
Salcedo (izq.) y Mancini en el microciclo de Italia. / Federación Italiana de Fútbol.
El relato fundacional de esta historia es el de un niño acompañando a su padre a jugar con el equipo aficionado de la Policía de Génova, en Italia, los fines de semana. Un pequeño al que le gustaba la lucha libre y no le llamaba la atención la pelota, pero que iba de cuando en cuando por ver feliz a su papá. Todo sigue con el mismo niño pegándole al balón tan fuerte, sin saber hacerlo, que otro pequeño se desmayó por la agresividad del impacto. “No sabía qué decir, hasta yo quedé asombrado por lo que hizo. Entonces lo metí...
Por Camilo Amaya
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