“Boca es difícil, pero no invencible”: Fabián Sambueza

En la familia Sambueza el fútbol siempre fue una religión. Fabián y Rubens, los dos niños de la casa, crecieron con la imagen de su padre, un talentoso jugador que, aunque no llegó a ser profesional, pudo hacer realidad su sueño a través de sus hijos, a los que entrenó desde pequeños en la escuela que fundó después de dejar los guayos para ponerse el uniforme de policía y así sostener a su familia.

Círculo Policial de Zapala. Ese era el nombre de esa pequeña academia ubicada en una provincia de Neuquén, en la que crecieron los hermanos Sambueza, bajo las reglas de un exigente entrenador al que no podían gambetear a la hora de trabajar, a pesar de ser sus alumnos favoritos. Con el paso de los años Rubens, el hermano mayor, llegó a River Plate, equipo en el que debutó y actuó más de cuatro temporadas. Fabián, cinco años menor, quiso seguir sus pasos y estuvo un año en las divisiones menores del equipo millonario, pero cuando pasó al Olimpo de Bahía Blanca no logró adaptarse al plantel y tomó la decisión más difícil de su vida: dejar el fútbol. Sin embargo, el amor por la pelota que siempre llevará en la sangre lo convenció y un año después regresó a las canchas. En la segunda división del balompié argentino empezó de nuevo todo el proceso hasta llegar a Temperley, club con el que logró destacarse, tanto que los dirigentes de Deportivo Cali pusieron sus ojos en él.

Hoy Firulete, como lo conocen en su país por las gambetas y los caños que hacía en la cancha, es uno de los jugadores con mayor rendimiento de la Liga Águila y espera hacer lo mismo en la Copa Libertadores. Para eso, el primer paso del conjunto azucarero será Boca Juniors, un equipo al que Fabián ya ha enfrentado. Sobre el partido, que se juega esta noche en Palmaseca a partir de las 7:45, el menor de los Sambueza habló con El Espectador.

¿Cómo está el equipo para debutar contra un grande como Boca?

El de hoy será un partido duro porque Boca tiene un gran equipo. De hecho, es la plantilla más cara de Argentina, así que será un lindo partido. Yo he tenido que enfrentarlo y sé que es difícil, pero no invencible, y nosotros hemos entrenado fuerte. Ojalá las cosas nos salgan bien porque queremos hacer valer la localía para que los puntos se queden aquí en Colombia.

¿Toda su familia siempre fue hincha de River?

Siempre. Desde chico tuve la suerte de verlo jugar y hacerme hincha. Mi hermano estuvo ahí mucho tiempo, así que fue otro motivo para que mi familia siempre se sintiera identificada con ese club.

Uno de los primeros goles de su hermano en Libertadores se lo hizo a Cali. ¿Lo recuerda?

Claro, en casa lo celebramos como locos. Fue en 2004, en el Monumental, y creo que fue su primer gol. Hoy me toca defender esta camiseta y sé que él está muy orgulloso de mí. Hablamos casi todos los días y siempre me da consejos y fuerza. Yo lo escucho porque él ya vivió todo esto y ahora es mi momento de hacer las cosas bien y divertirme en la cancha.

¿No se arrepiente de haber renunciado al fútbol hace algunos años?

No pienso mucho en eso. Creo que las cosas pasan por algo e intento enfocarme siempre en el futuro. No me arrepiento porque en ese momento no me sentía bien ni era feliz, pero hoy me toca estar acá, así que vivo este presente y lo disfruto.

¿Por qué no logró adaptarse?

Crecí en un pueblo muy pequeño, y cuando fui a Bahía Blanca no logré compaginar con mis compañeros porque era un grupo muy cerrado, de chicos de la ciudad que actuaban diferente. No aguanté más y decidí volver a casa porque estaba solo y lejos de mi familia. Fue un período difícil y decidí por más de un año no jugar más, pero aquí estoy de nuevo.

En el equipo de “Pecoso”, ¿cómo es con ese tema?

Es un grupo muy unido y eso hace que las cosas sean más fáciles. Todos nos llevamos bien y eso se ve reflejado en la cancha. El profe siempre es muy claro y siento que he logrado adaptarme bien. La ciudad también me gusta y estoy feliz, porque la gente me ha tratado de maravilla.

Y usted está respondiendo, porque es uno de los jugadores más rendidores de la Liga…

Estoy muy contento porque las cosas van saliendo de a poco. Yo entreno todos los días para aportarle al equipo, y gracias a Dios ya llevo varias asistencias y goles, aunque lo más importante es que el club ha ganado y seguimos creciendo.

¿Cree que hay equipo para levantar la Copa?

Cuando llegué a Cali siempre soñé con ganar títulos. Ojalá sea la Copa Libertadores, un torneo tan prestigioso. Creo que tenemos un gran equipo y haremos todo por lograr ese sueño colectivo por el que entrenamos y nos matamos cada día.

¿Quién es su ídolo futbolístico?

Mi referente siempre fue Carlos El Pibe Valderrama. Desde chico veía muchos videos suyos porque me encantaba su inteligencia y tranquilidad en la cancha. Actualmente sigo a Messi, que es un gran jugador, pero mi ídolo de toda la vida es Valderrama y es un honor para mí estar en un club en el que él también jugó.

En la familia Sambueza el fútbol siempre fue una religión. Fabián y Rubens, los dos niños de la casa, crecieron con la imagen de su padre, un talentoso jugador que, aunque no llegó a ser profesional, pudo hacer realidad su sueño a través de sus hijos, a los que entrenó desde pequeños en la escuela que fundó después de dejar los guayos para ponerse el uniforme de policía y así sostener a su familia.

Círculo Policial de Zapala. Ese era el nombre de esa pequeña academia ubicada en una provincia de Neuquén, en la que crecieron los hermanos Sambueza, bajo las reglas de un exigente entrenador al que no podían gambetear a la hora de trabajar, a pesar de ser sus alumnos favoritos. Con el paso de los años Rubens, el hermano mayor, llegó a River Plate, equipo en el que debutó y actuó más de cuatro temporadas. Fabián, cinco años menor, quiso seguir sus pasos y estuvo un año en las divisiones menores del equipo millonario, pero cuando pasó al Olimpo de Bahía Blanca no logró adaptarse al plantel y tomó la decisión más difícil de su vida: dejar el fútbol. Sin embargo, el amor por la pelota que siempre llevará en la sangre lo convenció y un año después regresó a las canchas. En la segunda división del balompié argentino empezó de nuevo todo el proceso hasta llegar a Temperley, club con el que logró destacarse, tanto que los dirigentes de Deportivo Cali pusieron sus ojos en él.

Hoy Firulete, como lo conocen en su país por las gambetas y los caños que hacía en la cancha, es uno de los jugadores con mayor rendimiento de la Liga Águila y espera hacer lo mismo en la Copa Libertadores. Para eso, el primer paso del conjunto azucarero será Boca Juniors, un equipo al que Fabián ya ha enfrentado. Sobre el partido, que se juega esta noche en Palmaseca a partir de las 7:45, el menor de los Sambueza habló con El Espectador.

¿Cómo está el equipo para debutar contra un grande como Boca?

El de hoy será un partido duro porque Boca tiene un gran equipo. De hecho, es la plantilla más cara de Argentina, así que será un lindo partido. Yo he tenido que enfrentarlo y sé que es difícil, pero no invencible, y nosotros hemos entrenado fuerte. Ojalá las cosas nos salgan bien porque queremos hacer valer la localía para que los puntos se queden aquí en Colombia.

¿Toda su familia siempre fue hincha de River?

Siempre. Desde chico tuve la suerte de verlo jugar y hacerme hincha. Mi hermano estuvo ahí mucho tiempo, así que fue otro motivo para que mi familia siempre se sintiera identificada con ese club.

Uno de los primeros goles de su hermano en Libertadores se lo hizo a Cali. ¿Lo recuerda?

Claro, en casa lo celebramos como locos. Fue en 2004, en el Monumental, y creo que fue su primer gol. Hoy me toca defender esta camiseta y sé que él está muy orgulloso de mí. Hablamos casi todos los días y siempre me da consejos y fuerza. Yo lo escucho porque él ya vivió todo esto y ahora es mi momento de hacer las cosas bien y divertirme en la cancha.

¿No se arrepiente de haber renunciado al fútbol hace algunos años?

No pienso mucho en eso. Creo que las cosas pasan por algo e intento enfocarme siempre en el futuro. No me arrepiento porque en ese momento no me sentía bien ni era feliz, pero hoy me toca estar acá, así que vivo este presente y lo disfruto.

¿Por qué no logró adaptarse?

Crecí en un pueblo muy pequeño, y cuando fui a Bahía Blanca no logré compaginar con mis compañeros porque era un grupo muy cerrado, de chicos de la ciudad que actuaban diferente. No aguanté más y decidí volver a casa porque estaba solo y lejos de mi familia. Fue un período difícil y decidí por más de un año no jugar más, pero aquí estoy de nuevo.

En el equipo de “Pecoso”, ¿cómo es con ese tema?

Es un grupo muy unido y eso hace que las cosas sean más fáciles. Todos nos llevamos bien y eso se ve reflejado en la cancha. El profe siempre es muy claro y siento que he logrado adaptarme bien. La ciudad también me gusta y estoy feliz, porque la gente me ha tratado de maravilla.

Y usted está respondiendo, porque es uno de los jugadores más rendidores de la Liga…

Estoy muy contento porque las cosas van saliendo de a poco. Yo entreno todos los días para aportarle al equipo, y gracias a Dios ya llevo varias asistencias y goles, aunque lo más importante es que el club ha ganado y seguimos creciendo.

¿Cree que hay equipo para levantar la Copa?

Cuando llegué a Cali siempre soñé con ganar títulos. Ojalá sea la Copa Libertadores, un torneo tan prestigioso. Creo que tenemos un gran equipo y haremos todo por lograr ese sueño colectivo por el que entrenamos y nos matamos cada día.

¿Quién es su ídolo futbolístico?

Mi referente siempre fue Carlos El Pibe Valderrama. Desde chico veía muchos videos suyos porque me encantaba su inteligencia y tranquilidad en la cancha. Actualmente sigo a Messi, que es un gran jugador, pero mi ídolo de toda la vida es Valderrama y es un honor para mí estar en un club en el que él también jugó.