Cuatro de seis puntos ganó Colombia en esta fecha doble de eliminatoria hacia Rusia 2018. Con el empate 2-2 ante Uruguay, la selección tricolor llegó a 17 puntos y sigue en posiciones de clasificación al Mundial. Hay mucho por corregir, pero todo está en nuestras manos.
“Si no hay equilibrio va a ser muy difícil lograr el resultado”, había dicho el técnico José Pékerman antes del juego ante los uruguayos. Justamente por eso buscó armar un equipo balanceado que le permitiera controlar a una poderosa selección charrúa. Aunque en comparación al juego ante Paraguay, utilizó en el equipo titular a un volante ofensivo (Macnelly Torres) en lugar de uno de recuperación (Wilmar Barrios) la idea era ganar la pelota y controlar con dominio el partido. Y la teoría la supieron hacer sus elegidos, pues de entrada jugaron con una actitud de meter al equipo rival en su arco, buscando siempre precisión en la entrega del balón, lo que sería clave.
Carlos Sánchez y Abel Aguilar, que son en esencia volantes de destrucción, asumieron un roll de armado, juntándose constantemente con los hombres de ataque. El plan salía bien. Uruguay, que no sufrió por el calor (porque no fue un día soleado sino bastante nublado y con lluvia) pero sí por la humedad, no se sentía cómodo sin la posesión. Edinson Cavani hacía jarras desde el primer cuarto de tiempo.
Colombia se fue adelante en el marcador gracias a un certero cabezazo de Abel Aguilar, que venció al arquero Fernando Muslera, tras un preciso centro desde el tiro de esquina de Luis Fernando Muriel. Por arriba, en donde había que hacerse fuerte ante los líderes de la eliminatoria, Colombia cobró. Pero le faltó tranquilidad para manejar la diferencia. Inmediatamente Uruguay cambió la actitud de esperar y adelantó sus líneas. Los laterales de la tricolor dejaron de subir y eso hizo que fueran ellos quienes vinieran a campo colombiano.
“Hay que tener mucho cuidado con la pelota quieta, sabemos que es un arma de ellos y no podemos dar ventajas en ese aspecto”, había dicho el defensor central Óscar Murillo antes del juego. Y justo ahí se falló. Tan sólo 12 minutos estuvo Colombia por encima en el marcador. Desde un cobro de costado, el uruguayo Carlos Sánchez levantó la pelota, Farid Díaz intentó anticipar, pero terminó peinando la pelota para que en el segundo palo llegara libre Cristian “Cebolla” Rodríguez e igualara el resultado 1-1.
Con el marcador abajo, volvió el juego a ser muy parecido al de los primeros momentos, con Colombia con la posesión, pero sin generar mayores opciones sobre el arco uruguayo. Luis Fernando Muriel y Carlos Bacca se veían ansiosos en ataque y Macnelly Torres no era preciso en la jugadas en las que debía aparecer. Por eso en la segunda parte Pékerman los sacó a los dos. Ingresaron Edwin Cardona y Roger Martínez y el equipo comenzó a tener mayor criterio con la pelota, además de sumar constantemente al ataque a los laterales. Incluso el árbitro argentino Néstor Pitana dejó de sancionar un penal claro por mano en el área del defensor Diego Godín, pero poco a poco se perdió la intensidad y el juego pasó a ser del agrado de los uruguayos, acostumbrados a meter, guerrear y nunca negociar la actitud.
Y la paciencia charrúa fue premiada. Luis Suárez, el mejor 9 del mundo, aprovechó un despiste de Óscar Murillo y sólo, frente al arco, no perdonó. Remató cruzado ante David Ospina y puso el 2-1. Colombia se enredó, no encontró variantes ofensivas y no generaba fútbol. Pero cuando más enredado estaba y no se veía cómo podría hacer un gol, Yerry Mina marcó de cabeza, tras una brillante asistencia de Juan Guillermo Cuadrado.
El público, que por cierto estuvo hasta ahí bastante apagado, comenzó a jugar un papel fundamental. El ánimo de los jugadores colombianos subió, pero no se generó una sola oportunidad clara para vencer el arco de Muslera por tercera vez.
Aunque no se perdió y este proceso va por buen camino, pues el equipo tricolor está en posiciones de clasificación al Mundial de Rusia 2018, se dejan muchas dudas, sobretodo porque la nómina actual no da las mismas garantías ofensivas que la de la eliminatoria anterior. Carlos Bacca no la está metiendo y en el banco no hay alternativas de gol. Antes estaban Falcao y Teófilo Gutiérrez como titulares y en la banca había jugadores con jerarquía como Carlos Bacca, Jackson Martínez o Adrián Ramos.
Esta claro que James Rodríguez es en este momento un jugador fundamenta para la selección y aunque se le ganó a Paraguay sin su presencia, esto no quiere decir que sin él las cosas siempre sean iguales. Faltan jugadores como él. El empate en medio de todo fue mucho premio para un equipo que no estuvo en una buena tarde. Pero el camino que queda es largo, habrá tiempo para corregir y todo está al alcance. Rusia está cerca.