Cardona, el cuarto colomboxeneize

Llegó con una remera larga de color negro y un tigre en el pecho, curiosamente, la imagen que representa al rival de Monterrey. No intentó ser una provocación, está claro. Y en uno de los días más fríos del año, Edwin Cardona le puso calor a la mañana de Buenos Aires. Bien temprano, en la clínica Imaxe, ubicada frente a la Facultad de Medicina, el volante antioqueño se sometió a la revisión médica. Y por la tarde firmó su contrato con Boca Juniors, un equipo que ya estaba colombianizado por las presencias de Wilmar Barrios, Sebastián Pérez y Frank Fabra. Un club en el que dejaron su huella varios de sus compatriotas, entre ellos, la popular “Armada del Pacífico” que encabezaron Óscar Córdoba, Jorge Bermúdez y Mauricio Chicho Serna en la década pasada.

“No voy a decir que soy hincha de Boca; soy colombiano”, dijo el Mago, un apodo que le cabe perfectamente por el talento que muestra con el balón bajo su suela. Pero por su estilo de juego, muchos ya empezaron a hablar de sus similitudes con Juan Román Riquelme, el máximo ídolo azul y oro. Razón suficiente para que Cardona se atajara ante la guardia periodística que lo esperaba a la salida del sanatorio. “No quiero que me comparen con Riquelme. No me parezco a él, tengo características diferentes”, aclaró. Y manifestó: “Yo vengo a aportar lo mío. Es un desafío muy importante en mi carrera vestir esta camiseta. Me voy a entregar al cien por ciento por este club”.

Fabra, Pérez y Barrios le abrieron las puertas de la Bombonera. Los tres mostraron un buen nivel, más allá de que el lateral terminó perdiendo el puesto con Jonathan Silva en el tramo final del campeonato y de que el volante campeón de América con Atlético Nacional se rompió los ligamentos cruzados de la rodilla izquierda. El mediocampista que llegó de Tolima, en cambio, fue una de las grandes figuras. “Creo que todos los que han venido dejaron algo importante. No puedo ser la excepción. Queremos ganar muchas cosas más. Estoy feliz de poder sumarme al grupo y a mis compatriotas. Siempre es lindo compartir un plantel con gente de tu mismo país. Y el equipo viene de ser campeón. Por eso es un reto importante y complicado, pero lo quiero asumir. Darle a Boca más títulos y dejar un legado, esa es mi meta”, puntualizó ante El Espectador.

Cardona, campeón con Atlético Nacional y Santa Fe, había partido a México antes de que el gigante verdolaga pudiera consagrarse a nivel continental. Antonio Mohamed lo había separado de la plantilla porque no aceptó ser transferido a los Tuzos. El técnico argentino lo mandó a entrenarse con la sub-20 y al colombiano no le gustó. A tal punto que en la carta de despedida que publicó en Instagram no mencionó al Turco. De todos modos, el entrenador habló maravillas de Cardona ante la prensa de su país.

“Juega como vive, tuvimos algunos idas y vueltas, pero no es nada disciplinario”, manifestó Mohamed, más allá de que las imágenes que se viralizaron con los juveniles de los Rayadas hayan mostrado al jugador de 24 años un poco excedido de peso. “Siempre que toca la pelota es capaz de generar algo distinto. Tiene una gran pegada y una enorme velocidad mental. Será un salto de calidad para Boca”, declaró el extécnico de Independiente y Huracán, que supo vestir la camiseta xeneize en sus tiempos de pantalones cortos, cuando era un delantero picante.

Guillermo Barros Schelotto aceptó su incorporación, pero la realidad es que no era una de sus prioridades. Incluso se comunicó con Eduardo Urtasun, preparador físico de la selección colombiana. José Pékerman también dio buenas referencias. Le dijo que lo utilizó de falso extremo o bien puede desempeñarse como enganche, detrás del 9. En el esquema favorito del Mellizo, el 4-3-3, será difícil que encaje. Y al tratarse de un jugador de tenencia, más parecido al capitán Fernando Gago, tendrá que empezar a ganarse un lugar desde el banco. Amante de un fútbol directo, con mucha dinámica por los extremos, hay que ver cómo encaja el antioqueño.

En ese sentido, Guillermo mostró que no es un entrenador caprichoso y puede adaptarse a los futbolistas. Con Carlos Tévez se vio obligado a cambiar el dibujo táctico. El 4-2-3-1 se impuso por encima de su táctica favorita. Ahí podría jugar Cardona, delante de los dos volantes centrales y como conector de la única referencia del área, Darío Benedetto o Ramón Wanchope Abila, quien dejará a Cruzeiro. Y mientras se espera la vuelta de Carlitos del Shanghai Shenhua, Cardona podría jugar en ese lugar. ¿Le darán la 10 que utilizó el crack de Fuerte Apache y heredó Ricardo Centurión, a quien se le venció el contrato el 30 de junio y seguiría su carrera en la Roma?

Cardona llega a préstamo por un año con una opción para extenderlo por seis meses más y una opción que difícilmente pueda pagar un equipo argentino: US$16 millones. Los que lo vieron en su mejor nivel con la camiseta tricolor no tienen duda de que vale cada peso que pide Monterrey.

Llegó con una remera larga de color negro y un tigre en el pecho, curiosamente, la imagen que representa al rival de Monterrey. No intentó ser una provocación, está claro. Y en uno de los días más fríos del año, Edwin Cardona le puso calor a la mañana de Buenos Aires. Bien temprano, en la clínica Imaxe, ubicada frente a la Facultad de Medicina, el volante antioqueño se sometió a la revisión médica. Y por la tarde firmó su contrato con Boca Juniors, un equipo que ya estaba colombianizado por las presencias de Wilmar Barrios, Sebastián Pérez y Frank Fabra. Un club en el que dejaron su huella varios de sus compatriotas, entre ellos, la popular “Armada del Pacífico” que encabezaron Óscar Córdoba, Jorge Bermúdez y Mauricio Chicho Serna en la década pasada.

“No voy a decir que soy hincha de Boca; soy colombiano”, dijo el Mago, un apodo que le cabe perfectamente por el talento que muestra con el balón bajo su suela. Pero por su estilo de juego, muchos ya empezaron a hablar de sus similitudes con Juan Román Riquelme, el máximo ídolo azul y oro. Razón suficiente para que Cardona se atajara ante la guardia periodística que lo esperaba a la salida del sanatorio. “No quiero que me comparen con Riquelme. No me parezco a él, tengo características diferentes”, aclaró. Y manifestó: “Yo vengo a aportar lo mío. Es un desafío muy importante en mi carrera vestir esta camiseta. Me voy a entregar al cien por ciento por este club”.

Fabra, Pérez y Barrios le abrieron las puertas de la Bombonera. Los tres mostraron un buen nivel, más allá de que el lateral terminó perdiendo el puesto con Jonathan Silva en el tramo final del campeonato y de que el volante campeón de América con Atlético Nacional se rompió los ligamentos cruzados de la rodilla izquierda. El mediocampista que llegó de Tolima, en cambio, fue una de las grandes figuras. “Creo que todos los que han venido dejaron algo importante. No puedo ser la excepción. Queremos ganar muchas cosas más. Estoy feliz de poder sumarme al grupo y a mis compatriotas. Siempre es lindo compartir un plantel con gente de tu mismo país. Y el equipo viene de ser campeón. Por eso es un reto importante y complicado, pero lo quiero asumir. Darle a Boca más títulos y dejar un legado, esa es mi meta”, puntualizó ante El Espectador.

Cardona, campeón con Atlético Nacional y Santa Fe, había partido a México antes de que el gigante verdolaga pudiera consagrarse a nivel continental. Antonio Mohamed lo había separado de la plantilla porque no aceptó ser transferido a los Tuzos. El técnico argentino lo mandó a entrenarse con la sub-20 y al colombiano no le gustó. A tal punto que en la carta de despedida que publicó en Instagram no mencionó al Turco. De todos modos, el entrenador habló maravillas de Cardona ante la prensa de su país.

“Juega como vive, tuvimos algunos idas y vueltas, pero no es nada disciplinario”, manifestó Mohamed, más allá de que las imágenes que se viralizaron con los juveniles de los Rayadas hayan mostrado al jugador de 24 años un poco excedido de peso. “Siempre que toca la pelota es capaz de generar algo distinto. Tiene una gran pegada y una enorme velocidad mental. Será un salto de calidad para Boca”, declaró el extécnico de Independiente y Huracán, que supo vestir la camiseta xeneize en sus tiempos de pantalones cortos, cuando era un delantero picante.

Guillermo Barros Schelotto aceptó su incorporación, pero la realidad es que no era una de sus prioridades. Incluso se comunicó con Eduardo Urtasun, preparador físico de la selección colombiana. José Pékerman también dio buenas referencias. Le dijo que lo utilizó de falso extremo o bien puede desempeñarse como enganche, detrás del 9. En el esquema favorito del Mellizo, el 4-3-3, será difícil que encaje. Y al tratarse de un jugador de tenencia, más parecido al capitán Fernando Gago, tendrá que empezar a ganarse un lugar desde el banco. Amante de un fútbol directo, con mucha dinámica por los extremos, hay que ver cómo encaja el antioqueño.

En ese sentido, Guillermo mostró que no es un entrenador caprichoso y puede adaptarse a los futbolistas. Con Carlos Tévez se vio obligado a cambiar el dibujo táctico. El 4-2-3-1 se impuso por encima de su táctica favorita. Ahí podría jugar Cardona, delante de los dos volantes centrales y como conector de la única referencia del área, Darío Benedetto o Ramón Wanchope Abila, quien dejará a Cruzeiro. Y mientras se espera la vuelta de Carlitos del Shanghai Shenhua, Cardona podría jugar en ese lugar. ¿Le darán la 10 que utilizó el crack de Fuerte Apache y heredó Ricardo Centurión, a quien se le venció el contrato el 30 de junio y seguiría su carrera en la Roma?

Cardona llega a préstamo por un año con una opción para extenderlo por seis meses más y una opción que difícilmente pueda pagar un equipo argentino: US$16 millones. Los que lo vieron en su mejor nivel con la camiseta tricolor no tienen duda de que vale cada peso que pide Monterrey.