
Edinson Cavani, en su presentación como nuevo jugador de Boca Juniors de Argentina.
Foto: EFE - Juan Ignacio Roncoroni
Edinson Cavani tenía 12 años la primera vez que estuvo la Bombonera. Estaba allí por una excursión, obnubilado por la magnificencia de lo que veían sus ojos de niño futbolero. “¡Quieto ahí! Ni un paso más”, le gritó el encargado del recorrido cuando intentó correr hacia la cancha, estaba prohibido pisar el césped. Era lo único. Se podía recorrer todo el estadio, mirar la cancha, los vestuarios, la sala de prensa y sentarse en la tribuna de aquel gigante, que vacío también era imponente. Lo único que no se podía hacer era poner un pie en la...