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Diego Lugano tiene la misma tarjeta que los periodistas de esta Copa del Mundo para moverse en metro por toda Moscú. Al uruguayo le pusieron un auto para ir de un lugar a otro, por su comodidad y tranquilidad, para no tener que lidiar con los fanáticos. Sin embargo, él prefiere caminar, conocer, hablar con la gente, compartir con ellos, pues todavía cree que se debe a los hinchas, así ya no juegue al fútbol. Sencillez y simplicidad. “Uno conoce una ciudad por medio de su transporte público. Y no quería perderme las estaciones que parecen museos con murales y esculturas”, dice el excapitán de la selección de Uruguay.
Sin prisa, pero sí con mucha expectativa, Lugano está en Rusia con la misión de buscar jugadores para el Sao Paulo, club en el que desempeña el cargo de superintendente de relaciones institucionales. “No hagás caso a ese nombre. Mi trabajo es asesorar en contrataciones y decirle a la directiva qué opino cuando quieren llevar a un futbolista”. En el equipo brasileño creen en su palabra, así como creyeron en él a lo largo de las dos etapas en las que el estadio Morumbí fue su hogar.
Sin importar las mismas preguntas que responde una y otra vez, como si tuviera memorizadas las respuestas, y de las cámaras que lo siguen por toda la Casa Conmebol en la capital rusa, Lugano accede a hablar un rato con El Espectador. La selección de Colombia, la uruguaya y las favoritas en este Mundial, algunos de los temas que tocó.
Hace cuatro años, a Uruguay le pasó algo similar a lo que vive hoy Colombia, pues perdieron en su debut con Costa Rica. ¿Qué hizo usted como capitán al interior del equipo?
Alejarlos del entorno, hasta de sus familiares, porque a veces ellos sufren más de la cuenta y ese sentimiento lo pasan a los jugadores. Entonces, para no desestabilizarlos les pedí que se apartaran de todo y que se concentraran en el trabajo diario. Además, le dije al grupo que no pensara más allá del próximo partido, que se enfocaran en el día a día. Y mira que salió bien todo.
¿Qué le diría usted, en estos momentos, a la selección de Colombia si pudiera entrar al camerino?
Que son grandes jugadores, que tienen el talento para avanzar y que muestren por qué están en el Mundial. Colombia tiene que apelar a la rebeldía si quiere seguir en carrera. La materia prima para hacerlo está, ya dependerá de la manera en la que afronten el partido contra Polonia. Por lo que vi de ambas selecciones, ellos son superiores. Claro, decirlo es fácil. Hay que esperar a lo que suceda.
Cambiando de tema, ¿qué le ha gustado de esta selección de Uruguay?
Que físicamente son muy sólidos todos. Esta selección es mejor que la de los últimos dos mundiales, pues combina la experiencia de unos con la juventud de otros y esa mezcla genera un equilibrio. Jugando mal han ganado, ahora imagínate jugando bien. Les tengo mucha fe y puedo estar seguro de que en las siguientes fases puede pelear de frente con cualquiera de los grandes. Igual que Colombia, que estará más fuerte si supera esta dura prueba.
¿Ha hablado con Óscar Washington Tabárez?
Todo el tiempo. Me dice que el ánimo está por lo alto y que eso lo tiene motivado a él como entrenador. Que viendo el ambiente al interior hay opciones muy grandes de ilusionarse en Rusia. Y yo le creo.
Pasada la primera fecha del torneo, ¿qué conclusión puede sacar?
Que todo está parejo, pero que serán los mismos de siempre los que peleen por el título. Puede que equipos como Croacia y Bélgica se metan entre los favoritos, pero al final la historia pone a cada quien en su lugar. También le apuesto a Colombia, porque la calidad individual que tiene y colectiva le falta a otros. De todas formas no me atrevo a dar el nombre del campeón.
¿Qué opina de Juan Carlos Osorio y la selección de México?
Lo conocí cuando compartimos en Sao Paulo. Es un estudioso del fútbol y está obsesionado con el deporte. Hace poco logré reunirlo con Tabárez para que hablaran y duraron charlando ocho horas. Son inigualables. Sé que le va a ir bien con México. Lo merece.