo”.
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Gracias a su talento para controlar a los mediocampistas ofensivos rivales y crear juego desde su posición, Rattín comenzó a ser reconocido en el fútbol argentino. No le gustaba “cargar” o “gastar” a los rivales. Su decencia lo ha caracterizado siempre. Por eso, en el Monumental no insultaban y en otras canchas, tampoco. Además, tres años después de ser futbolista profesional ya estaba disputando un Mundial con la selección de Argentina: el de Chile en 1962.
No obstante, su historia en las Copas del Mundo quedó ligada a la de Inglaterra 1966, cuando, en el partido de cuartos de final ante el combinado anfitrión, fue expulsado, estrujó una bandera inglesa y se sentó en la alfombra roja de la reina Isabel II. Desafió a la soberana y a una multitud que en el viejo estadio de Wembley coreaba enfurecida el grito de “¡Animals!” para referirse a los argentinos.
Aquella expulsión quedó también en la historia porque la confusa discusión de Rattín con el juez alemán Rudolf Kreitlein en medio de la cancha motivó a la FIFA a crear las tarjetas amarillas y rojas, para evitar malentendidos con las decisiones arbitrales. A los 33 minutos del encuentro, Kreitlein sancionó una falta cometida por el defensa Roberto Perfumo. Rattín le pidió explicaciones y empezó un diálogo mezclado con ademanes. El centrocampista argumentaba no entender que lo estaba echando por protestar. Tras diez minutos de cabildeos y con el público enardecido, a Rattín lo sacaron de la cancha con ayuda de un auxiliar. Se retiró lentamente, mientras miraba hacia la tribuna en actitud desafiante.
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“Después de que me expulsaron, me senté en la alfombra roja que le pusieron a la Reina. Iba a los vestuarios y me empezaron a tirar chocolatines. Cuando estaba por llegar al banderín del córner agarré una bandera inglesa que flameaba en el palito. La retorcí toda y la mostré. Entonces, en vez de chocolatines, me tiraron latas de cerveza”, rememoró Rattín. Ese duelo lo ganó Inglaterra 1-0 con un tanto de Geoff Hurst, el mismo que en la final ante Alemania marcó un gol polémico en la victoria 4-2 que les dio a los ingleses su única Copa del Mundo.
Antes de aquel Mundial, Rattín ya había conquistado tres títulos de primera división con Boca Juniors, que en 2015 inauguró en su museo una estatua en su honor. Allí, su imagen permanece junto a las de Diego Maradona, Juan Román Riquelme, Martín Palermo, Guillermo Barros Schelotto y Ángel Clemente Rojas.
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